Capítulo 7: "El Lenguaje de los Dioses" parte III

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—¡Mi señor estamos listos para abrir fuego!
—¡Disparen!

A un costado del señor se hallaba su hijo, admirado de la brutalidad de su padre. Cuando esté dió la orden, Yalak no pudo contenerse, y grito:

—¡Mi papá, no lo hagas, allí está mamá!

Cuando el padre escuchó lo último, su cuerpo se estremeció, y con una mirada perdida, decoraba su tal fiereza al destruir a su propia esposa.

Ella se encontraba en una reunión de amigas dentro de un famoso centro comercial. Ese mismo dia, fue el momento de inauguración de Biotecknic Corporation por parte del señor Roses, en la planta más alta de aquel edificio. Aquella mujer en la mañana, mientras se levantan ella y su marido, le comentó que  iría a ese lugar, más sin embargo, éste no atento las palabras de su querida, ya que su mente se hallaba centrada en la idea de derrocar a su más poderoso enemigo; Joel Roses.

Landon Grayson, el nombre de aquel varón que por el deseo más bajo de la venganza, destruyó al brillo de su vida, su candil en la oscuridad, su luz de mediodía.

Todo el recinto cayó en ruinas, y multlipes explosiones se causaron, decenas de personas murieron, y centenas resultaron heridas. Los hombres de Landon, no hallaban donde someter su cara de vergüenza y de culpa.

El rostro de Landon estaba paralizado, sin un solo indicio de consciencia, contemplaba desde su centro de observación y comando la terrible maldición que se había hecho asimismo, tormentándose por la eternidad con aquel momento, en donde sus palabras se escuchaban más fuertes, más claras, más profundas, más vacías, más dolorosas, más llenas de arrepentimiento.

Yalak, aquel niño de tan solo en ese entonces 8 años, se llenó de un sentimiento que ni el mismo puede definir, un sentimiento que se mezcla entre los más brutales: Odio, Venganza, Ambición y Recentimiento.

Sus ojos se humectaban con las olas que formaban sus lágrimas en sus ojos verdes, sus labios se deformaban demostrando el arte más grato y puro del dolor, y su mente se bañaba en la tortura más placentera de la rebelión, la Extroversión.

Al día siguiente, Landon Grayson se hallaba en la lápida de aquella mujer la cual fue la causante de su prematura viudez. No le importaba nada, su corazón se había destruido, y aunque su gente le mencionaba que luchará por su hijo, el realmente no quería ni siquiera verlo, no tenía idea alguna de su posible futuro después de esa crisis. No obstante, entendió y juró a la lado de la lápida, la muerte decisiva de su peor enemigo.

—¡Amor!, Por qué estabas allí, ¡¿POR QUÉ?!, No sabía que estabas allí, LO SIENTO TANTO POR NUNCA DEMOSTRARTE ATENCIÓN... ¡Pero nada de esto hubiera pasado si Joel Roses no se hubiera cambiado de lugar a último momento. ¡CLARO!, Yo no soy un asesino, ¡ÉL ES EL ASESINO!—Sus ojos sobresalían de sus cuencas por tal psicopatía que sufría.

—¡Por eso mi amor, No te preocupes. Te juro que te VENGARÉ, ¡JURO QUE VENGARÉ TU MUERTE! ¡PROMETO QUE ASESINARÉ A JOEL ROSES! ¡destruiré todo lo que el más ama!, Así como el lo hizo conmigo.

Su hijo, observaba desde lo lejos, la locura que empezaba a invadir la mente de su padre, y asimilaba su pronta batalla hacia una madurez más precoz, ya que tendría que crecer recordando el momento en donde su esperanza decayó. Una esperanza que lo alejaba de las garras de la discriminación de su padre. Con un ambiente lluvioso, y los rayos resonando los cielos, empapado y con rasguños en las manos, Landon enloqueció, y su comportamiento en aquella tierra muerta era digno de merecer.

"Diez años después"
Actualmente

—Padre, asigname esta tarea, y con gusto iré por ella—Yalak miraba a su padre con arrogancia y sed de poder.

Los Siete Diamantes del Destino [Libro 2]Where stories live. Discover now