Capítulo XVIII: El jefe soy yo.

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Capítulo XVIII: El jefe soy yo

Unos pasos delicados y fluidos recorren el suelo haciendo finos ecos que retumban en todas las paredes del espacio que hace camino a la siguiente habitación, el pasillo angosto refleja poca luz y hace difícil la visión. La puerta del cuarto se abre dejando un pequeña pero notoria brecha de luz hacia el pasillo, los pasos culminan en un sonido seco haciendo silencio en el reducido espacio.

-¿Este es el miserable que atrapaste? -articula una voz aguda.

-Tenia que atra... -contesta Jimmy pero es interrumpido por la figura delgada y delicada que esta parado al lado de él, observandome de manera expectante.

-No te dije que hablaras. -continúo caminado alrededor de la habitación-. Según tengo entendido perdimos a dos de los nuestros por capturarlo a él, ¿Fue un trabajo difícil?

-Yo... -dice Jimmy

-¡Callate! No te he dicho que hables insecto. Quiero saber la razón de la captura de este tipo, ahora si puedes hablar Jimmy, quiero respuestas.

-Nos atacó y fue el culpable de las dos muertes, de Clara y Dylan.

-¡Mientes! -declaró totalmente indignado por la insinuación de Jimmy.

La nueva silueta se sitúa frente a mi inclinándose lentamente sorprendida por mi intromisión repentina.

-Porque será que nadie obedece a mis órdenes, ¡siempre he dicho que cuando capturan o salvan a alguien denle las instrucciones de este lugar! ¡Acaso eso es mucho pedir!

Jimmy da varias excusas pero aquella mujer lo observa totalmente enojada, se pone frente a él y le suelta una cachetada.

-Sabes que odio las excusas, las odio tanto... -la figura femenina respira hondo para relajarse un poco y así volver a retomar su postura.

El rostro de Jimmy se pone tenso y rojo por la rabia contenida que desea expulsar con desesperación, pero es obligado a retenerlo por la sencilla y única razón de mantenerse al margen.

La mujer se acerca a mi y toma de mi barbilla, la sube bruscamente y me obliga a mirarla directo a los ojos.

-Cómo estos inútiles no son capaces de darte unas sencillas instrucciones, pues tendré que dartelas yo. -cruza los brazos y comienza a caminar de un lado a otro-. La primera regla, que es muy importante y sencilla de cumplir, es que no hables cuando yo no te lo permita, si lo haces tendré que darte una pequeña lección. ¿Entendiste? Perfecto. La segunda regla es no... -es interrumpida por una voz llamando desde el otro lado de la puerta-. Esa es la segunda regla, ¡No interrumpirme cuando hablo!

Michael aparece después del llamado y entra con una preocupación excesiva. Su rostro marca miedo y sobre todo alteración. -Siento haberla interrumpida Boss, pero una gran horda de caminantes se está aproximando.

Ella se retira bruscamente empujando a su paso a Jimmy y a Michael. Las miradas de ambos comienzan a cruzarse entre sí con algo de des anhelo.

-Tú ve a ayudar, yo tengo algo que hacer.

Michael se retira para ayudar con el reciente problema que acaba de aparecer.

Los músculos de Jimmy se tensan y aprieta sus puños con fuerza queriendo a su vez darme una paliza.

Jimmy furioso levanta el puño y golpea con fuerza mi mejilla.

-Eres un hijo de... -no termino ya que otro puño se hace presente pero con mucha más intensidad. Otro golpe va hacia mi rostro pero un fuerte sonido lo impide, quedo sorprendido ante aquella presencia...el cuerpo de Jimmy yace en el suelo con un profunda herida en la cabeza.

-Merle...

-Salgamos de aquí antes que esto se ponga peor.

Merle se acerca y comienza a desatarme, una vez libre salgo junto a mi hermano tratando de pasar por desapercibidos. Los demás están muy ocupados acabando con los caminantes que intentan entrar al refugio, Merle se detiene y mira a su alrededor para buscar una salida disponible.

-Fuiste tú el que atrajo a esos caminantes

-No, alguien me ayudó, de hecho nos estará esperando en el bosque. -responde Merle acabando con un par de zombies.

Una vez fuera del refugio me detengo para tomar un poco de aire, Merle al notarlo me tira del brazo para continuar, sin embargo me siento muy débil como para hacerlo y le suplico a mi hermano que se detenga.

-Me falta el aire, dejame respirar maldición.

-¡No hay tiempo! -dice apresurandome para escapar.

-¡¿Cómo que no hay tiempo?! Ya estamos fuera de peligro.

-Estas idiota o que, se ve que todo este tiempo sin mi te hizo mal. No ves que la persona que me ayudó a rescatarte era parte de ese grupo, y cuando esos malditos se den cuenta de lo que paso nos van a cazar.

-¿Quién es esa persona Merle?

-Lo sabrás cuando lleguemos, no hay tiempo.

Ambos retomamos el ritmo y nos adentramos al bosque. Hay ciertos zombies rondando pero no es impedimento para nosotros, los podemos evitar fácilmente sin ningún problema. Nos mantenemos corriendo hasta que Merle se detiene en una cabaña, la misma en la que me ocultaba con el grupo de Jill...

-Este lugar ya no es seguro. -dije acercándome a Merle-. Debemos irnos, de seguro será el primer lugar en el que buscarán.

-Lo sabemos -dice una voz tras nosotros-. Pero aquí hay algunos suministros que nos ayudará...Lo siento Daryl, por ser cómplice de Jimmy, ahora quiero ayudarte.

Me volteo lentamente hacia aquella persona tras de nosotros...

-¡Te mataré!

Daryl Dixon©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora