La recepción se llevó a cabo de excelente manera, incluso se realizó una «hora del gozo» donde se cantaron únicamente coros de avivamiento, todos los hermanos cantamos y danzamos llenos de gozo y alegría; era algo divertido ya que el mundo tenía la «hora feliz» o loca, mas nosotros teníamos la hora del gozo con el Señor de manera sana y feliz.
Me reí al ver a Lana y Ciara danzar pese al largo de sus vestidos, casi se dan tropezones por estar moviéndose al ritmo de las alabanzas. Yo estaba sentada, aplaudiendo mientras sonreía observando todo y claro, abarrotando mi boca del banquete servido en la mesa.
—Señorita Blake, ¿no desea danzar?
Giré un poco mi cabeza, dándome cuenta de que Leo estaba de pie junto a la mesa en donde yo me encontraba, sonriendo como siempre. Tragué el enorme bocado que tenía en mi boca, haciendo que desaparecieran las mejillas de ardilla que tenía.
Negué con la cabeza, sonriendo algo forzada.— No, gracias. No se me da el danzar como a tu prima.
El ojiverde se rió de mi comentario entre dientes, y le pareció grato el tomar asiento junto a mí mientras veía a los invitados (cristianos cabe destacar) danzando en medio del salón de festejos junto con la feliz pareja de recién casados.
De verdad tenía que felicitar a Ayleen por su intrépido talento de danzar con aquel vestido de novia, porque de lo pomposo que era parecía algo difícil de hacer que uno se moviera libremente.
—¡Blake, ven a danzar! –Me animó Ciara, esbozando esa brillante sonrisa tan suya.
Negué con diversión, alzando una mano.— Tengo la gracia de un gorila y dos pies izquierdos, prefiero verlos desde aquí con esta deliciosa comida y tomando fotos con mi preciada cámara.
La castaña rió divertida, y tras sonreírle a su primo regresó al círculo de los hermanos danzando felices, había sentido que comí demasiado y la pesadez estomacal comenzaba a afectarme.
—Disculpa, iré a caminar un rato afuera. –Notifiqué al alto hombre de cuerpo tonificado, tomando un sorbo de gaseosa antes de levantarme.
—¿Te acompaño? –Preguntó él, con aquella sonrisa Colgate muy característica. Pero negué.
—No te preocupes, volveré en un momento. –Le dije con calma, para no preocuparle.
No sé por qué deseaba seguirme o siquiera esforzarse por entablar una conversación conmigo, quería evitar el mínimo contacto posible con él. Leo me dedicó una sonrisa pequeña, asintiendo antes de dirigirse al baño de hombres.
Suspiré con pesadez, y salí del salón de fiestas en dirección al jardín del hotel, con los sonidos de mi estómago repleto.
Oh vaya, qué desagradable sensación... si estuviera en casa, un vaso de agua fría, bicarbonato de sodio y limón ayudaría bastante.
Tomen notas, chicas.
Al parecer había llovido, porque podía ver el rocío en el pasto verde del jardín hotelero, y la fuente elegante se veía más llena de lo normal, así que de seguro había llovido cortamente; comencé a pensar que, debería ser divertido danzar sin preocuparse por los pies izquierdos y esas cosas.
Así que, ¿por qué no?
Reí para mis adentros, y comencé a mover mi cuerpo al ritmo de una alabanza en mi cabeza, pero realmente me veía peor que un calamardo agonizando fuera del agua, y así estuve por largo rato hasta que claro, la torpeza de Blake Duran salió a flote.
—¡Woah...! –Chillé al sentir que mis pies se enredaban con el borde de mi vestido, haciendo que cayera de bruces contra el suelo.
Oh, perfecto, el hermoso color marrón del barro ahora estaba adornado mi lindo vestido, fantástico. La mancha tardaría más años que los de Matusalén para salir en una lavada.
—¡Por Jehová, Blake!
La voz de Ciara con la de Lana llegó a mis oídos, y me levanté de inmediato del suelo como una niña siendo descubierta en una travesura, avergonzada y con las mejillas coloradas hasta el tope.
Y peor aún, Leo Parnell también presenciaba la escena con un rostro perplejo, y aguantando las carcajadas que de seguro deseaba brotar de su boca. Esa noche no podía ir mejor.
—Uh... fue un accidente. –Murmuré con súbita vergüenza, apartando la mirada de las tres personas que me veían.
Lana rió un poco.— Lamento decirte que no puedo dejar que te subas al auto, papá me mataría.
Mi expresión de asombro adornó mi cara, ¿a dónde estaba la amistad?
—¡Lana!
—Lo siento, señorita B, pero si el auto de papá se ensucia podrán olvidarse de su transporte para nuestras salidas de chicas. –Se encogió de hombros, sonriendo a modo de disculpa.
Ciara pensaba la situación, entendiendo eso.— Bueno, es cierto... necesitamos el auto a veces.
—¿¡Y cómo me voy a casa ahora!? –Chillé desesperada, con el rostro como un perfecto tomate ahora por la molestia.
Entonces, el callado Leo habló provocando que todas lo miráramos con asombro.
—Puedo llevarte en mi motocicleta, Blake, no tengo problema. –Comentó metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón de gala, sonriendo con amabilidad.
Esperen, QUÉ.
EN SERIO, ¿¡ME HARÍAN MONTARME EN ESE VEHÍCULO PARA NADA SEGURO!?
JAJAJAJA amé escribir esto xd y todo gracias a la idea de UnnieSong (que no me deja etiquetarla porque Wattpad es tonto) 🤭 gracias por tu idea awelis 🤣 comenten y voten! Se sube o no a la moto Blake? 👀 *Suena la canción de la novela SÚBETE A MI MOTO*
¡Dios les bendiga!
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ℕ𝕠 𝔸𝕡𝕝𝕚𝕔𝕒 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕄𝕚 🔛 novela cristiana
EspiritualLa vida de Blake es diferente a la de cualquier mujer de veintisiete años, es escritora de novelas cristianas y en sus tiempos libres fotografía paisajes, aparte de ser maestra de jóvenes en su congregación. Sus libros de romance cristiano han hecho...