Luz crepuscular ||Edward Cullen y tú|| ||Libro 1|| ||Saga Crepúsculo||

Capítulo 5

Luego de que el comedor se haya armado en fiesta, y de que nosotros nos hubiéramos escapado por los pasillos para que no nos suspendan, me encontraba encerrada en un armario a lado de Jackson, Tamara, y Vanessa.

Estábamos esperando a que los portavoces gritaran que todos volviéramos a clases, pero solo escuchábamos a gente caminando por los pasillos en completo silencio. En un momento dado la puerta se abrió dejando a la vista varios pares de ojos dorados

Emmet y Alice nos sonrieron, parecía que nuestra fiesta improvisada les había gustado, así que se pusieron al frente y actuaron como barrera para que pudiéramos salir corriendo en dirección a la puerta de salida pues sabia que ellos nos llevarían donde el director.

Y en ese instante se me ocurrió mirar hacia atrás para ver si nos seguían, teniendo el primer momento de torpeza en los 8 años que había vivido en una casa rodeada de vampiros que podían dejarme en cualquier momento como carnesita seca al sol.

Pero antes de hacerme paté en el suelo sentí una mano tomar la mía y otra enredarse en mi cintura, Jackson tan rápido de reflejos, me había salvado de una nariz rota y ahora me llevaba en su hombro como si de un saco de papas se tratase.

Aquí en los pasillos del instituto teníamos ventaja, ya que no podían usar su súper velocidad, lo cual era un alivio, aún así corriendo a velocidad normal eran bastante rápidos. Sin embargo Bella venía con ellos, y ella no corría muy rápido que digamos, con una sonrisa en mis labios alcé la mano despidiéndome de ellos mientras que gritaba algunas cosas.

-¡Fue un gusto conocerte Bella, díganle que lo siento a papá! ¡Los amooo!

Grité alargando la 'o' mientras que sentía el viento frío recorrer todo mi cuerpo y luego aterrizaba en una superficie dura siendo jalada por ambos brazos en aquella superficie. Cameron había sacado su camioneta, la cual se encontraba lista para poder huir, Tamara y Vanessa ya se encontraban atrás conmigo y no vi a Jackson por ningún lado por lo que supuse que estaba en la cabina.

Luego de notar el típico mareo que aparecía cuando se te ocurría mirar el cielo en un vehículo en movimiento me senté para notar a mis hermanos, algunos riendo y otros un tantito enojados, en la puerta del Instituto.

-¡Los veré en casa!

Grité mientras que nuevamente movía el brazo a modo de despedida y el vehículo pasaba por un bache haciéndonos saltar y lanzar algunos gritos en medio de las carcajadas.

Luego de que los chicos se fueran por estar castigados, y toda una tarde con Jacob y sus amigos, me encontraba en el auto de policía de Charlie siendo llevada a su casa a pedido de Bella. Parecía ser que a Edward no le había agradado nada lo que había hecho en el instituto pero no había podido evitarlo, ni siquiera lo había planeado, simplemente escape con mi grupo de amigos.

Aún me estaba riendo mientras que Charlie me veía con cara de 'no puedo creer que realmente hayas hecho eso'.

-Parece ser que te diviertes mucho, ¿eh?

Dijo con una sonrisa, me reí tontamente de nuevo mientras que me encogía de hombros.

-Hay que vivir la vida, ¿no?

Pregunté mientras que observaba por la ventana, la época lluviosa estaba por terminar dando comienzo al mas frío invierno que podría existir, pero a mi me importaba poco aquello. Mi familia parecía estar hecha de hielo.

-Si, bueno, ten mas cuidado con eso. No creo que a Carlisle le agrade demasiado...

Dijo aún con una sonrisa, di una pequeña, pero positiva replica a sus palabras y luego el viaje continuó en silencio. Unos minutos después estaríamos llegando a su casa, donde Edward se encontraba en la entrada esperando con un paraguas a lado de su volvo plateado, ohhh hermoso y bello volvo plateado.

-Ah Charlie, que bueno que llegas, Bella esta adentro haciendo su tarea.

Dijo con una sonrisa encantadora, Charlie le respondió de modo amable mientras que abría un paraguas encima de el y luego se dirigía a mi puerta.

-Tal y como lo pidieron, la traje sana y salva, se encontraba jugando cartas con los chicos de la Push y parece ser que todavía esta completa.

Dijo exagerando un poco, aunque conociendo lo dramático que era Edward era difícil saber.

-Ya veo, muchas gracias Charlie, nos vemos.

Dijo con un asentimiento mientras que me tomaba del brazo y me ponía a su lado sin darle tiempo a la lluvia de reclamar mi cabello como suya, Charlie se despidió de mi y despeino suavemente mi cabeza para luego caminar en dirección a su casa mientras que yo me metía al asiento de atrás del bello volvo.

Edward no tardó mucho en también meterse dejando el paraguas mojado en el asiento de a lado, agradecí internamente por el auto que los asientos estuvieran tapizados en cuero, sería mucho mas fácil limpiar el agua así.

El viaje transcurrió en silencio, él no quería hablar y yo tampoco, pero esto era un silencio realmente incomodo. Me entristecí de nuevo al notar que nos habíamos alejado tanto que ya ni siquiera podíamos estar cómodos en silencio, pero no desearía que fuera de otra forma, todos estos años a su lado...

Conocía bien las consecuencias, si me acercaba demasiado a Edward, sabia que mi corazón no lo aguantaría. Volvería a caer en su hechizo, me enamoraría perdidamente sin poder detenerlo, no tendría escapatoria.

Así que ahora me encontraba con los audífonos puestos, escuchando una de las tantos cientos de canciones que tenia en mi IPhone, ignorando el dolor que esta situación me causaba.

Luego de casi media hora, pues él estaba conduciendo relativamente despacio para no tener un accidente a causa de la abundante lluvia, vi a través de las lunas empañadas las llamativas luces del garage.

Tomé mi mochila y me acerqué a la puerta alzando el seguro, sabía que él no iría detrás de mi para detenerme, pero aún así quería salir corriendo del auto.

El motor dejó de hacer ruido, y el auto dejo de temblar, noté como sus labios se abrieron buscando las palabras pero ningún sonido sonó. Abrí la puerta y corrí lo más rápido que puse escaleras arriba para poder alejarme antes de quizás romper a llorar, encontrándome, con Carlisle a la puerta de las escaleras, di un paso hacia atrás sintiendo como mi espalda chocó contra una dura superficie.

Retuve la respiración, como si estuviera esperando algo, mi padre se hizo a un lado mientras que me invitaba al salón donde mis hermanos se encontraban junto con nuestra madre.

Sentí un pequeño empujón y me sorprendí al sentir la decepción recorriendo mi cuerpo.