XII - Los Cambios

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—Uy, ¿Entonces podré hacer fiestas sin tu permiso, no hacer los deberes e invitar unos cuantos alfas sin preocuparme?

Bueno, molesto, molesto, no estaba...

—Sólo recuerda que también es mi casa y volveré... Asegúrate de no terminar incendiándolo todo.

Eran como las once horas y pocos minutos, Seongwu lo estaba ayudando a hacer las maletas en su habitación, mientras el rubio alfa esperaba en el salón.

—Supongo que nada de lo que diga cambiará las cosas, ¿No?...

Era una situación incierta, lo sabía, entendía muy bien lo que pasaba por la cabeza de Seongwu, porque por su cabeza también cruzaba, sin embargo, ¿Qué podía hacer, además de negarle nada a su corazón?

—Lo sé Seongwu...

—¿Estarás bien?

—Sí, sabes que sí.

—Me refiero a... ¿Después de esto?

Tocó su abdomen aún sin cambio alguno, le preocupaban los lazos que pudiera hacer con Woojin, ni siquiera hablaba de la marca, el vínculo de alfa-omega, encima con un cachorro de por medio le ponían los nervios de punta, conocía bien a su Jihoonie, y no estaba seguro de que se recuperaría después de algo así.

—¿Confías en mí?

—Siempre

Menos mal, porque lo necesitaba, al menos Seongwu confiaba en él, ni siquiera él mismo podía confiar en el terco Park Jihoon.

—¡Ven a visitarme!, hazlo tantas veces puedas antes de que no puedas salir de casa.

El azabache despedía a su amigo quien ya estaba dentro del auto de Woojin y Jihoon, miraba por última vez la casa que habían estado alquilando él y su amigo, era... Absurdo, tanto para tan poco, pero luego miró al alfa a su lado y todos sus pensamientos se esfumaron como tierra en el agua, su sonrisa brillante y su olor que indicaba que estaba contento, sí, por lo tanto él también estaba contento.

Ambos llegaron al edificio de departamentos donde vivía Woojin, al llegar a esa familiar puerta y con el alfa sujetando todo lo que Jihoon había podido traer consigo, supieron que no había vuelta atrás; no había empacado todo lo que necesitaría, pero para el par de primeras semanas, era suficiente.

—¿Quieres almorzar algo?, puedo pedir comida a domicilio.

—Puedo preparar algo yo mismo.

Ya dentro el rubio puso las valijas simplemente donde no estorbasen y luego rascó su cuello por lo que el omega había dicho.

—En realidad... No encontrarás nada en la nevera, podemos ir a hacer las compras cuando vuelva de la oficina.

—Oh... Entonces, está bien, aún puedo comer lo que sea, no te preocupes por ello.

Jihoon sonrió y trató de llevar su equipaje más adentro del apartamento, buscando un buen lugar para ponerlo, sin embargo...

—Por favor déjalo, no quiero que hagas tantos esfuerzos, más tarde pondremos eso en su lugar.

El omega rodó sus luceros diciéndose un "Así que ya inició..." a sí mismo.

—¡Oye!, nada de hacerme sentir como un inútil, yo aún puedo hacer estas cosas.

No pudo terminar de enfadarse porque el alfa ya lo tenía entre sus brazos, fue tan repentino e inesperado que hizo sus mejillas encenderse de una manera rápida.

—Sólo quiero que tú y el cachorro estén bien... —Sólo se separó un poco de él para mirar sus almendrados ojos. —¿Entiendes?

Ya no sabía ni qué responder, sólo quería que lo siguiese abrazando, se sentía realmente bien, el cálido alfa se sentía como casa luego de un día duro en el trabajo.

°

—Hice mi mayor esfuerzo.

La voz de Woojin lo sorprendió y casi termina tirando los cereales al piso, luego de dar vuelta y encontrarse al rubio con un montón de vegetales (algunos de un raro aspecto) le quedó más que reírse.

—La mayoría está bien, pero tendremos que devolver esas patatas.

Estaban en el supermercado, justo como el alfa había prometido luego de regresar de la oficina.

—Soy un fracaso... No puedo creer que ni siquiera sé escojer bien mi comida favorita.

—Así que las patatas son tu comida favorita... Amarás todas las recetas que sé preparar con ellas.

El rostro de Woojin pareció iluminarse y Jihoon simplemente volvió a sonreír.

Cuando volvieron a casa Woojin persuadió al omega para que él acomodara las compras mientras él lo hacía con su equipaje, luego Jihoon preparó la cena, gratin de patatas fue lo que el alfa devoró sin pausa y agradeció con el alma luego.

Para el final del día el castaño se había dado una ducha y ya en pijama miraba a Woojin tomar una almohada pretendiendo dormir en el salón.

—Buenas noches.

—Woojin...

Los intensos ojos del alfa conectaron con los suyos y Jihoon, se sintió pequeño.

—No te preocupes, quiero que estés cómodo, no hay problema para mí.

En el momento no tuvo el valor para decirle que en realidad estaría mucho más cómodo si él durmiera consigo, tal vez aún no era el momento, lo dejaría en su espacio, pero sabía que los cambios que el embarazo traía después, le obligarían a dormir junto a él, lo único que se preguntaba entonces, era si los dos podrían soportarlo...

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