Capítulo 1: "La Selva maldita"

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De entre los pasillos del hospital, corriendo y a la vez discutiendo los soldados y paramédicos llevaban en camillas a Claris, Regina y a Stephanie, siendo ésta última la más grave.

<< ¿Dónde estoy?>> se preguntaba Stephanie, al observar bocarriba las luces del techo del hospital que pasaban velozmente, demostrando el movimiento acelerado de su camilla << ¡Deténganse! ¡Tengo que investigar algunas cosas! ¡Quiero saber que está pasando! ¡Y la única manera de saberlo es bajarme de esta camilla e ir a mi casa, agarrar mi computadora para poder salvar a mis amigas!>> Manteniendo sus ojos abiertos, sus profundos pensamientos lograban que llorará por tal impotencia.

-¡No te preocupes, no te pasará nada!-Le dijo un soldado que a lo que ella lograba percibir, sería el teniente o comandante, expresando una cálida sonrisa.

<< ¿Por qué me dijo que no me pasará nada?, si eso se dice cuando intentas evitar algo que ya sucedió o que aún no, pero qué aun así me afecta, ¿Qué otra cosa peor me puede pasar a estas alturas?>>

Los médicos y soldados dejaron de discutir repentinamente, como si ya se había aclarado el tema polémico entre ambos grupos sociales. Posteriormente mientras corrían, iban perdiéndose en la luminosidad de los pasillos.

Del otro lado del mundo, surgiendo de entre la densa y pantanosa región de la selva del Congo, una hermosa y gran esfera de neblina oscura que resplandecía rayos rojizos a causa de la luminosidad de un magnifico rubí, colocado en la punta de un poderoso báculo; el cual era sostenido por las manos de una reina malvada, llamada Vanessa Darkness Frezzing o como todos usualmente la llaman al verla: La Reina Oscura.

Durante días, varias empresas madereras y mineras, han estado inspeccionando la zona central de la exuberante selva, logrando encontrar grandes riquezas naturales, como oro, plata, y los hermosos diamantes. Sin embargo, en horas laborales, se escuchan de entre los árboles voces sollozantes, que atemorizan a los peones. Sin embargo, aunque suceda este tipo de eventos las empresas no están dispuestas a dejar el tesoro encontrado dentro de la selva. No obstante, por tal atrevimiento, estas acciones de destrucción hacia la naturaleza serán castigadas.

Era hora de descanso, y los peones comían sus refrigerios tranquilamente en los comedores expuestos a la merced de la Selva; hasta que fueron interrumpidos por un fenómeno que cada vez se hacía más evidente: estaban creciendo rápidamente raíces y plantas en la zona de trabajo, envolviendo todo a su paso, como las máquinas, las casas de campaña, los comedores, increíblemente todo a su paso.

-¡Ingratos ambiciosos! ¡No dejan de destruir lo más hermoso de este mundo! ¡Por tales delitos, yo los castigo, puesto que yo soy su Reina! ¡La Reina de la Naturaleza!-Aparece de entre los altos árboles, la bella mujer cubierta con vestidos de esmeraldas, y su corona distintiva hecha por las ramas de un adobe.

Desde lo profundo de la tierra, se esculpían las gigantescas lianas que arrebataban todo a su paso, matando a los peones. Solo uno de ellos logró huir hacia un acantilado, donde sería acorralado de espaldas por la Reina Natura, y de frente por el escarpado acantilado. Sorpresivamente, en lo alto del cielo, a metros de aquel acantilado, se veía como una dama con aspecto sombrío descendía.

-¿Qué es eso?-Se preguntó alterado aquel peón. ¡¿Acaso es una mujer?!-Dijo gritando fuertemente de pánico.

En un parpadeo, aquella mujer ya no estaba; y el peón seguía atemorizado, sin embargo, el pobre hombre, desde un costado de su cuello, empezó a sentir como una tremenda daga pasaba cerca de su vena yugular.

La Reina Oscura, lo estaba observando detenidamente, de pies a cabeza; dándose cuenta que en este planeta hay bastantes razas de seres humanos.

En lo profundo de la selva una extensa liana se abalanza en contra de la Reina Oscura, siendo esquivada velozmente.

-¡Querida! ¡Hasta que te dejas ver, mi amor!-Responde la Reina Oscura, mientras de su báculo desprendía energía oscura, y arrodillaba con su pie a aquel peón.

-¿Acaso ya nos conocíamos?-Responde Sayuri desde la densa vegetación, terminando por lograrse ver completamente, preparando sus manos con gruesas y filosas lianas para una posible pelea.

-¡Empecemos nuestra fiesta de té!

Los Siete Diamantes del Destino [Libro 2]Where stories live. Discover now