Capítulo 2

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Me encontraba aferrada al asiento con garras y dientes, Ed a mi lado me miraba divertido aunque había una pizca de amenaza en sus ojos, habíamos llegado temprano y tenía que ir por mi horario pero estaba aterrada.

-¿Porque no se matricularon recién el año pasado?

Le pregunté con cierto enojo en la voz mientras que él fácilmente me quitaba el cinturón de seguridad sin saber si quiera que me estaba aferrando a él con todas mis fuerzas, le miré suplicante y él acarició mi cabello.

-Se supone que soy mayor que tu Mira, si quieres puedo ir contigo hasta tu salón, ¿te parece bien?

Sentí como el rubor crecía en mis mejillas, el hecho de que mi piel fuera pálida no ayudaba, noté como sonrió con suficiencia al notar el cambio que había causado. Inflé las mejillas pero luego asentí suavemente para dar la vuelta hasta la puerta para abrirla, salté un poco al escuchar la otra puerta cerrarse y luego la mía abrirse, era rápido incluso a velocidad normal.

Me ofreció su mano y salí del auto mientras que él cargaba las mochilas de ambos, mi primer día de clases y ya me encontraba llamando la atención nuevamente, pero me negaba a ingresar sola en aquel mar de gente donde fácilmente podría perderme por mi estatura.

En todo el camino hacia la dirección él tiró suavemente de mí impidiéndome que me aferre a lo primero que vea, la gente frente a nosotros se abría para que pasemos, y yo solo podía imaginar la horrenda cara de asustada que probablemente tenía grabada en el rostro y que tanta gracia le daba a Edward. Si pudiera golpearlo lo habría hecho, pero probablemente me habría roto la mano en el proceso.

Luego de unos minutos conversando, por fin me dieron mi horario donde se encontraba además el nombre de los maestros y el salón que me tocaba, también mi número de casillero el cual casualmente quedaba a lado que el resto de mis hermanos, más específicamente el de mi pareja.

Lo miré con los ojos entrecerrados mientras que él solo sonreía con inocencia y volvía a jalarme, esta vez con su brazo en mis hombros, por los corredores hasta el casillero azul que me pertenecería durante toda nuestra estancia aquí en Forks, al menos este año.

Luego de que todos los libros que necesitaba para la primera clase estaban en mi mochila, esperé a que él terminara de arreglar sus cosas, pues me negaba a ir a mi salón yo sola hasta ver si mis amigos estaban aquí.

Con su brazo en mis hombros caminamos llamando la atención, conversando suavemente entre nos en francés, idioma que había aprendido cuando pasamos un tiempo en la villa de Tanya Denali en Canadá.

Era la forma más segura de poder decirnos cosas cariñosas sin que el resto se enteraran de nuestro tipo de relación, que a este punto era más que obvio que iba más allá que un simple enamoramiento, sin embargo aún no quería hacerlo oficial.

Edward me había pedido que lo nuestro no se difundiera hasta que tenga 17 años, pero que tampoco se entere nadie de que nosotros éramos hermanos adoptivos. Aquello podría causar un gran embrollo y no quería ni imaginarme las consecuencias.

Poco antes de llegar a la clase de Lenguaje, noté como un grupo de tres chicos se encontraba frente a la puerta escuchando música, no tardé mucho en reconocerlos aunque todos hubieran crecido.

Miré a mi pareja con una sonrisa mientras que él solo atinaba a tomar mi mano y acariciarla con su pulgar frío, aunque nuevamente el fuego reemplazó el hielo. Asintió con la cabeza y luego se acercó suavemente a mi oído.

-Vendré por ti en el almuerzo, no te escapes.

Y acto seguido beso suavemente mi mejilla, se sintió como si una pluma rozara mi piel para que luego soltara mi mano con suavidad, besé su mejilla con efusividad mientras que asentía emocionada con la cabeza y salí corriendo en dirección a los chicos.

Luz crepuscular ||Edward Cullen y tú|| ||Libro 1|| ||Saga Crepúsculo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora