Un tratamiento de cáncer y una joven esposa desesperada por salvar a su esposo de 27 años.
El tratamiento experimental de hormonas que podrían salvar su vida a cambio de convertirse en una mujer sin saberlo.
Diego se levantó con un sabor agridulce por lo sucedido en la madrugada. Por un lado el orgasmo que había vivido con Paula había sido la mejor sensación que pudo sentir en su vida, era una sensación que quería volver a sentir pero fue en un mal momento, un momento de confusión y constantes cambios.
Diego como siempre se levantaba temprano debido a las inquietudes de sus pensamientos . Al levantarse notó que estaba completamente desnuda, razón por la que fue directamente a la ducha. Una vez adentro con el agua caliente cayendo sobre su cuerpo mientras enjabonaba su cuerpo. Sintió esa sensibilidad nuevamente en los pechos, la misma que había sentido hace unas horas con Paula.
La placentera sensación de frotar sus firmes pechos hacía que Diego no quiera parar. Poco a poco fue acariciando su cuerpo hasta llegar a su sexo. Una vez ahí una corriente de placer lo detuvo.
Era una pelea entre Diego y Adriana, pues su cuerpo deseaba que continúe mientras Diego aun no se sentía listo. La mano continuo acariciando sus labios vaginales mientras con la otra mano tocaba sus pechos, con cuidado y lentamente iba metiendo sus dedos dentro de la vagina mientras su boca apuntando al techo dejaba soltar jadeos silenciosos. Para Diego no era nuevo tocar una vagina, debido a las diferentes parejas sexuales que tuvo pero esta vez el podía sentirlo y lo disfrutaba.
Mientras se dejaba llevar por el placer, Diego se acomodaba posando las rodillas en el piso de la ducha. Adriana en cuatro acomodó sus caderas para dejar caer las gotas de agua sobre su sexo. Cada vez era mas intenso el movimiento y el esfuerzo de no hacer ruido. Mientras bombeaba con sus dedos una sensación de placer aumentaba, Diego cerro sus ojos y dejo soltar un gemido que inmediatamente lo silencio con su mano sobre la boca mientras sus ojos se torcían de placer.
Diego había abierto una nueva puerta, una puerta llena de placer y deseos sexuales confusos que debía descubrir. Por el momento solo disfrutaba los orgasmos que el provocaba y veía sano y natural los orgasmos que le provocaba su esposa o eso intentaba creer. Un juego de ropa interior le esperaba fuera de la ducha, por una extraña razón, diego se la colocó sin saber como ni protesto que sea una tanga, pues nunca lo había hecho.
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Al salir de la Ducha con ropa interior, Paula le esperaba nuevamente con todos los instrumentos de maquillaje y peinado pero esta vez mientras lo hacía Paula le iba explicando como hacerlo mientras Diego intentaba ignorarla. Paula estaba tranquila, pues ya había aprendido bastante sin saberlo.
Lo que diego no sabía era que la droga la cual Paula usaba para manipularlo, había descubierto que si era suministrada en pequeñas dosis el efecto duraba un par de horas, suficiente para implantar en Diego detalles que se habían escapado. Todas las noches sutilmente Paula le enseñaba normas de etiqueta, maquillaje, peinado, vocabulario, higiene personal entre otras cosas. Las explicaciones que Paula estaba dando mientras lo peinaba eran un refuerzo a lo que Diego ya sabía.
Mientras Paula peinaba a Adriana, Diego sin darse cuenta se estaba maquillando sin ayuda, paula había estudiado mucho sobre como implantar ideas, haciendo que Diego lo vea como algo completamente normal, como si lo hubiera hecho toda su vida, como si lavarse los dientes fuera algo que solo las chicas hacen pero para su realidad es parte de su higiene.
Al terminar Paula le tenía una mudada un poco mas seria, pues ya no era necesario sorprender a la empresa y Diego ya había sufrido mucho el día anterior. La intención de Paula era que comience desde lo mas difícil con la promesa que no podía romprer para que acepte sin problema lo demás.
- Mira, esta vez mostraras menos - Comentaba paula mientras mostraba en un armador un terno con una falda mas larga.
Efectivamente diego se sentía mas aliviado y en ese momento había olvidado que podía usar unos pantalones pues era un día casual.
- Bueno, por lo menos cubre mas mis piernas - Comentaba Diego con tranquilidad
Diego sabía que tenía que confiar en Paula pues era recomendada por la empresa y el no sabía nada de vestimenta femenina para opinar, estaba atrapado en los gustos y deseos de Paula. Una vez diego
- Como los tacones bajos se rompieron te tocara usar estos - Comentaba paula
Después de que Diego acabe de colocarse las medias, abrocharse la camisa y subir la falda suspiró y se subió a los tacones pues no le quedaba de otra. Los tacones de Paula siempre fueron altos y no sabía que otra cosa podía usar.
Una vez en el parqueadero no dejaba de pensar en el sueño que tuvo, cada vez que pensaba en el, sensaciones extrañas llegaban a su mente. Diego se sentía completamente nervioso de ver a Daniel.
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Al llegar al trabajo, Diego pudo parquear su vehículo dentro del edificio ya que ahora trabajaba ahí, para el era un alivio pues ya no tenía que verse con esos guardias y Daniel no tenía que acompañarlo. Al salir por el ascensor la chica de recepción reacciono estrepitosamente ante la presencia de Adriana pues aun estaba incomodada por lo que había pasado el día anterior.
- Buenos Días Adriana.- Hablaba La recepcionista como parte de su trabajo, aunque en su cara había ese enojo y envidia por Adriana.
Diego caminaba lentamente por la oficina, la falda mas larga le daba un poco mas de tranquilidad pero no dejaba de incomodarle las miradas de los presentes, pues aunque la falda era larga las curvas de sus caderas y su trasero resaltaban en la falda.
A lo lejos se escucho una voz varonil, una voz que se transformo en un balde de agua fria para Diego. El no sabía como reaccionar ni que pensar pues el sueño lo tenía muy confundido.
- Hola Adriana buenos días - Hablo Daniel
- Ho, ho, hola - Hablaba Diego algo nervioso mientras evitaba el contacto visual.
- Hola - Repitió Daniel
- Hola - Repitió Diego levantando la mirada
-Una sonrisa salio de los dos, una sonrisa que fue natural y tranquila para Daniel pero para Diego fue una mezcla de emociones que no entendía y solo quería que acaben.
- Espero que estés lista para mañana la presentación
- Se que lo harás genial
- Gracias no los decepcionaré
Diego estaba completamente seguro de su trabajo y eso le daba tiempo para preocuparse en algo que nunca pensó que iba a pasar.
- Que me pondré mañana
- Debo sorprender a los clientes
- Paula debe ayudarme
- aah están difícil ser mujer, antes solo usaba un traje y un buen peinado - pensaba Diego mientras se mordía la una del pulgar
- Daniel estará ahí... - Diego movió su cabeza negando el pensamiento
