Capítulo XII: Pérdidas-Parte 2

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Pérdidas-Parte 2

—No Dios, por favor, mi hermana no. —dice Jill destrozada ante aquel caminante, ante esa figura delicada, ante su hermana.

Observó de la misma forma que lo hace mi hermano, ambos nos encontramos perplejos ante la situación, miro a Jill parada ahí llorando sin consuelo, todo comienza a correr en cámara lenta, los otros caminantes acercándose, Clara transformada en zombie, todo es tan inesperado que no sé qué hacer.

Cuando mi mente vuelve a tomar el mismo ritmo, puedo ver a Merle corriendo hacia el caminante, que antes era Clara. Él sostiene su navaja y de inmediato se lo clava en la cabeza.

—¡No! ¡No! ¡No! —grita Jill golpeando fuertemente el pecho de Merle —. ¡Mi hermana no!

—¡Escúchame! Se están acercando más caminantes, no queda tiempo para llorar el cadáver de tu hermana, larguémonos de aquí. —dice Merle sacudiendo levemente a la Chica.

—Por favor déjenme aquí, quiero estar con ella. —continua diciendo tratando de soltarse del agarre de mi hermano.

—Merle... —digo nervioso—. Esto no se ve bien, hay que irnos y ahora.

—No me iré a ningún lado sin mi hermana.

—Bueno jodete,  no voy a arriesgar mi trasero por ti, quédate a llorar el cuerpo de tu hermana y que esos muertos te coman. —dice Merle sin ninguna pizca de compasión.

Jill mira a mi hermano con los ojos llenos de lágrimas, Merle no se compadece y se da media vuelta, alejándose de Jill y de mí.

—Jill... —digo dirigiéndome hacia ella.

—No, vete.

—Pero Jill.

—¡Lárgate!

Los caminantes se acercan velozmente, mi humanidad no me permite abandonarla y dejarla como comida de muertos. Sin titubear me le acercó y la tomo del brazo.

—No hagas esto más difícil, ¡Hay que irnos!

Jill me mira a los ojos, por un momento me quedo hipnotizado por esos  hermosos ojos verdes que se ven inundados por lágrimas. Muevo mi cabeza y vuelvo a la realidad 《Qué carajo fue eso Daryl》pienso volviéndome a enfocar en la situación

—Mira, no es el momento, pero siento lo de tu hermana, y... Ella no hubiera querido que te dejaras morir, solo. —suspiro tratando de encontrar las palabras correctas —. Vive por ella

Ella me mira totalmente confundida, desvía su mirada al cuerpo de su hermana y deja caer una última lágrima. Los caminantes comienzan a ganar territorio y empiezo a correr junto con Jill.

—Espera, donde esta Merle. —busco con la mirada a mi hermano pero no logro divisarlo—. ¡Merle! Donde estas. —comienzo a correr y a gritar—. Maldición

—No hay tiempo para buscarlo, de seguro está bien. —Dice Jill colocando su mano sobre mi hombro—. Por favor vámonos.

Me resulta difícil dejar a Merle solo, pero no puedo hacer nada, los caminantes ya casi nos pisan los talones y sin más me retiro del lugar junto con Jill...

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Mi cabeza da vueltas y vueltas tratando de recopilar lo sucedido, la muerte de Clara y la desaparición de Merle.  Todo ha sucedido de una manera tan deprisa que ni siquiera me permitió reaccionar debidamente ante aquella situación.

Estoy cabizbajo, me siento mal por no buscar a Merle. 《Demonios Daryl, porque no continuaste buscándolo》

—Oye, lo siento. —escucho decir a Jill—. De seguro está bien, como es el supongo que sabrá arreglárselas.

—No debí dejarlo...

—La situación se nos fue de las manos Daryl, no es culpa de nadie.

—Deberíamos regresar. —dije deteniéndome en seco.

Jill tropieza conmigo por la repentina parada, ella se disculpa y retrocede unos pasos, me mira con esos ojos tan...《Basta Daryl, deja tu idiotez》

—No podemos regresar. —responde distrayéndome de mi estúpido pensamiento.

Suspiro levemente y me siento sobre una roca enorme posando mis manos en el rostro, me quedo un momento así y siento como unas manos se colocan sobre mis hombros.

—Hey Chico malo. —dice Jill quitando sus manos de mí y sentándose a mi lado—. Regresaremos por tu hermano, pero antes debemos encontrar un lugar seguro para descansar, ¿está bien?

—Está bien

Me levanto de la roca y extiendo mi mano para levantar a Jill.

—No hay tiempo que perder. —digo y Jill marca una sonrisa en su rostro.

—Qué caballero. —dice graciosa.

—Pues no te acostumbres. —respondo algo seco y su sonrisa desaparece.

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Hemos recorrido un largo camino, pero no se ve ninguna casa cerca, ya casi va a oscurecer y es necesario tener un lugar seguro, miro a mi alrededor y a lo lejos se logra divisar una casa o más bien una choza.

—Ahí podremos descansar. —señaló hacia el lugar.

—entonces andando. —dice tomando delantera.

Al llegar al lugar nos percatamos de unos cuantos caminantes, que de seguro será fácil deshacernos de ellos.

—Yo me encargaré de los que están dentro y tú de ese par de ahí.

Ella asiente y comienza a eliminar a los come carne, yo me adentro a la choza y despacio camino evitando lo más posible el sonido de mis pasos. 《Aquí estoy bastardos, salgan》pienso entrando a lo que parece la cocina. Reviso los estantes y encuentro latas de comida, también botellas de agua y unos paquetes de galleta. 《gracias Dios》 tomo de inmediato todo lo que puedo y lo pongo sobre la mesa, me salgo de la cocina y comienzo a buscar una mochila o algo que me sea útil para guardar las cosas. Me dirijo a una puerta y la abro con cuidado, mantengo mi ballesta en alto y entro deprisa observando cada centímetro de la habitación, no hay nadie dentro y a la vista veo una mochila negra, no muy grande pero lo suficiente para guardar los suministros. Salgo de esta habitación y salgo afuera. Jill se encuentra limpiando su navaja y se da la media vuelta al notar mi presencia.

—¿Despejado?

—Es seguro, y lo mejor que hay comida.

Ella sin esperar entra enseguida y se dirigí al lugar donde yacen las latas y de inmediato toma una, agarra la navaja y la inserta fuertemente para abrirla. Al terminar de abrirla se la devora en segundos.

—Oh vaya, jamás vi a una mujer comer como un animal. —comente escondiendo una sonrisa.

—Tenía hambre, es inevitable no ponerse así. —dice extendiéndome una lata—. Anda come, lo necesitas.

—No, está bien, lo que quiero es descansar.

Jill regresar la lata a su lugar y se va de la cocina. Yo salgo tras de ella y me situó en uno de los sofás ya algo deteriorados por el tiempo, me acuesto colocando mis brazos sobre mi nuca y cierro los ojos para hundirme plácidamente en mis sueños, ya cuando me estoy por dormir le oigo decir a Jill:

—Descansa Daryl, y gracias por todo.

Levanto mi mano y hago una seña de "no hay problema" ella asiente y de igual forma se duerme.

—Duermen bien Jill... —susurro cerrando mis ojos.

Aquí les dejo la parte dos de perdidas, espero que les guste y no duden en dejar su comentario ;3 saludos y nos leeremos pronto, y no olviden votar D:

PD: Les agradezco con todo el corazón los votos que me han obsequiado, relámeteme alegra que les haya gustado esta obra y prometo continuar con ella hasta no más poder

Daryl Dixon©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora