Momentos [Atsushi/Kyouka] [Akutagawa/Higuchi]

Día de las madres

Kyouka.

Miraba con tranquilidad su patio, mientras a su lado tenía un té, el cual hacía tiempo estaba vacío; y es que, hoy era el día de las madres.

Incluso para deseárselo a su madre, de manera indirecta, había tratado bien a su habilidad, hasta el punto de abrazarla y felicitarla.

Y hoy, también era su día. Le daba un poco de gracia hasta dónde había llegado.

Sonrió, cerrando los ojos. Hasta que sintió como alguien le abrazaba por la espalda, en su cabeza depositaban algo y en su regazo también algo; miró con sorpresa las rosas que habían en su regazo, y tanteó suavemente su cabeza, dándose cuenta de que se trataba de una corona de flores.

Y al voltear, vio a su esposo y a su primogénito, Kazuhiko, abrazándola. Les sonrió, mientras un rubor suave se pintaba en sus pómulos.

— Felicidades, Kyouka-chan.

— ¡Felicidades, mamá!

Kyouka no pudo más que sentirse realmente afortunada de tenerlos en su vida.

Higuchi.

Estaba agotada, solamente llegaría a casa, haría de cenar y se iría a su cuarto a dormir. Y aquello le sonaba bien.

Abrió la puerta, siendo recibida con efusividad por Yune, sorprendiéndola. ¿Acaso su hermana...?

— ¡Felicidades, mamá! — dijo Yune al separarse de su madre, entregándole una carta y rosa que habían hecho en clase.

Ella sonrió, tomando los presentes. Se adentró a la casa, dejándolos en la mesa, y abrazando a su hija.

— Gracias, Yune-chan.

La pequeña sonrió, correspondiendo al abrazo. Una tos les hizo mirar hacia el umbral de la puerta, encontrándose con Ryūnosuke.

Higuchi río, había olvidado cerrar la puerta al entrar; y cuando se había levantado a disculparse con su marido, este se acercó a ella, poniendo, casi de manera torpe, una flor de lirio trás su oreja, dejándola sorprendida.

— Felicidades, Higuchi.

Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero una sonrisa podía verse en sus labios. La mujer se abrazó a él, siendo que este, no tan acostumbrado a ser cariñoso, acarició sus cabellos, Yune los abrazó por las piernas a ambos.

Definitivamente, era el mejor día de las madres que pudo haber tenido.

-Traumada Taisho