Capítulo 6: "El Lenguaje de los Dioses" parte II

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―¿Por qué estoy afuera junto al auto, si mi hija está en su cuarto?―Justo cuando intentó abrir la puerta de su coche, recordó que su hija estaría en su habitación, ya que, en dónde más podía haber pasado la noche; aun así sonrió―¡A lo mejor ya es costumbre de estar saliendo a prisas en busca de mi hija!

EL teléfono que siempre usaba para comunicarse con su compañía, empezaba a sonar fuertemente a causa de una llamada de emergencia

―Mi señor, usted no se ha presentado en una semana, ocupamos de su respetable presencia para poder organizarnos y asimilar la nueva información obtenida―Joel seguía afuera de la casa, y mientras escuchaba las nuevas de uno de sus empleados, su cara se sorprendió al escuchar “NUEVA”.

―¿Nueva?―pregunta, expresando en su rostro con claridad su gran confusión, ya que para el la información más relevante fue hace dos días, siendo la mujer voladora el caso―¿Hablas sobre el caos que está en toda la ciudad?―mencionó al observar de nuevo su entorno, y dejar de pensar en su hija.

―¡Sí! 

―¿Cómo ocurrió?, ¡dame todos los detalles por llamada!―en seguida se volvió a su coche, y con gran rapidez, arranca para dirigirse a su gran empresa Biotecknic Corporation.

En las desoladas calles del extremo suroeste, lugar donde se dio la mayor afectación, seguían caminando las jóvenes, con sus pensamientos perdidos en las preguntas que surgieron durante las nuevas experiencias.

―!¿Oigan?¡―Stephanie comienza la plática más difusa que tuvo en toda su vida.

―¿Qué sucede?―contestan al unísono Claris y Regina.

―¿Cómo fué que estaban vestidas tan hermosas, y con magia o poderes, que por el momento no sé cómo referirme a ello?

―Pues tampoco yo lo sé, solo me segué por el fuerte sentimiento, y ¡boom¡, rocas por aquí y rocas por allá―responde Claris un poco alegre.

―¿Yo?, ¿no sé?, solo pensaba en matarla, solo en eso―responde Regina con su mirada fija, perdida en el suelo, mientras caminaba sin saber a dónde iba, solo por seguir a esas dos locas.

―Wow, la verdad eso ya lo ví―Stephanie, voltea su rostro y las detiene en medio del camino.

―¿Cómo, cuándo, por qué?―De nuevo las dos revuelan la atmósfera con cientos de preguntas.

―Claris, ¿te acuerdas cuando llegué a tu casa, a mencionarte algo de una visión que tuve ayer por la mañana, mientras me mostrabas tu collar?

―Sí―responde muy preocupada.

―Pues, en esa visión, observé a cuatro más; cuatro mujeres que al momento de sufrir grandes pérdidas familiares, o sentimientos de dolor, obtenían ese gigantesco poder.

―¿Y eso, cómo nos involucra?―interviene Regina algo angustiada al igual que Claris.

―¡Por los collares!―menciona con una profundidad, que causaba esa emoción de suspenso y sorpresa.

―¿Por eso insistías hace unos momentos de una tal leyenda, verdad?―contesta Claris muy emocionada.

―Sí; ¿No se han preguntado por qué el collar que poseía Regina era marrón, y el tuyo Claris, azul?

―¡Ahora que lo mencionas, ella tiene algo con las rocas, y yo con el frío o hielo!

―¡Cierto!―Afirma Regina.

―Si se convierten en mujeres con coronas, vestidos hermosos y controlando un gran poder natural, tipo Sailor Moon, entonces son Reinas.

―¿Reinas?, ¿yo una reina?―miraba fijamente a los ojos de Stephanie, intentando averiguar si era una clase de broma, mientras tanto, Regina solo escuchaba atenta.

―¡Entonces, explica tú el porqué de las coronas, y la escena que vi en mi visión, de una reina poseedora de los Siete Diamantes del Destino incrustados en su corona, siendo sorprendida por bandidos expertos, que al momento de morir bendijo el poder de los diamantes!

―Prosigue―menciona Claris, adquiriendo una actitud más seria conforme se daba la plática.

―Aparte, recordé que justo el día anterior escuché una leyenda muy popular de la preparatoria, en la clase de Redacción, la cual mencionaba algo sobre Siete Diamantes; fue por eso que salí la vez de tu pelea contra esa reina oscura, y me congelé.

Regina, postró su mirada en el cielo, y asimiló algo increíble que para ellas era demasiado novedoso.

―¿Entonces somos Siete?, ¿Qué extraño juego del Destino? ¡Tengo un poder abrumador!―sonríe, retorna su mirada hacia el suelo, y con solo su mente, queriendo mover parte del pavimento, esté se mueve, y confirma que es parte de las Siete Reinas―¡Esto es un regalo para vengar a mi familia!

―Oigan, pero no todo es bueno; en ese texto se menciona mucha destrucción, y…―Stephanie guardó silencio, pues recuerda perfectamente que las Siete Reinas serían totalmente destruidas; teniendo que mentir sobre su posible futuro para que lucharán y por algún modo poder cambiar lo que, si en sí es verídico, no tenga que suceder―¡Y ustedes ganarán!, ahora tenemos que dirigirnos a mi casa para investigar más a fondo esto―Stephanie decide proseguir con su caminata, pues ir en coche era muy arriesgado, por los accidentes bruscos en las calles llenas de escombros.

―<<¿Algo sucede con Stephanie, y es un tema que tiene que ver con nosotras, quiere ocultarlo, para eso estaré atenta a todo lo que diga; ocupo saber cómo destruir a la Reina Oscura>>―Pensamientos de desconfianza y suspenso recorrían los rincones de la mente de Claris, enfocándose en lo que Stephanie había mencionado.

Los Siete Diamantes del Destino [Libro 2]Where stories live. Discover now