Los Siete Diamantes del Destino [Libro 2]

Capítulo 2: "La caída de los pétalos marchitos"

Todas las plantas empezaron a alzarse descontroladamente, mientras una espesa neblina se esparcía en el ambiente.

―Vaya, vaya... ¡Sí que sabes pelear, amiga!

― ¡Será por qué tengo mil años de experiencia!

―Puede ser que sí, pero mi pregunta que lleva intrigándome desde hace unos momentos, es el ¿por qué asesinas a los humanos?

― ¡Por qué asesinan mi reino!

― ¡Te pareces tanto a mí!, claro, yo soy más poderosa... y tú muy mediocre―Mientras peleaban la charla se hacía más profunda, siendo balanceada su batalla.

― ¡Maldita!, Jamás me vuelvas a comparar contigo―desde lo profundo de la selva, una raíz tomó el pie de la Reina Oscura, y la golpeo en el suelo fuertemente.

― En mil años, y sigues siendo una mediocre, sin poder alguno sobre las personas... ¡Me desagradas bastante!―Desde sus delgadas manos, su don devastador lo expulsó en contra de la Reina Natura.

A causa de esta pelea, la hermosa Selva que cubría un parque en el Congo, fue totalmente destruida. La Reina Natura se encontraba exhausta en el suelo, en donde por sus heridas derramaba lágrimas de sangre; La Reina Oscura, descendió en seguida, se acercó y con su báculo, señaló con su rubí el rostro de la reina caída.

― ¿Qué quieres de mí?

― ¡Es algo simple e insignificante!

Agonizando en el suelo, gestó la duda.

― ¡Algo que no sabes aprovechar!... ¡Tú poder!

La Reina Natura, se carcajeó por tal estupidez...Sin embargo:

― No encuentro la gracia ¡Querida Amiga!, A lo mejor no sabes, pero te lo diré.―Momento a momento, su báculo cargaba más y más poder, rodeando poco a poco a la hermosa Reina Natura ― Tu poder no viene de este mundo, sino del mío; soy una poderosa reina de sangre Alleriana, cuya capacidad es controlar el poder de los hechizos más poderosos. O sea, ¡tu poder puede ser mío, si yo quiero!

Para cuando terminó de decir esto, no dio tiempo para que Sayuri aunque sea reaccionará, detonando su tremendo poder que se había estado concentrando.

Desde las profundidades de la Selva, las plantas desprendían un magnífico brillo color verde, el cual se acumulaba y rodeaba a la Reina Oscura, siendo ella la que absorbía tal poder.

― ¡Ahora, quien es la que sigue!