CAPÍTULO X: HE DICHO QUE TE CALLES

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Ante tal pregunta, Gael lo miró sospechosamente parando su intento de tirarlo de la cama y dejando al joven incorporarse.

—¿A qué te refieres con eso? ¿Qué fue lo que realmente pasó?. -Preguntó Gael inquisitivamente.

—Vaya, así que de verdad no recuerdas nada, esto será divertido de contar. -Agregó Aster con una gran sonrisa de diversión en su rostro.

—Dímelo o te mato. -Dijo sin duda en su voz el joven de cabello blanco.

—Aunque admito que el sadismo que venga de tu parte es realmente tentador, la muerte no está en mis planes. -Respondió Aster con una gran sonrisa, causando que Gael se enojara, colocara ambas manos en los hombros del chico y lo empujara contra la cama quedando encima, acción que sonrojó levemente al joven de cabello negro.

—DÍMELO AHORA. -Ordenó Gael en tono firme mientras lo miraba a los ojos.

—Está bien... aquella noche bebimos mucho, tú más que yo, nos besamos, tomamos un taxi, llegamos a mi departamento, entramos a la habitación, empezamos a desvestirnos y de pronto... tú vomitaste... encima de ambos. -El contar aquello le costó mucho esfuerzo a Aster para no reírse, Gael lo miraba impactado, aún encima de él. —Después yo entré al baño para limpiarme y cuando salí te habías quedado dormido, así que sólo te limpie, quite la ropa, la limpié y te metí a la cama.

—... eso es... realmente humillante... -Agregó Gael que lo miraba perplejo y se apartaba a un lado de la cama. —Dime que es otra de tus bromas.

—Ni yo podría inventar algo así.

—¿Y porqué bromeaste todo este tiempo?.

—Me pareció divertido, además cuando te enojas te ves realmente lindo. -Sonrió Aster.

—Sonríes demasiado, deja de hacerlo, pareces psicópata. -Ordenó nuestro protagonista mientras tomaba un cojín decorativo de la cama y lo empujaba contra el rostro del chico.

Después de aquella incomoda plática para Gael, este último se esforzó por cambiar el tema y sugirió ir con todos para comer algo en lo que esperaban la llegada de su amiga. Varias horas pasaron, Nathan se había calmado y bajado con los demás. La noche llegó, y con ella la novia fugitiva y su apuesto secuestrador. Al darse cuenta de aquello, Nate salió corriendo y le dió la bienvenida al joven con un gran golpe directo a su rostro. Gael y Aster miraron todo desde la entrada del hotel y fue hasta que el padre de Fabiola intervino y ordenó que fueran a hablarlo a una habitación cuando Nathan, Christophe, Fabi y Gael subieron hasta el sexto piso en un incómodo silencio de elevador.

La joven y su prometido entraron a la habitación para hablar y Gael se quedó con su viejo amigo en el pasillo esperando.

Vaya que ahora si la hiciste en grande, "Mamá". -Dijo Gael, claramente disfrutando el momento. —Te he salvado el trasero, ahora me debes la vida.

—No sabes cómo me alegra el haberte educado tan bien, "Hijo". -Respondió Christophe en el mismo tono de broma a su viejo amigo mientras que lo saludaba con un fuerte abrazo. —No sabes el gusto que me da verte, hermano.

—¿Y ya por fin se besaron?.

—Ya, por fin.

—¡Ya era hora! ¿Y para cuando la boda?. -Dijo Gael conservando su tono bromista.

—Después de que ella cancele su primer compromiso, claro está. -Respondió tranquilo el joven de cabello castaño mientras se sentaba en el suelo del pasillo, aquel golpe lo había dejado un poco mareado.

—Ese golpe empieza a verse mal y no combina con tu cabello Pantene, iré por hielo. -Dijo Gael mientras se alejaba.

Gael bajó al quito piso en busca de la máquina de hielos, al encontrarla, tomó un pequeño balde metálico de una encimera y empezó a llenarlo, cuando de pronto Aster apareció en la puerta de aquella pequeña habitación de servicio.

—Y bien, ¿Se golpearon más?. -Preguntó con curiosidad Aster.

—No. -Respondió Gael con calma mientras seguía llenando aquel balde con hielos.

—Que lástima, tú amigo se lo merecía.

—¡Hey! ¡Estás hablando de mi madre!.

—¿Eh? ¿Sigues con ese chiste malo?. -Dijo Aster levantando una ceja.

—¡Cállate de una buena vez!. -Ordenó nuestro protagonista.

—¡Cállame!. -Lo retó Aster.

Y de pronto, sin pensarlo, Gael aventó el balde de hielos al suelo, tomó a Aster de la camisa, lo empujó contra la pared y lo besó con fuerza.

Aquel encuentro apasionado duró varios minutos hasta que fueron interrumpidos por una señorita de la limpieza que se sonrojó bastante al verlos y salió rápidamente tras disculparse.

—Ah... yo debo... de llevar el hielo con Chris. -Dijo Gael intentando calmarse por aquel encuentro.

—De acuerdo... Yo tengo que buscar a Nate de todos modos ¿Nos veremos después?. -Respondió Aster sonrojado sin creer aún lo que acababa de pasar.

—Si. -Respondió Gael mientras tomaba el balde del suelo, lo llenaba rápidamente y salía en busca de su amigo.
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