Capítulo 4

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Aquel mes fue el peor de mi vida, tener que ir a clases en el mismo auto en las mañanas, intensas terapias de control de emociones con Alice y Jasper, salidas obligadas con mi pandilla y largas noches de lágrimas.

Había tratado de ignorar la presencia de Edward durante todo este tiempo en el que me curaba con ayuda de los más cercanos a mi, notando a lo lejos la mirada de impotencia con la que me observaba cada vez que estábamos en la misma habitación. Lo cual intentaba en lo máximo que no pasara.

Y ese mes había sido el mas agotador que había tenido, pues solo quería mantenerme ocupada para no derrumbarme.

Los siguientes seis meses fueron mejores en retrospectiva, el don para controlar las emociones de Jasper y el apoyo de Alice habían sido de mucha ayuda durante mi período de cicatrización. La comprensión de Esmee y su amor maternal también habían ayudado a tapar lentamente el agujero que había quedado en aquel lugar en el que antes se encontraba mi corazón.

El amor paternal y el apoyo de Carlisle me habían hecho recuperar la confianza en mi misma de que podría superar esto, y Emmet había hecho hasta lo imposible para que no cayera en garras de la tristeza nuevamente.

Incluso Rosalie, tan fría como la Antártida cuando de humanos se trataba, me dio su apoyo en forma de un hombro en el cual podía llorar, sin preguntas incómodas ni respuestas que no deseaba dar.

Toda mi familia me había ayudado, incluso él, dándome mi espacio y el tiempo necesario para poder asimilar el nuevo orden de las cosas. Y ahora me enfrentaría a mi ultima prueba, por primera vez en seis meses me sentaría nuevamente con ellos para conocer a la novia de Edward.

Mi pandilla, los cuales también habían sido de mucha ayuda-por lo que estaba muy agradecida ya que me habían enseñado como liberar mis emociones gracias a la música y el baile- me desearon suerte cuando me despidieron a la hora del almuerzo.

A la vista de todos allí, algo que realmente me incomodaba, me acerqué a la mesa de los Cullen notando en esta a la misma chica que había visto aquella lejana mañana. Para mi suerte mi corazón solo dio un leve respingo de dolor, que estaba segura que se reflejó en mis ojos cuando Edward-Que difícil fue pensar su nombre-me miró con arrepentimiento, pero desapareció tan pronto como vino.

Sin detenerme me dirigí a paso seguro aún cuando la chica me miró con cierto nerviosismo cuando me quedé quieta frente a ella.

-Hola, soy Miranda, un gusto.

Le dije con una sonrisa cálida, mientras que tomaba asiento a su lado y le quitaba su bandeja a Emmet, el cual no había comido nada realmente y no quería que la comida se desperdiciara.

-¡Hey! ¡Eso era mío!

Dijo él alzando lo brazos, le saqué la lengua a mi hermano mientras que me comía una papita frita.

-Era, mi estomago lo agradece, moría de hambre.

La joven se había quedado callada, mientras que me observaba con fijeza, quizás preguntándose quién era yo realmente. O quizás era demasiado tímida para hablar.

-Em.. Soy Bella, el gusto es mío.

Le sonreí nuevamente luego de darle un mordisco a la pierna de pollo frita, obviamente no le mostré los dientes, esperé a terminar de comer para volver a hablar.

-Io she, eresh a novia di Ed.

Dije a propósito, mis hermanas hicieron una mueca de asco y trataron de quitarme mi comida, a lo que levanté la bandeja con ambas manos.

-¿En serio? ¿Cómo lo sabes?

Escuché como había alzado la voz un poco, realmente estaba nerviosa, no pude evitar reír pues parecía buena chica.

Luz crepuscular ||Edward Cullen y tú|| ||Libro 1|| ||Saga Crepúsculo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora