Cap. 5. El Placer De Conocer A Los Frotingflosh Underhud

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La sala fue rápidamente acomodada por las sirvientas, lo hacían con tal precisión que superarían la velocidad con la que harían las cosas los naipes en Alicia en el País de las Maravillas. Frenéticas, felices y alocadas las sirvientas por ver a un hombre de tan desprovistos rasgos ajenos a los ingleses, las sirvientas habían dejado todo en orden, para que los hermanos y Jeon JungKook pudieran pasar a charlar durante la mañana, y esperar al almuerzo.
En el interior de Luis le temía a todo, intentaría mantener una conversación que dure más de dos minutos, trataría de asegurarse que JungKook siempre estuviera cómodo, siempre divirtiéndose, siempre tenía algo que hacer cuando quería hacer algo, algo que comer cuando quisiera comer, y algo que beber cuando quería comer. Luis intentaría ser amigable.
Los tres individuos tomaron asientos separados, en sillas completamente cómodas, cojines suaves y cómodos para iniciar una conversación desde las miserias de los pueblos hasta las maldiciones de los dioses griegos, el origen del hombre o cualquier otro tema en específico a debatir. Las sillas estaban forradas de tapiz terciopelado vino, las patas de las sillas tenían gruesas espirales dorados y el respaldo era coronado con una enzima de adornos tallados delicadamente en la madera.
- ¿Y bien Luis? ¿Qué puedes decirnos de París? – Pregunto Joseline para iniciar una cómoda conversación, de alguna manera JungKook debía enterarse que su nuevo amigo venia de un país vecino para inculcarle algo de cultura y no crecer como un total malcriado.
- ¡Ay! ¿Y que podría yo decir? Habría que ser antípoda de la razón para no confesar que Paris es el gran mostrador de las maravillas, el centro del buen gusto, del ingenio y de la galantería
- Por mi parte, afirmo que, fuera de Paris, no hay salvación para las personas de probidad. – Intervino JungKook para ser parte de la conversación.
- Es una verdad irrebatible
- Está un poco embarrado, pero tenemos la litera
- En verdad que la litera es un atrincheramiento maravilloso contra las injurias del barro y del mal tiempo.
Joseline comenzó a reírse ocultándose en el puño de su boca. Tanto Luis por su conversación, y tanto a JungKook, por sus respuestas.
Ambos ridículos para la conversación ridícula para... ¿La relación riducula?
Estos muchachos sabían que esa conversación no llevaría a ninguna parte, por parte de Luis retaba a JungKook por medio de la conversación, mientras que JungKook sabía sobre la jugada y respondía de manera tonta para conocer los niveles a los cuales Luis estaba dispuesto a llegar.
- ¿Por qué fuiste a Paris? – Se reanudo la conversación por JungKook.
- Mis padres creyeron que un niño a la edad de 8 años debía interesarse por el mundo de las letras y las palabras, por la poesía y el arte, por los epigramas y madrigales, las modas, modales y principios. Creyeron que era necesario tener a un miembro de la familia que enalteciera aún más el nombre de los Frotingflosh Underhud. Me enviaron con muy poca ropa pero mandaban los Luises necesarios para pagar mi hospedaje, comida, ropa y mis escritos tuvieran los mejores encuadernados en todo Paris por unos tutores que me impartieran perfectamente las clases. No era muy visitado, y las horas para salir a jugar eran muy restringidas. La última vez me sorprendieron jugando en la fuente tratando de atrapar una mariposa. Después cuando entre de cuerpo completo en una chimenea para rescatar a un gatito y jugar con él. Era estrictamente prohibido ese tipo de comportamientos, ya que no eran propios de "un caballero". Tenía horarios restringidos para todo momento, despertar a las 6 de la madrugada para ser vestido, desayunar, practicar violín o piano, almorzar y recibir clases de gramática, literatura y lenguas extranjeras, la comida y salir a pasear con la condición de llevarme un libro y no regresar a menos que haya leído más de 4 capítulos, era bastante agobiante leer con el estómago vacío, hacia mis mayores esfuerzos para concentrarme y poder hacer mis redacciones al regresar para merendar y escuchar historias de las señoras viejas de los alrededores, historias de experiencias vividas, los tutores creían que eso me haría comprender la vida, finalmente cenar y al terminar tenía que realizar mis quehaceres nocturnos sin olvidar nada para el día siguiente. Todo era totalmente rutinario y aburrido, pero en estos años me he ido acoplando a lo que era sometido, era muy raro que pudiera romper esos horarios.
- Luis... ¿Podrías recitarle algo a JungKook sobre lo que aprendiste en tus clases?
- ¿A-Algo como qué?
- Algo como lo que escribías en las cartas que me enviabas desde Paris, anda, míralo a los ojos y recítale algo
La hermana mayor tomo las manos de Luis para ponerlas sobre JungKook, quien amablemente dejo que sus pequeñas manos se depositaran en sus palmas.
La total imprudencia de Joseline podría encaminar a estos jóvenes a decidirse de una vez que es lo que sus mentes y corazones dictaban. Que tomaran una inminente decisión, ya que sus comportamientos eran demasiado obvios a distancia.
- Ilusiones compartidas que iluminan nuestras vidas. Que es verdad que no es un cuento que te llevo muy adentro pues no solo son pasiones, también son sentimientos y emociones encontrados que gritan extasiados que dos almas gemelas se han enamorado...
¡¡BINGO!! Joseline había logrado a través de una de sus terapias hacer que Luis expresara lo que posiblemente podría pasar.
Joseline era una excelente psicoanalista en el comportamiento de las personas en un entorno social y estudio de la mente. Esa pequeña terapia consistía en los sentimientos encontrados, pues hizo que Luis se ahogara en los ojos de JungKook conectándose a través de las manos, quizá sea demasiado pronto para una relación, pero desde el inicio se sabía cuáles eran las intenciones de estos dos. Tal vez las rosas sean una total cortesía.
La prisa que concurría a Joseline por enamorarlo a JungKook era olvidar lo que le había sucedido, olvidar lo que tanto daño le había causado a Luis, olvidar que un amor tan fuerte no se pueda volver a sentir. Olvidar que los malos recuerdos vuelvan a apoderarse del presente. JungKook no era un plan de Joseline, ni siquiera sabía de la existencia de este muchacho, pero desde el inicio la postura de JungKook en la taberna era como la había descrito Luis en un pasado, la postura del hombre del que Luis también se había enamorado. Ese otro hombre... Había traicionado a Luis... Esa traición era famosa por todo el mundo, no solo por haber engañado a Luis, pues este susodicho asunto había traicionado las parejas de más personas en el mundo, y tarde o temprano llegaría para separar a JungKook y a Luis, tal vez no como pareja, tal vez como amigos, pero era muy seguro que llegaría algún día, no muy cercano, no muy lejano...

He Was Looking A PrincessWhere stories live. Discover now