Lo inevitable

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Diego llegó a las oficinas caminando por el corredor. Era una persona completamente distinta, aunque aún no perdía la esencia de Diego.

- Diego, eres tú ? - preguntó Daniel asombrado.
- wow te vez tan...
- diferente

Diego había perdido algunas tallas, casi llegando a la estatura de Daniel.

- No hace falta que me lo digas - Dijo Diego con una voz menos grave.
- se que me veo diferente

- pero ya sabes, es ....

- El tratamiento

Diego preparado para su exposición con los clientes entró a la sala de juntas donde normalmente la presencia de Diego intimidaba inconscientemente a los presentes pero esta vez era diferente. Diego había perdido esa presencia que le daba seguridad,  con los cambios que había sufrido Diego era otra persona muy lejos de lo que algún momento fue. Adicionalmente, la empresa se vio obligada a justificar con sus clientes los cambios que sufría Diego debido a su enfermedad .  Durante la exposición, los clientes no podían parar de ver a Diego con lástima y poco respeto, haciendo que el acuerdo de negociación no sea satisfactorio para la empresa.

Al acabar la exposición, Diego sólo tenía ganas de llorar, pues estaba consciente de lo que estaba pasando. Se despidió de sus clientes con un amargo sabor de boca y con los ojos aguados se dirigió al baño, misma acción que fue interrumpida por el presidente de la empresa.

- Diego, necesito hablar contigo

Diego se refregó los ojos y miró a su jefe con cara de tristeza y enojo decepcionado de sí mismo.

- Entiendo que tú enfermedad es algo muy delicado y está perjudicando a la empresa.

- No quiero ser mala persona pero tendré que ubicarte en otro puesto hasta que... bueno

- Tu...- tu mejores.

Diego asintió con la cabeza fingiendo estar de acuerdo.

- Muy bien pues, te ubicaremos en un puesto donde no tengas que esforzarte mucho.

- Y con el salario, pues no te preocupes. Ganarás lo mismo.

Diego solo podía sentir como tenían lastima de él, y ya no tenía aquel cuerpo varonil que lo reconfortaba cuando su ego se veía afectado. El puesto que tenía de lo había ganado con su esfuerzo y ahora le era arrebatado por su condición. Su trabajo era un punto importante de su personalidad por su presencia al negociar.

El presidente de la empresa continuó su camino incómodo por lo que tuvo que hacer, pues sabía que Diego no lo estaba tomando nada bien.

Los ojos de Diego nuevamente se llenaron de lágrimas y camino hacia el baño. Mirándose al espejo pudo ver aquel fino rostro que le acompañaba. Era un rostro completamente diferente, un rostro que el mismo  Diego hubiera rechazado como amenaza ante cualquier situación.

- No puedo creer que me esté comportando como una mujer.
- ¿Llorando en el baño y con esta cara?
- ¡Está cara de un chico afeminado! . Dijo Diego
mientras golpeaba el granito del mesón de baño.
- ¡Auch! - Reacción Diego con un delicado movimiento de la muñeca.
- Eso dolió - Dejaba soltar una lágrima de dolor.

Toda la situación fue el inicio, el inicio para aceptar que su cuerpo estaba cambiando y no podía hacer nada. Diego dejó soltar un llanto incontrolable, algo que lo obligó a entrar a uno de los inodoros para esconderse de cualquier persona que entre.

Mientras lloraba sentando en el inodoro escuchó entrar a dos de sus compañeros.

- Hoy Diego quedó ridiculizando.

- Creo que se lo merecía por ser tan prepotente y presumido

- Espero que esto le enseñe algo de humildad.

- No estoy de acuerdo con la petición de Paula, esa petición de ser respetuosos con su condición.

- No quiere que lo lastimemos, como una niñita jaja.

- Es claro que a cambiado un montón y nadie lo quiere decir.

- Cada vez que lo veo, veo a un afeminado.

- Si no lo conociera, diría que es gay.

- Tranquilo amigo, debes respetar que los cambios son por su tratamiento. - Comentó el otro chico.

- Lo se, lo se, solo digo.

Diego no podía creer lo que escuchaba. Sus manos temblorosas intentaban secar las lágrimas que rodaban por sus suaves mejillas.

- No puedo creer que Paula haya hablado con todos y peor aún, sus intenciones eran que yo pase por desapercibido mi cambio.

-Haciendo que todos me vean con lastima y eso...

- Eso es imperdonable

- He perdido el respeto

- Yo, siempre fui símbolo de un hombre, de un macho alfa.

Diego intentando limpiar sus lágrimas, se levantó y salió del baño a continuar trabajando y humillarse con su nuevo puesto. Pues no podía seguir demostrando debilidad.

Las horas pasaron y Diego llegó a casa con su ego completamente destrozado. Paula enojada, se sentía responsable por su condición y no podía dejar que su proceso sea entorpecido por las decisiones de Diego. Paula coincidente de su condición emocional que padecía Diego, tomó una droga de su caja de medicinas y la colocó en su Jugo.

Mientras comían no se dirigían la palabra. Paula podía observar cómo Diego se iba relajando cada vez más y su mirada se iba suavizando como si quisiera mirar a Paula.

- Me - me pasas la ensalada porfavor - Dijo Diego haciendo un esfuerzo para romper el hielo.

Paula atentamente reaccionó a la petición de Diego pero al levantarse abruptamente golpeó la mesa haciendo regar el jugo de ella sobre su vestido. Diego reaccionó con una sonrisa acompañada de risas que en poco rato Paula le acompañó mientras miraba el desastre que había causado.

Era la primera vez que Paula usaba esa droga con Diego y apenas había leído las instrucciones pero sabía que eso lo relajaría.

Patente de Hormonas Venus

Droga Venus

Este medicamento debe ser tratado únicamente si el Paciente padece de síntomas de arrepentimiento por el tratamiento.  En el caso de tratamiento involuntario administrar diariamente  únicamente después de haber terminado el proceso de cambio. En casos especiales como resistencia o depresión administrar una vez a la semana. El efecto máximo de la droga dura 24 horas y en 48 horas habrá perdido todo su efecto. Si no es administrada cuidadosamente los síntomas pre-cambio podrían causar cambios en la personalidad.



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