Lazos equivocados "Agentcorp"

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Kara Danvers es la mejor amiga de Lena Luthor y la hermana menor de Alexandra Danvers, quien está locamente enamorada de Lena al igual que Kara está enamorada de Samantha Arias la mejor amiga de Alex.

Todo bastante fácil de entender, a menos que sea una de las cuatro involucradas, ya que según Alex y Sam, Kara está enamorada de Lena y viceversa al igual según Kara y Lena, Alex está enamorada de Sam y viceversa.

–Ya no puedo con esta situación, voy a decirle a Kara que estoy enamorada de ella–. Sam soltó aquello al tiempo que se lanzaba de espalda contra la cama de Alex, quien sólo la ve con desaprobación.

–Si lo haces puedes arruinar su relación con Lena, aparte sería incomodo cuando vengas a la casa luego de que Kara te rechace–. Lo siguiente que supo Alex fue que tenía una almohada contra la cara.

–Gracias por el ánimo, amiga –ironizó lo último–. Aparte no puedo dañar su relación cuando ella nunca me prestará atención, es sólo que necesito decírselo–. Las lágrimas se hicieron presentes en los ojos de Sam, cosa que hizo que Alex la abrazara inmediatamente.

–Ya no llores, vamos a hacer algo –la castaña levantó la cara–, hoy cuando vengan, porque obviamente vendrán juntas, yo iré y le diré a Kara que necesito que te ayude en algo, cerraré la habitación desde afuera y tendrás libertad de decirle todo lo que sientes, y quizá yo le diga a Lena lo que siento–. Sam sintió que podría besar a su mejor amiga tras escuchar eso.

–¡Eres la mejor, Alex!–. Se tiró sobre ella y la abrazó con fuerza, lo que no sabían ninguna de las dos es que alguien había escuchado esa conversación tras la puerta.

Un par de horas pasaron, y con ellas llegaron Kara y Lena con sus uniformes de porristas, que está demás decir que por poco causaron un infarto a Sam y Alex aunque no era la primera vez que las veían con esos uniformes.

–Hola chicas–. Ambas chicas de último año e integrantes del equipo de futbol, siendo Alex delantera derecha y Sam delantera izquierda, saludaron a las porristas que inmediatamente se sonrojaron con gran fuerza.

–Hola hija, hola Lena–. La madre de las Danvers saludó al tiempo se dejaba una bandeja llenada de dulces en la mesa, a lo que Alex y Sam agradecieron abrazándola.

–Gracias por la comida, mamá–. Alex y Sam dijeron al mismo tiempo, cosa que enterneció a Eliza.

–De nada hijas. Kara suban a cambiarse–. Kara asintió y arrastró a Lena escaleras arriba.

Luego de unos veinte minutos Alex y Sam pusieron en marcha su plan, ambas subieron juntas pero cada uno fue a una habitación diferente.

–¿Kara puedo pasar? –tras la puerta se escuchó un lejano sí, así que Alex abrió la puerta y entró a la habitación, donde estaba su dulce tormento y su hermana hablando sentadas en la cama, aún con los uniformes de porrista–. ¿Puedes ir a mi habitación y ayudar a Sam con un problema que tiene en u computador? Sé que la experta es Lena; pero aquí entre nos Sam le tiene miedo a Lena, así que ¿podrías ir tú?–. En nada de tiempo Kara ya se encontraba fuera de su habitación y en camino a la de su hermana.

Alex se quedó viendo fijamente a Lena y por un segundo olvidó que tenía que ir a cerrar la puerta de su habitación; pero al intentar salir se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada por fuera.

–¿Qué sucede? Alex–. La deportista giró y se encontró con Lena a pocos centímetros de ella.

–La puerta está cerrada por fuera y no sé...–. No pudo continuar ya que el celular de Lena comenzó a sonar.

–Dígame, Eliza–.

–Fui yo quien cerró la puerta, igual hice con Sam y Kara, me voy a ir a la peluquería vuelvo en un par de horas, y espero que en ese tiempo sean honestas por primera vez con ustedes misma–.

Sin más la llamada se cortó y Alex entró en pánico, al punto de incluso examinar detalladamente que tan dolorosa sería la caída si se lanzaba desde el segundo piso.

–¿Tan horrible te parece estar conmigo que piensas en lanzarte?–. La voz de Lena delataba que estaba al borde del llanto, cosa que rompió el corazón de Alex.

–No es eso, es sólo que si sigo aquí haré algo de lo que me arrepentiré–. Se acercó nuevamente a la venta y tras desechar esa posibilidad comenzó a buscar algo con que abrir la puerta.

–¿Qué sería eso, Alex?–. Se acercó a la mayor y se paró frente a ella, prácticamente acorralándola contra la puerta.

–De besar a la novia de mi hermana–. Tras escuchar eso, Lena soltó una suave risa y negó al tiempo que rosaba sus labios con los de Alex, haciendo que la mayor queda completamente congelada en su lugar.

–Kara no es mi novia, y nunca lo será, yo estoy enamora de ti, Alexandra y tu hermana lo está de Samantha. Así que no debes tener miedo y no deberás arrepentirte de nada–. Y sin decir nada más capturó entre los suyos los labios de Alex, la pelirroja tardó un poco en responder el beso; pero cuando tomó el ritmo, comenzó ella a dominar a la más joven.

–Estoy enamorada de ti, Lena y quiero que sepas que haré todo lo que esté en mis manos para hacerte la mujer más feliz–. Dejó suaves besos en los labios de la joven con cada palabra al tiempo que la hacía retroceder, terminando ambas acostadas en la cama de Kara, Alex sobre Lena.

–Eres hermosa, Alexandra Danvers y también estoy enamorada de ti, desde hace algún tiempo; pero pensé que estabas con Sam así que nunca intenté decirte algo–. Alex rió ante la declaración de Lena ya que a ella le había pasado exactamente igual, pensado que estaba con Kara.

–El tiempo es perfecto y su nos dimos cuenta ahora, es porque así debía ser. Te amo, Lena–. Siguió besándola y lentamente fue metiendo una de sus manos por la camisa de Lena. Estaba tan concentrada que no escuchó como la puerta de abría, como alguien entraba, lo que si sintió fue una lluvia artificial y fría.

–Aleja tus manos de mi hija–. Lillian Luthor la madre de Lena se encontraba frente a ella con un rociador de agua.

–Lillian, te dije que dejaras el rociador, es mi hija no un perro–. Eliza dejó un beso en la mejilla de la mayor de las Luthor que Alex y Lena reconocieron como más allá de la amistad.

–Tenía sus manos dentro de la camisa de Lena –hizo un mohín que Eliza besó para sorpresa y horror de la jóvenes–. No quiero que mi hija pierda su inocencia así, se que lo hará en manos de tu hija; pero espero que sea más romántica al menos–. Roció nuevamente a Alex antes de tomar a Lena por la mano y comenzar a caminar en dirección a la cocina.

–¿Lillian y tú?–. Eliza sólo se encogió de hombros, sonrió y salió de la habitación dejando a su hija con sentimientos encontrados, por un lado la felicidad de saberse correspondida y por otro lado el horror de saber que su madre y su futura suegra estaban juntas.

Pero saber eso último no quitó su sonrisa, ya que el haber besado a Lena era lo mejor que le había pasado, hasta el momento al menos.


Espero te guste 

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