Perdón

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Al siguiente día Diego se levantó tranquilo y saludó a su esposa con un beso en la boca como si fuera un día normal. Debido a la droga no podía asimilar lo que sucedía con su cuerpo, su fina cara, sus pechos y la sutil cadera que crecía, lo veía como parte de su vida cotidiana haciendo un día normal de trabajo.

Paula, ayudó a Diego a elegir ropa que cubra su cambiante cuerpo. Para ello, Paula tenía preparado un traje especial fabricado específicamente para esa fase de cambio."La farmacéutica experimental Venus" tenía sastres afiliados encargados en hacer cortes y aumentar. El traje disimulaba muy bien el complicado proceso que sufría Diego. Dicho traje almacenaba rellenos en varios puntos para disimular una subida de peso cubriendo el delgado cuerpo que cada vez tenía una forma mas femenina. 

- Como me encantaría que siempre actúes así. - Pensaba Paula mientras lo miraba ir a trabajar.
- Esto yo hice por tu bien
- Voy a extrañarte pero por lo menos estás vivo

Diego salió a trabajar en su vehículo como un día normal. En el trabajo Diego estaba tranquilo con su nuevo puesto, algo que llamaba la atención de su jefe y compañeros, pues el día anterior era claro que no estaba de buen humor.
Su actitud positiva ante la situación no fue nada favorable para los próximos días. Al ver la tranquilidad con la que trabajaba causó desinterés sobre Diego por parte de sus compañeros.

La empresa y sus compañeros y no sentían esa presión de estar pendiente de él y sentirse comprometidos por su situación. La presencia y habilidades de Diego eran muy importantes para la empresa ganándose el respeto y dependencia de su presencia con los clientes. 

Los días pasaron y Diego cada vez era más ignorado por sus compañeros convertidose en un trabajador mas de la empresa, sin importancia ni relevancia. El respeto y amigos que Diego tenía desaparecieron a excepción de Daniel quien era su único amigo desde la universidad. Los dos habían estudiado juntos y si no fuera por Diego, Daniel aun estaría buscando trabajo. Era jueves por la mañana y el efecto de la droga cada vez tenía menos fuerza en Diego. En la la cafetería del la empresa se reunieron todos como siempre para conversar. 

- Hola Diego me sorprende como  has cambiado de actitud ante todo esto - Habló Daniel mientras los demás solo miraban. 

Era notoria la débil presencia de Diego en el grupo, la misma que hace unas semanas era la mas imponente y popular. Diego tenía el mismo tamaño de Daniel, algo que llamaba mucho la atención pero por respeto a su enfermedad intentaban ignorar. 

- Estoy intentando asimilar lo mas posible todo esto - Hablaba diego mientras se iba dando cuenta nuevamente lo que estaba pasando.

Al agacharse un poco, su chaqueta se movió dejando notar que bajo ella, había una camisa con un bulto en sus pechos. Algo que llamo la atención de uno de los presentes pero intento ignorar. 

- No puedo creer todo lo que esta sucediendo - Diego, ahora sabía que había una feminización en el y ya no podía comentar de sus cambios físicos, pues no quería levantar sospechas ante algo que cada vez era mas evidente. 

- Ayer era una de las personas mas importantes de qui y ahora...

- Ahora solo estoy hablando contigo mientras estos idiotas solo me miran sintiéndose superiores a mi. - Los ojos de Diego se cristalizaron y Daniel lo abrazo, algo que no era común pero era justificable ante el sufrimiento de alguien que padecía tan terrible enfermedad. 

Por un momento Diego se sintió cómodo con el abrazo de Daniel, pues era necesario que alguien lo haga pero con el tiempo Diego comenzó a golpear la espalda de Daniel y lo separó con fuerza. 

-No soy tu chica para que me estés abrazando.

- Somos hombres, y los machos no hacen eso. 

Enojado Diego fue al baño para orinar y pensar un poco, era el único lugar donde sentía privacidad ante toda la empresa. al bajar el cierre, tubo dificultades para agarrar su miembro, debido a la droga no había notado los cambios que sufrió últimamente. 

- Pero que demonios- Diego tuvo que bajarse los pantalones debido a que su miembro apenas salia por la bragueta. 

Diego bajó la mirada a su preciado pene y notó que parecía una pequeña planta marchita. Al tocar sus testículos  uno de ellos sin querer partió dentro de la piel sin sentir nada de dolor. Era como si se estuvieran desintegrando, como si fuera un exceso de piel muerta que poco a poco iba desapareciendo. Diego asustado intentaba reponer lo que pasó pero era peor, solo aceleraba lo que ya no tenía que estar ahí. La puerta del baño se abrió fuertemente y Diego salio corriendo l su vehículo para posteriormente ir a casa. 

El proceso de cambio había multiplicado su velocidad, pues cada vez el cuerpo asimilaba de mejor manera las hormonas y aditivos que cambiaban el cuerpo de Diego. 

-¡Paula! - Gritaba Diego desesperado mientras subía las gradas al espejo de su baño.

-¡ Paula! - Diego se quitaba bruscamente la ropa  

Al llegar al espejo sin ropa pudo notar que su cuerpo era  mas diferente que hace unos días. Los pechos eran como lo de una adolescente, su mirada iba mas abajo notando unas caderas mas pronunciadas que apenas formaban una cubra que bajaba hacia sus piernas. Diego levantó su mirada y pudo notar que su cuello y cara se veían mas delgados y estilizados. El traje que usaba cubría un evidente cuerpo femenino en desarrollo y debido al constante ejercicio que hacía Diego, hacia todos los cambios mas notorios. 

Paula lentamente caminaba acercándose desde atrás mirando la cara en shock que tenía Diego.

- Esto es el costo de tu vida- hablaba paula con una voz tranquila y triste.

- Por favor acéptalo.

- Lo hiciste por mi y por todas las personas que amas.

- Si no fuera por esto, estarías...

- Muerto - Hablo Paula con una voz temblorosa mientras dejaba salir una lagrima

Diego no paraba de mirarse en el espejo mientras escuchaba a Paula. 

- Dime algo 

- Dime que vas a hacer el intento de aceptar este cambio

- Dime que me perdonas 

Diego con su voz fina como la de un adolescente habló.

- Esto es mi culpa 

- No puedo aceptar este cambio 

- No me imagino siendo una...

-Chica- Diego suspiro

- pero...

- Es mi culpa, yo firme, yo acepté, yo asumo las consecuencias. 

- Tu solo querías mi bien estar

- Como un medico que prefiere amputar dos piernas y arruinar la vida de alguien antes que la muerte.

- Mañana no iré a trabajar, no me sirve de nada. Usaré mis ahorros para vivir un tiempo hasta saber que voy hacer.

- Mi dignidad y respeto ya no existen. 

- No tengo amigos.

- Mis amigos solo me tenían miedo.

- Ahora soy inútil para mi trabajo y este cuerpo...

- Ahora ya no soy hombre. - con una sonrisa sarcástica y un suspiro expresó. - ni una mujer.

- Soy un monstruo y odio esto. 

Paula abrazó a Diego y los dos lloraron durante unos minutos.

- Perdóname Paula.

- Seré un buen esposo. 

- O lo que me queda de ello. 


Hormonas Venus | TgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora