Entre la madurez y la rebeldía

Capitulo 46: Vuelta a Seattle

Cuando llego a mi casa, todo es tranquilidad. Mickey se ha adueñado del sofá y ha dejado su preciosa casita nueva sola. Lo primero que hago es deshacer las maletas y ponerme cómoda. ¡Qué gusto se está en pijama! Luego, llamo a las chicas y a Tom y en cuestión de dos minutos están en mi casa. No quiero contarles nada pero Caroline es experta en sacar temas que no deberían sacarse:

-          Y cuéntanos, ¿qué tal por California?

-          Bien. Me he pasado los días con Katherine, Rodrigo, Christian y Nora. La verdad, vacaciones maravillosas. – Sonrío como puedo.

-          ¿Algún ligue que quieras contarnos? – Pregunta Caroline de nuevo.

-          Ya sabes que Rodrigo y Nora están saliendo. Christian está enamorado de Katherine, pero ella sale con un tal Calvin. – Explico.

-          No me refiero a ellos, me refiero a ti. No has estado las veinticuatro horas del día con ellos. Algo ha tenido que pasar en tu casa. – Sentencia Caroline.

-          ¡Ai, Caro! A lo mejor es verdad y no ha pasado nada. Porque tú te hayas acostado con Bill no quiere decir que ella se haya liado con otro. – Dice Sophia.

-          ¡¿QUÉ TE HAS ACOSTADO CON BILL?! – Grito presa de la sorpresa.

-          Si. – Afirma con orgullo. ¡Será puta!

-          ¿Y cuando pensabas decírmelo? – Pregunto con cara enfadada.

-          Cuando tú me explicaras lo tuyo. – Sentencia.

-          ¿Lo mío? – Pregunto sorprendida.

-          Luke.

Y con ese nombre, mi felicidad se apaga, mi mundo se derrumba y las lágrimas salen de mis ojos. Luke. Lloro como no he llorado en estos días, desde que deje Seattle.

-          ¡JODER, CAROLINE! ¿Por qué cojones tenias que preguntar por ese idiota? – Grita Tom enojado.

Sé que Caroline no lo ha hecho para hacerme daño, pero ellas no lo saben del todo. Solo Tom. Les explico que mi relación con Luke cuelga de un hilo muy fino y delicado o que a lo mejor, ya ni existe. Qué es lo que me dijo él. Y como ya todo esto me supera, les cuento que me he acostado con Anthony y para mi sorpresa, Sophia dice:

-          Eso sospechábamos. Nos dijeron que Anthony se había ido a California de vacaciones y pensábamos que os encontraríais.

Lo discutimos un poco y yo termino diciéndoles que me siento muy mal por haber, de alguna forma, engañado a Luke. Aunque en realidad, él me dijo que habíamos acabado. Caroline, apoyada por Sophia, me dice de ir a tomar algo en alguna terraza y acepto encantada. ¡Hay que liberar presiones! Encierro a Mickey en la cocina y salimos. Nos sentamos en una mesa al lado de la calle y aunque no nos quedamos mucho tiempo, fue el suficiente para que él me viera.

Narra Anthony:

Adiós California, hola Seattle. La verdad, podría haberme quedado unos días más en Los Ángeles, pero la necesidad de ver a Nicole y pedirle que me acepte, en lugar de Luke, me carcome por dentro. No sé cómo tuve el valor para irme ese día sin montarle un espectáculo. Camino sin rumbo fijo hacia mi hotel de Seattle y me paro al ver a Nicole riendo con sus amigos. Me acerco y le digo:

-          Hola, Nicole. Podemos hablar, por favor.

Se gira y me mira. Vuelve a girarse hacia sus amigos que le asienten con la cabeza y me contesta:

-          Hola, Anthony. Si, por supuesto.