Los rumores habían cesado por alguna razón, y es que al parecer la hermana Lya estaba comenzando a acercarse a Leo por alguna razón en particular (realmente no, ya sabía la razón de antemano), y ahora los rumores se trataban de ellos dos.
A mí parecer, si aquellos dos comenzaban una relación pues no estaría nada mal, formaban parte ahora del grupo de adoración y ella tenía una voz preciosa y meliflua que podría compararse con el coro angelical del Cielo, y él con su maestría en la guitarra y lo excelente que era para los acordes podían considerarse como la perfecta armonía.
Eran tal para cual, ella muy hermosa y él muy apuesto, ambos muy espirituales.
—Tierra a Blake, no has dejado de observarlos desde que finalizó el servicio.
La voz de Lana se adentró en mis canales auditivos, sacándome del ensimismamiento en el que estaba, ¿existía esa palabra de manera concreta? Pues si no era así, me disculpan encarecidamente por decir algo equívoco.
Miré a una de mis mejores amigas con cierta confusión, puesto que sus palabras me parecían fuera de lugar por completo.— ¿A qué te refieres con eso, Lana?
—Que desde que rondan esos rumores sobre Leo y Lya, andas dispersa y mira que eso es decir mucho, eres atolondrada pero esta vez cruzaste la línea.
De acuerdo, no negaré que me sentí ofendida aunque fuese una verdad absoluta sobre mi persona, pero... ¿qué importaba? Leo y Lya eran el uno para el otro, podía hasta ver el lazo que Dios estaba atando en ellos para unirlos.
Bueno, tampoco era tan literal mi aclaración porque no era cierto, pero era una buena metáfora para decir.
—Si lo andas diciendo porque crees que me gusta Leo, pues estás equivocada por completo. –Sentencié enfurruñada por mis palabras, ¿por qué tenían que seguir implicando que me gusta Leo? Cuando bien dije, éramos buenos amigos y hermanos en Cristo.
¿Acaso debía plasmarlo en mi frente como los sacerdotes en el antiguo con sus mitras?
No. Me. Gustaba. Leo. Parnell.
La de tez morena a mi lado solo sonrió de manera divertida, como si su cometido se hubiese llevado a cabo a la perfección.— Oh~, ¿y acaso yo mencioné eso?
Por supuesto que mis mejillas se tiñeron de un fuerte carmín, seguido de la expresión furiosa que adornó mis facciones al instante, ¡no podía creerlo!
—¡En serio, señorita L! Te conozco perfectamente y sé que esa era tu intención. –Mascullé volviendo a desviar la mirada hacia Leo y Lya.
Aunque había algo que me causaba cierta curiosidad, y no sé si es por lo bien que leo las expresiones corporales o lo bien que conozco a Leo, pero mientras que la hermana Lya parloteaba sin parar...
Él se notaba ligeramente incómodo.
Estaba aquella noche cálida de domingo que se cernía sobre la ciudad, donde me encontraba sentada en una de las sillas colgantes de mi balcón (recién adquiridas debo destacar), tomando un poco de té de flor de jamaica mientras redactaba un nuevo borrador, y claro que mis lentes de pasta negra tenían que ser escurridizos y resbalar desde el puente de mi nariz cada cinco segundos.
Dilema de los que sufren miopía.
Y aunque quería mantenerme en la ataraxia de la noche y dejar que los sonidos de los grillos y búhos me arrullaran, algo captó mi atención por completo.
Leo estaba de pie en su pórtico, en su típica pijama de pantalones súper holgados y una camiseta sin mangas color negra, frotando su rostro mientras que una figura femenina me daba la espalda a mi casa.
Pero, aquel cabello negro que siempre iba trenzado no pasó desapercibido para mi vista, era la hermana Lya.
—¿Qué hace a esta hora en casa de Leo? –Murmuré con perplejidad, y como si estuviera viendo la situación de José y la esposa Potifar, Lya lo tomó del cuello dispuesta a besarlo.
Pero él estaba resistiéndose, murmurando algo que fue inentendible para mí, y algo dentro de mí me hizo actuar de forma impulsiva, por lo que me paré de sopetón de la silla colgante y corrí hasta la baranda mientras encendía el parlante Bluetooth con mi teléfono.
Y Joy de For King & Country comenzó a reproducirse de manera estrepitosa, conmigo empezando a cantar (gritar) desafinada y mover mis brazos como si estuviera haciendo una danza india o algo así, logrando captar la atención de Lya hacia mí, y agradecí que Leo captara mi intento de rescate a su persona, porque se zafó de aquella mujer para encerrarse con llave en su casa.
Por supuesto que al notarme, la hermanita Lya cubrió su rostro más con la capucha de su hoodie, para luego desaparecer en su auto Corolla a toda velocidad.
Apagué el parlante para evitar una multa de parte de las llamadas de los vecinos, y suspiré aliviada porque había salvado a mi amigo de la tentación. Mis ojos captaron a Leo posarse en su balcón, pasando una mano por su cabello castaño y medio rubio con exasperación, pero me sonrió alzando un cartel que había hecho.
«Me salvaste la vida.»
Reí para mis adentros, tomando una hoja de mi bloc y comencé a escribir algo en letras grandes y legibles con el rotulador negro permanente, para luego mostrarlo hacia él.
«Para eso son los amigos, además... Santiago dijo: Someteos pues a Dios, resistid al diablo y él huirá de vosotros.»
Esperaba que hubiera podido leer mis palabras, y su risa pudo confirmarme que lo hizo, por lo que me ocasionó una sonrisa satisfecha.
Sí, eso hacían los amigos.
Primer cap del año y perdonen la tardanza skgdkf estoy poco a poco recuperando la inspiración! Así que~... cómo les ha parecido este cap? Lya fue posesa por la esposa de Potifar un instante 🤣 pero Súper Blake salvó la noche 😎 comenten y voten! 🤭
¡Dios les bendiga!
ESTÁS LEYENDO
ℕ𝕠 𝔸𝕡𝕝𝕚𝕔𝕒 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕄𝕚 🔛 novela cristiana
SpiritualeLa vida de Blake es diferente a la de cualquier mujer de veintisiete años, es escritora de novelas cristianas y en sus tiempos libres fotografía paisajes, aparte de ser maestra de jóvenes en su congregación. Sus libros de romance cristiano han hecho...