Capítulo 8.

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El día comenzó tranquilo. Ningún caso sobre la mesa. Después del último, un chico que colapso teniendo sexo, al final intoxicado por colchicina, las cosas no se habían movido demasiado.

Al entrar en la oficina, Blair vio que ya todos habían llegado. House estaba en una esquina leyendo su revista y con una paleta en la boca. Foreman y Chase completaban un crucigrama. Cameron estaba de cabeza en la computadora.

—Llegas tarde, rayo de sol —habló House sin mirarla.

Katherine rodó los ojos, sentándose. No estaba de humor.

—¿La pasaste bien anoche? —insistió House.

—Mi vida privada no es de su interés, doctor —Katherine le arrojó una carpeta a la mesa—. Caso nuevo, se lo manda Wilson. Bueno, en realidad la doctora Cuddy, pero Wilson es el siempre fiel intermediario —se encogió de hombros.

—¿Wilson? —repitió House sorprendido—. ¿No le decías el doctor Wilson?

Katherine se sonrojó ligeramente y frunció el entrecejo. Era verdad que últimamente hablaba más con Wilson, pero era solo por interés profesional. Agh, odiaba cuando House la pillaba desprevenida. Aquella reacción llamó en particular la atención de Chase.

—Eso no importa, debería revisar el caso —dijo—. Se trata de un chico. Dieciséis años, fuertes dolores de cabeza, trastornos del sueño y terrores nocturnos. Todo hace dos semanas.

—Espera —el rostro de House se iluminó, sus ojos azules se encendieron como solo lo hacían cuando se encontraba frente a un caso potencialmente interesante—. ¿Dijiste terrores nocturnos?

—Exactamente.

—Bien, iré a la consulta.

—Creía que ver a los paciententes no era su estilo —Foreman inquirió, alzando una ceja.

House sonrió con diversión.

—Sólo veré si vale la pena —avisó, y antes de salir les dijo:—. Ustedes, cuatro fantásticos, revisen el expediente.

Y salió de la habitación, dejando a su equipo solo con trabajo por delante.

Blair tomó asiento en la silla junto a Chase. Rápidamente fue cuestionada por Cameron.

—Así que... ¿Wilson?

La rubia rodó los ojos.

—No gracias, de verdad.

Si bien había dejado de desagradarle del todo después de trabajar en el caso de Rebeca, los intereses de Katherine en Wilson radicaban en algo más. Precisamente, en conseguir información. El oncólogo era observador de una forma diferente al doctor House, no analizaba, pero podía notar la mayoría de las cosas que pasaban alrededor. Y, dado que compartían especialidad, Blair podía ofrecer a cambio opiniones profesionales sobre algunos de sus casos.

Blair | House M.DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora