VII-La Trampa

91 13 8
                                    

Temprano por la mañana Jihoon estaba dentro del mismo auto que ya había estado frecuentando mucho en las últimas semanas, aseado después de esa merecida ducha y con el estómago lleno; Woojin se había ofrecido a llevarlo a casa de camino al trabajo, a lo que el omega aceptó sin duda, está vez dejó concentirse por el hombre, sintiendo un enorme orgullo y satisfacción después de lo que había sucedido en la noche, dentro de esas cuatro paredes que suponía, aún estaban impregnadas con el olor de ambos, y que lo estarían hasta que alguien no decidiera lavar ese par de sábanas húmedas.

Jihoon estaba feliz, sus ojos brillaban por completo, no se había preocupado en absoluto por su apariencia ese día, y como salió de la ducha, se fue a casa, el rubor en sus mejillas era natural, el brillo en su rostro, nada más que crema humectante y los rizos de su cabellera los había dejado secar al aire libre, Jihoon parecía apetecible ante la mirada nada inocente de Woojin, era como un durazno maduro, listo para ser devorado, otra vez.

Por supuesto que antes de que los imprudentes y deseosos pensamientos del alfa por tenerlo para él pudieran no dar marcha atrás, Jihoon indicó que habían llegado al destino.

—Gracias por traerme.

Habló con sinceridad, haciendo crecer su sonrisa y cerrando los ojos con suma inocencia, el alfa, que ya no podía soportar ni un segundo, por fin hizo lo que había estado deseando desde que el pequeño había salido del cuarto de baño, y sin aviso, como de costumbre, ciñó sus gruesos belfos contra la boquita rosada del castaño, éste no pudo hacer mucho más que corresponderle, sintiendo cómo poco a poco Woojin relamía su labio inferior y luego dejaba un mordisco en el mismo. No dijo nada. No podía, aunque algo no muy en el fondo sabía que eso estaba mal, sentía pena, no quería ser parte de lo que que esto representaba para la relación del rubio con ése omega de los ojos grises... ¿O sí?...

Luego de inevitablemente haberse sonrojado por la acción del vestido de traje, salió del auto despidiendo al alfa con el movimiento de vaivén en su mano, dio la vuelta y se dirigió a la puerta de entrada, miró su reloj el cual marcaba las doce con treinta y cinco, y meditó que con suerte, su amigo Seongwu podría seguir en casa.

—¡Hoonie! —Estaba en lo correcto, su compañero parecía haber despertado recién, a juzgar por su bata de dormir y esas zapatillas de gatito que llevaba puestas. —Tienes que contarme, ¿Cómo te fue?.

Exasperado tomaba de su taza de café, esperando respuestas claras de su castaño amigo, Jihoon en cambio sólo se limitaba a recordar con una sonrisa parte de lo que pasó en aquel apartamento, —Él fue gentil desde el momento en que llegué... Cenamos tranquilos y luego pasó...— Su amigo seguía con esa expresión de curiosidad, y Jihoon no sabía qué otra cosa necesitaba saber, por supuesto que no le daría detalles; no podía contarle que su primera vez había sido la mejor sin duda, cómo había sido que Woojin lo había tomado tan rudo y delicado, tan sensual y amable, ni siquiera podía explicárselo a sí mismo.

—¿Él supo que eras virgen? —Jihoon dudó por un segundo, y es que con todo lo que había dicho, no podría recordar si es que en algún momento se lo había revelado, negó luego de concluir que mucho de lo que salió de su boca no eran si quiera palabras conocidas. — ¿Ni siquiera lo sospechó?, demonios, ¡Y estás entero!, ojalá mi primera vez hubiera sido así.

Hizo un puchero.

—Eso te pasa por haberlo hecho con un alfa ebrio y sin experiencia.

Seongwu frunció su ceño, no era necesario que su inoportuno amigo recordara su vergonzoso pasado.

°

—¿Por qué tardas tanto? — Un par de semanas habían pasado, Jihoon estaba encerrado en el baño hacía quince minutos y su amigo ya comenzaba a preocuparse. —Woojin está aquí, dijo que quería ver el resultado contigo.

¡Alquiler Averiado! ¦ 2Park/Chamwink Donde viven las historias. Descúbrelo ahora