Me Encantas

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POV LAUREN

Ni bien terminé de hablar con Alejandro me fui al hospital, camz estaba acompañada de Alexandra y sinue. Entré en la sala y miré a camz; que Alexandra estuviera allí no me gustaba pero era la amiga de ella. Me senté a un costado de la cama, ellas estaban hablando, Alexandra hablaba sobre bebés, lo lindos que eran pero el problema que significaba cuidarlos, le decía que por el momento no era prudente que quedara embarazada, se lamentaba por Shawn pero él debía entenderla. Sinue escuchaba y me miraba, sentí que ella algo quería decirme. Seguía escuchando la conversación entre camz y Alexandra, hablaban de las prácticas de baile. Me sentía incómoda, el baile era un mundo extraño para mí, y no entendía las cosas que decían; "Lau, hija, ¿me acompañas a comprar el almuerzo?" me preguntó sinue, asentí con mi cabeza y nos dirigimos a la cafetería del hospital a comprar algo. Mientras caminábamos por los pasillos le dije:

- sinue, ¿deseas decirme algo?
- Tenemos que hablar lauren, es sobre camila.
- ¿Qué pasa con ella? - estaba enferma? Me asusté.
- Le darán el alta hoy a la tarde, pasa por casa y hablamos allí, ¿te parece?
- Lo haré, me quedaré con ella toda la tarde. ¿Puedo hacerlo?
- ¡Oh! Claro que si lauren.

Compramos la comida y regresamos a la sala, Alexandra hablaba con camz y ambas reían, no veía las horas que ya se fuera. Sinue la invitó a comer pero ella no aceptó, besó a camz en la mejilla despidiéndose. Con sinue hizo lo mismo pero conmigo no, ni siquiera me dijo adiós, sólo blanqueé mis ojos, camz me vio y sonrió. Le trajeron la comida para ella y las tres almorzamos tranquilas. Me contaron cómo fue la noticia del falso embarazo, Shawn estaba enfurecido, pensó que de esa forma podría volver con mi camz, tanto él como Alejandro quedaron desilusionados.

Sinue decidió irse, iría a preparar la habitación de camz, Alejandro vendría al hospital así llevamos a camz. Se despidió de nosotras y quedé con mi morena a solas. Nos mirábamos sin decirnos nada, ella me hizo señas así me acerque a la cama; tomó mi mano entre las suyas "Te extrañé lern" me dijo y la besé en la mejilla suavemente. Me acarició y sonrió tiernamente.

- Noté que no te llevas bien con Ale...
- Ella no me quiere, yo no le hice nada malo.
- Espero que dejen de lado esas diferencias, ella es una gran amiga, no me gustaría que no se lleven bien.
- ¿Yo qué soy para ti?
- ¿Qué quieres ser? - no me esperaba esa respuesta.
- Muchas cosas, pero me conformo con estar a tu lado, de la manera que sea.

Ella sonrió y dijo: "Tengo sueño, ven acuéstate conmigo". Me acomodé a su lado, ella se durmió, yo simplemente la observaba, nuestras manos estaban entrelazadas, ¿de dónde sacaría el valor para admitirle lo que sentía? La contemplaba dormir y deseaba poder disfrutar de esa vista el resto de mi vida, sabía que por ella sentía amor, no era una calentura o un simple capricho, deseaba hacerla mía pero eso estaba en segundo plano; el sólo hecho de tenerla entre mis brazos calmaba mi necesidad sexual.
Era perfecta, demasiado tierna, tal vez yo no era la indicada para ella, pero estaba enamorada y lucharía por ser una mujer digna para ella.

Ella dormía tranquila, alrededor de las cuatro y media de la tarde una enfermera entró en la sala, le retiró el suero, camz no se despertó pero hizo un puchero adorable producto del dolor, tomé su mano y la acariciaba. La enfermera me dijo que ya podríamos irnos, sólo que un familiar debía firmar el alta en la mesa de entrada.

Alejandro llegó y camz seguía durmiendo, él la miraba enternecido, la agitó un poco y ella perezosamente se despertó, me miró y sonrió, deseaba besarla, me volvía loca. Alejandro fue a firmar unos papeles y yo ayudé a camz a vestirse. Eso fue un martirio, estaba semi desnuda, no me di cuenta de eso la noche anterior, debajo de la bata sólo tenía la parte baja de su lencería. Ella se sacó la bata, su cuerpo era hermoso, así semi desnuda ante mí la ayude; pasé una remera por su cuerpo cubriéndola, no me atrevía a mirar sus ojos sino me lanzaría encima. Se puso unos jeans, parecía mareada, entonces yo le puse las zapatillas, estaba arrodillada ante ella, la miraba desde allí, me acarició con sus manos, sus cabellos cayeron en mi rostro y cerré mis ojos, besó mi frente y dijo: "Gracias por estar conmigo lau...". No pude decir nada porque Alejandro entró, no dijo nada al vernos así, me levanté nerviosa, tomé la campera de camz e hice que se la pusiera, ella pidió unos minutos para arreglarse en el baño. Alejandro me miró y dijo: "¿Cómo agradecerte todo lo que haces por mi hija? Se nota que son grandes amigas". Yo sonreí, tendría en cuenta eso al momento de decirle que quería que su princesa fuera mi novia.

Un Amor VerdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora