treintaitres.

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Salí corriendo de mi casa por lo tarde que era, me tallé los ojos y recordé que el regalo de Suga seguía en la nevera. Volví a mi casa al mismo paso rápido y saqué todo lo necesario para por fin subir al auto de papá y llegar al colegio.

Divisé a Nayeon hablando con sus amigas, en cuanto pasé a lado de ellas se rieron y siguieron con lo suyo.

¿Ellas sabían que Nayeon se me había confesado?

No lo creo, ella debe mantenerse siempre en la cima de la popularidad. Suspiré y seguí caminando hasta llegar a mi salón.

—¿Qué tienes ahí?—María se había sentado a lado mío, para tratar de averiguar qué pasaba conmigo. Le di un leve manotazo cuando intentó abrir el recipiente.

—¡Deja! ¡Es para Yoongi!

Bufó.

—Ese tonto otra vez, deberías dejarlo ya por la paz. —Me crucé de brazos. —Nunca te verá de otra manera.

—¡No le digas tonto, María! ¡Él es bien bueno!

fuzetea » myg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora