One Shots

Hechizo Swanqueen

 En el Reino Blanco se estaba celebrando una gran fiesta, el motivo, el nacimiento de la primogénita de los reyes. Desde todos lo reino y mundos se movilizaron para el gran acontecimiento.

A la hora de dar sus regalos a la pequeña de una nube de humo morado salió la temible, y hermosa, Evil Queen con un sonrisa sínica y bastante siniestra que fue dirigida a su ex hijastra y a su esposo, el cual ya estaba de pie y con su espada en mano al igual que el resto de los guardias.

-Esa es forma de recibir a tu madrasta Snow?-. Dijo viendo fijamente a la reina.

-Sabes de sobra Regina que no eres bien recibida en este reino-. Respondió el rey David.

-No estoy hablando contigo, despojo humano-. Con un movimiento de su mano desarmo al rey y lo pego a su trono, con otro movimiento similar inhabilito a los demás presente quitándoles de esta forma también su magia.

-No hagas esto Regina-. Una mujer rubia que tenía una niña en brazos, y otra rubia más joven se sujetaba de su brazo.

-Por qué no lo haría Maléfica? Porque tú fallaste y terminaste enamorándote de esa a la que tanto odiabas por lo que te hizo su padre. Yo no soy tú Maléfica-. Con sus ojos en llamas dirigió su mirada a la pequeña rubia, que al verla en vez de llorar sorprendió a todo con una agradable carcajada.

-Exacto no eres yo, eres mucho mejor-. Hablo nuevamente Maléfica.

Regina solo le dio una severa mirada y centro toda su atención en la pequeña bebé que tenia frente a ella.

-Se supone que se te debe dar un regalo, así que aquí va el mío. Al cumplir los dieciocho años, encontraras a tu Amor Verdadero, será tu opuesto y a la vez tu igual, el ser más temido será, y de su lado jamás te podrán arrancar, 'para asegurar que le reconocerás, siempre en tus sueños le veras y en ellos te enamoraras. Al mal encarnado amaras y este de ti jamás se alejará. Muchos te amaran princesa Emma, pero tú solo le amaras a él-. Sin agregar nada más, de la misma forma en la que llegó se marchó, volviendo a todos su movilidad.

Maléfica dejo a la pequeña en brazos de Aurora y se acercó a la pequeña niña y sus padres.

-Por favor, elimina ese hechizo de mi hija-. Le rogó Snow con grandes lágrimas corriendo por sus mejillas.

-Lo voy a intentar pero no puedo prometer nada Snow-. Maléfica se concentro a más no poder para intentar retirar el hechizo, cuando pensó que lo había logrado una descarga de energía la dejo inconsciente, entre los presentes se escucho el grito de Aurora al ver a su esposa caer y el llanto de su hija por el susto que le provocó el grito. Sí, esposa luego de quedarse con ella en el paramo, Aurora empezó a sentir ciertas cosa que no podía explicar, y un día mientras se encontraban en el lago, si previsión Aurora besó a quien llamaba hada madrina, luego de eso y con la bendición de los reyes se casaron, y ahora tiene a la pequeña Lilit, fruto de su amor y algo de magia.

Maléfica fue llevada por los guardias a una habitación para que descansara. Mientras tanto las hadas también intentaban retirar el hechizo de la Evil Queen; pero todas terminaban en la misma forma que Mal, inconscientes por la descarga de energía que recibían.

Luego de algunas horas Mal despertó, un poco sobresaltada, Aurora que se encontraba allí la ayudo a calmarse. Luego de algunos minutos ambas bajaron al encuentro de los reyes.

-Mal te encuentras bien?-. Snow se le acerco y le dio un ligero abrazo.

-Sí, tranquila White estoy bien, recuerda hierba mala nunca muere-. Dijo lo último con un ligero tono de burla.

-No digas eso Maléfica, aunque tu nombre diga lo contrario eres una gran mujer-. David habló mientras entraba a la estancia con las tres mujeres.