Consejos

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Sólo dos horas más y eres libre. Solo dos horas más, me repetía a mi misma constantemente. Era lunes y estábamos en clase de historia que podría ser catalogada como la clase mas aburrida del universo. El profesor Olars no notaba lo leento que hablaba. Nadie le estaba prestando atención, a excepción de Sophie, miré a mi alrededor. Janet estaba sentada a mi izquierda y yacía completamente dormida con la cabeza apoyada sobre su escritorio,  la chica a mi derecha estaba dibujando en un cuaderno, Jack escribía un texto en su móvil y Emma tenía la mirada fija en el reloj del salón, de repente giró su cabeza y nuestras miradas se encontraron, ella sonrió y artículó con los labios "porfavor, mátame" , no pude evitar que una carcajada se me escapara.

- Señorita Herstair, ¿puede decirme qué es lo que le causa risa de la Revolución Rusa? -inquirió el profesor Olars clavandome su gélida mirada.

Por suerte los ángeles estuvieron de mi lado ya que cuando abrí la boca para disculparme la campana sonó liberandonos. Janet seguía dormida por lo que tuve que sacarla del salón a rastras.

-Dime que ya nos podemos ir a casa - me suplicó con voz somnolienta.

-Desafortunadamente aún quedan dos horas más de tortura pero es hora del almuerzo así que debemos apurarnos si queremos conseguir sitio en la cafetería. - concluí mirando a las demás chicas que ya se habían reunido con nosotras. 

Aunque corrimos veloces como rayos para cuando llegamos, todas las mesas estaban ocupadas excepto la que se encontraba en la esquina más aleajda de la cafetería,  junto a los tachos de basura. Genial.  Nada más placentero que comer junto al hedor putefracto que emanaba la basura.

-¿No planean comer aquí, verdad?- preguntó Janet mucho más despierta.

- Muchas opciones no tenemos. - repuso Sophie haciendo una mueca - está prohibido comer afuera.

- No sé ustedes pero yo prefiero comer en las lindas mesas del invernadero, los profesores nunca vigilan ese sector.

- Excelente, será como un día de camping - exclamé feliz de poder alejarme de aquel asqueroso lugar - Emma, ¿vienes?

-Claro! Nada mejor que comer en la naturaleza - dijo entusiasmada.

Y así las cuatro nos escabullimos de la cafetería encaminandonos hacia el invernadero en la terraza del instituto

Cuando llegamos, el aroma de las flores me mareó un poco, era embriagador; Janet nos condujo al fondo del mismo donde había unas cuantas mesas de madera.

Nunca había subido aquí,  las clases de botánica son opcionales y siempre opté por tomar las de química avanzada en su lugar -nos confesó Sophie- pero, me he perdido de mucho, es hermoso este lugar. Mágico.

Ella tenía razon, el invernadero era enorme y estaba repleto de plantas florecidas. Había flores de todo tipow con colores vívidos y cada una desprendía un aroma estupendo.

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Luego de unos minutos las cuatro habíamos terminado nuestro almuerzo y reíamos de absolutamente todo. La tensión del día se había relajado.

-Bueno, bueno, paren si no quieren que me muera de la risa - suplique agarrándome el estómago - quiero hablar de algo.... importante con ustedes. Necesito vuestro consejo

Emma estaba sonriendo pero al instante su sonrisa se desvaneció y todo su cuerpo se tensó al notar mi propia tensión en la voz -¿Que ocurre Vanss? -inquirió con la mirada clavada en mí.

Tomé una bocanada de aire para relajarme y comencé a hablar -el problema es Jamie, está actuando muy extraño y... creo que me engaña

-Vanss lo siento, si Jamie te engaña no sabe lo que se pierde -me consoló Sophie apoyando la mano en mi hombro - hay veces en que los hombres actúan como completos idiotas. No te merece

-Vanss, yo creo que no tienes que sacar conclusiones antes de tener pruebas. Quizá estés malinterpretado todo - me dijo Emma

De repente Janet reaccionó, se puso en pie y recogió sus cosas de la mesa.

-Debo irme, no soportaré otras dos horas de clases, chicas, cubranme con el profesor Olars - nos pidió mientras agarraba su bolso - Vanss, no te preocupes, seguro que estás imaginando cosas. Jamie jamás te engañaría con otra persona - me dijo mientras le daba un beso en la mejilla.

En unos segundos se había ido del invernadero. Todas estabamos estupefactas.

- ¿He dicho algo malo?- me pregunté en voz alta.

- No, no creo. Janet es así, tiene mucho que procesar y quiere estar sola - me calmó Emma - ahora vengan conmigo que tenemos que inventar algo para cubrirla con Olars. - se levantó y tiró de mi. Sophie asintió y también se puso de pie.

- Creo que tengo una idea - les confesé. Y las tres salimos del lugar dejando a las plantas solas de nuevo.

8 años despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora