Holaaa.
Siento haber tardado tanto en actualizar, pero he tenido muchos viajes y no he tenido tanto tiempo para escribir. Os pido perdón por haberos hecho esperar.
Os dejo con el capítulo, ¡disfrutadlo!
Ian
Definitivamente estoy perdido, ella me vuelve loco. Sus ojos, su manera de arrugar la nariz cuando mentía, ese ruido de cerdito que hacía cuando se reía y más todavía si era yo el que la hacía reír.
Agarré su cintura y la cargué como si fuera un koala, Alex se sujetó de mi cuello mientras le entraba la risa floja haciéndome reír a mí también. Subí las escaleras y dudé un momento de si llevarla a mi habitación o a la suya, al final decidí que era mejor a la mía.
Cerré la puerta de una patada y me tiré en la cama con ella debajo, puse mis brazos a ambos lados y junté nuestros labios, tiré de ella hacia los pies de la cama y vi como sus ojos me pedían más.
Tiré del dobladillo de su camiseta y se la quité de un tirón lanzándola a la otra punta de la habitación, junté de nuevo nuestros labios y fui dejando un rastro de besos húmedos por su cuello hasta detenerme en el borde del sujetador.
Levanté la vista para mirarla pidiéndole permiso para continuar, no quería hacer algo con lo que pudiera sentirse incómoda o que ella no quisiera hacer.
Me dedicó una sonrisa tranquilizadora y asintió levemente con la cabeza, sabía que no era su primera vez, pero aun así no quería presionarla.
Desabroché el enganche de su sujetador y me separé un poco para poder verla mejor.
—Eres preciosa — susurré muy cerca de sus labios antes de volver a besarla.
No me pasó desapercibido el tono rojo que se había apoderado de sus mejillas, sus manos se pasearon explorando cada arte de mi abdomen y mi espalda consiguiendo hacerme estremecer bajo su tacto. Ella lo notó y dejó un rastro de besos por toda mi mandíbula hasta llegar a mi cuello, se detuvo dejándome expectante hasta que noté como mordió mi cuello levemente haciéndome gruñir de sorpresa y de placer.
Me separé de ella y, bajo su atenta mirada, desgarré el sobrecito plateado para después colocármelo. Volví a la posición de antes y la besé lentamente mientras entraba en ella con cuidado.
—No voy a romperme, tranquilo — susurró contra mis labios y sonreí victorioso.
La penetré una vez más, pero esta vez con más fuerza que la anterior haciendo que soltara un grito de sorpresa. No se lo esperaba, solté una risa leve y Alex me fulminó con la mirada y volví a besarla.
Aceleré el ritmo cada vez más mientras ella gemía de placer y me pedía más y más, sus manos se agarraron a mi espalda cuando hice caso a su petición clavando sus uñas en esta. Ignoro completamente el ligero escozor que se instala en esa zona y dirijo mi boca a uno de sus pechos para chuparlo ligeramente y juguetear con mi lengua y su pezón.
Ella levanta un poco la cabeza y ataca mi cuello con besos húmedos, deteniéndose un momento en la curva de este y absorbiendo con un poco de fuerza. Estaba cien por cien seguro de que me iba a dejar un chupetón en esa zona.
Un escalofrío me recorrió la nuca y terminó en la parte baja de mi espalda, me acercaba al orgasmo y al parecer Alex también. Su respiración era cada vez más acelerada y empezaba a gritar mi nombre, eso solo me incitaba a penetrarla de una manera más profunda que antes y consiguiendo correrme en el trozo de látex que envolvía a mi miembro.
Alex se corrió a mi vez y dejé caer mi cuerpo sobre el suyo con cuidado de no aplastarla y sus pasó sus brazos por mis hombros para abrazarme, yo pasé los míos por su cintura y escondí mi cara en el hueco de su cuello inspirando ese olor a melocotón que la caracterizaba.
ESTÁS LEYENDO
No todo es casualidad
Teen Fiction- Sube - me dice desde el interior del coche -Te estas empapando - - No pienso estar cerca de ti - dije con una mueca de asco. - Eso ya lo veremos, preciosa - me guiña un ojo y le veo alejarse, lanzándome un beso por el retrovisor.