Mirame

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La pelirrosa se encontraba aturdida no entendía que es lo que aquel chico le había dicho por mas que le daba vueltas no encontraba una respuesta lógica, siguió corriendo por el bosque necesitaba tomarse un respiro y seguía negandose a creer esas las palabras,  simplemente no era posible, soltó un bufido de confusión y se detuvo frente a un arroyo que encontró, se agacho y con ambas manos tomo un poco de aquel liquido.

*Esta enojada?* pregunto él con un tono dudoso y con los nervios a flote.

La pelirrosa no contesto, enojada preguntaba. ¡Estaba que derramaba rabia!, se levanto con el ceño fruncido y camino aun lado del arroyo observo como algunos pecesillos jugaban entre si pero ni eso fue suficiente para sacarle una sonrisa, se acerco aun árbol de manzanas y arranco una para automaticamente llevarsela a la boca y dar un mordisco.

*Esta enojada?* pregunto nuevamente y esta vez si obtuvo respuesta pero no una muy linda.

—No lo se, tu dime —dijo la pelirrosa con sarcasmo, sin dejar de comerse la fruta.

*Supongo que mi señora esta enojada verdad?* le respondio con un poco de nervios.

—Que parte de que quites el "usted" no se entiende?! —le pregunto o bueno gruño la chica mientras saltaba el pequeño arroyo, sin dejar de masticar sin ningún cuidado, provocando mucho ruido, dando a entender su molestia.

*Lo siento Sakura-sa..., digo Sakura* corrigio rápidamente, su portadora daba zancadas al caminar.

—Bueno —suspiro la chica, estaba enojada pero tambien nerviosa, maldita personalidad suya— y se supone que?... —espero una respuesta de su "acompañante".

*Bueno es que, Sakura-sama u-usted es la siguiente...*susurro Nero con nerviosismo esperando la respuesta de su "señora".

—La siguiente que?! —pregunto arta, en esos momentos su personalidad tranquila, amable y un tanto sumisa se estaba llendo a la mierda.

*La siguiente protectora... *susurro Nero con cierta duda, *quiero que me lo digas a la cara*, la pelirrosa arrojo el corazón de manzana y se sento sobre el pasto verde de aquel lugar, cerro sus ojos y comenzó a "meditar", aunque casi nunca lo había hecho y con cualquier ruido se distraia, paso un buen tiempo en el que no dijo palabra, hasta que pudo sentir agua, abrió los ojos y se dio cuenta que ya no se encontraba en el arroyo.

Se levanto y comenzo a caminar por aquel vacio negro, al parecer no estaba mojada, al principio se asombró al ver aquel lugar, un poco de emoción y miedo cruzaron por su cabeza pero todo desparecio cuando oyó pasos que no eran suyos y que se detenian a unos metros de ella, volteo por inercia y se encontró con un chico de piel extremadamente palida, ojos con un negro profundo, cabellos de un color zafiro y con una vestimenta igual a la de un anbu, lo observó durante unos momentos, varias emociones que no pudo ocultar delataban su incomodidad y nerviosismo.

—Quiero respuestas, Nero? —dudo por unos segundos, pero al ver que aquel chico asentia con la cabeza supo que aquel zorro imponente al que habia visto ahora era un chico como de unos 17 años, pero en eso el de ojos color negro, se inco en posición de respeto y bajo la cara.

—Siento mucho que allá tenido que pasar por todas estas preocupaciones, espero que mi señora pueda perdonarme —fueron las palabras del chico, la pelirrosa solamente lo miro con una mirada sería pero aun así su cara ardía de vergüenza, camino hacia el y se agachó a su altura, no estaba acostumbrada a que alguien mayor que ella la tratará de esa manera y mucho mejos que le llamara de esa forma, su rabia e inquietud fueron automáticamente remplazados por una pequeña risa y una sonrisa que se formó en sus labios.

—La verdad es que yo te agradezco a ti, gracias por la paciencia que me has tenido, estoy segura que no es facil tratar con una niña, quisiera poder hablar contigo al parecer me he perdido de muchas cosas, así que, que te parece si nos sentamos un rato —dijo la kunoichi mientras tocaba el rostro del chico para que este la mirara, la chica se sorprendió al ver que aquel joven tenia los ojos humedecidos y sus labios tenian un ligero temblor.

Sintio como el chico se abalanzó sobre ella en un abrazo que transmitía amor, apreciación, cariño, pero sobre todo dolor, era extraño como aquel chico podia transmitir perdida, escucho los sollozos que salían de la boca del ninja, las lágrimas se regaron por toda su ropa, la pelirrosa trato de  procesar lo que pasaba, al fin no encontró otra respuesta más que aquel joven le había extrañado como nunca ella podría extrañar a alguien, se sintió mal por no conocer al chico, pasaron los minutos.

—Ya, ya, no pasa nada —coloco su mano sobre los cabellos del chico y los acaricio— ya estoy aquí y no me voy a ir —susurro la pelirrosa al oído del contrario, este alzo la vista  durante unos minutos, una leve sonrisa fue lo que recibió la pelirrosa, antes de que el chico volviera a bajar la vista y seguir desahogándose en los brazos de la kunoichi.

En esos momentos la pelirrosa se sintió diferente, como si alguien o algo le estuviera ayudando para calmar a aquel joven, una presencia que provenía de ella, la cual le hacia sentir como si estuviera reencontrándose con alguien muy especial.

Y si cualquiera los viera diría que era como una madre que reconfortaba a su hijo después de haberse alejado de él durante mucho tiempo; aunque el único detalle seria que ella se veía demasiado joven...


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Bueno chico espero que les haya gustado y hasta la próxima!!!!

Sayonara!!!!!

EL BIJU DE LAS 10 COLAS (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora