Desperté suavemente debido a la luz del sol en la ventana, me encontraba en el auto con Alice conduciendo, o al menos eso creía. Edward era el que se encontraba conduciendo en dirección a algún lado, Jasper y él conversaban con rapidez, Alice tenía mi cabeza apoyada en sus piernas.
Me levanté y me estiré suavemente tratando de recordar lo que había pasado en los últimos días, Bella se había escapado para ir a enfrentarse con James para poder salvar a su madre y había resultado muy herida en el proceso.
Casi se convierte en vampiro y perdió aún más sangre cuando Ed tuvo que absorber el veneno para que no pierda su humanidad, después de eso había sido llevada al hospital en donde se encontraba ahora.
¿Y yo? Pues yo estaba tan agotada de andar vigilando que Bella me convenció de descansar un rato, cuando desperté me contaron lo que había pasado. Realmente me sentía mal porque no había podido hacer nada, debería de haberla detenido, ahora Edward estaba sufriendo por culpa de mi incompetencia.
Actualmente estábamos de camino a casa, pues parecía ser que Bella seguiría dormida durante un tiempo más, necesitaba descanso. Suspiré mientras que apoyaba mi cabeza en el hombro de Alice, la cual solo acarició mi cabello con suavidad, sin embargo no dijo nada.
Les había fallado, había sido una completa inútil, sentí como las lagrimas caían por mis mejillas debido a la vergüenza. Una vez llegamos a nuestra casa y Alice y Jasper subieron al segundo piso abracé a Edward por detrás mojando su camisa con mis lágrimas mientras que me disculpaba por ser tan inútil.
Él no hizo nada, solo se quedó allí, quieto como una estatua. De alguna forma aquello me reconforto por lo que luego de un rato lo solté y subí las escaleras para encerrarme en mi habitación, estuve allí durante el resto del día.
La semana pasó casi normal, los chicos iban y venían del instituto, yo tenia descanso pues explicaron que había presenciado el accidente y había terminado con un pequeño trauma. Edward se fue y no volvió a casa, por lo que supuse que se había quedado en el hospital con Bella, me preguntaba cuan mal se sentiría mi pobre hermano.
Volví a mirar por la ventana, mañana volvería a clases y aún no me había ido a dormir, la luna llena se encontraba coronando la noche en lo alto por lo que sabía que ya era tarde.
Me puse a pensar en todo por lo que había pasado este año, los castigos, los regalos, las alegrías y las decepciones. Sentí como mi corazón no dolía al recordar todo y solo una pequeña sonrisa se formó en mi rostro.
Por alguna razón me puse a pensar en un tema que no había querido tocar en el ultimo año desde que Edward me había dejado, el amor.
El amor era algo que sencillamente no comprendíamos, algo tan hermoso como triste dependiendo del contexto de la situación. Existían tantos tipos de amor ahora que lo pensaba, muy aparte del que yo había sentido, ahora que ya no estaba en mi cabeza me daba cuenta de que le seguía amando.
Pero no como antes, era mas un amor de hermanos, de esos que se crean con el tiempo gracias a la comprensión. A pesar de que no nos habláramos, ahora sabia bien que aún teníamos esa conexión, y que aunque no fuera como antes, siempre tendríamos ese algo que solo sería nuestro.
Al igual que con el resto de mis hermanos, los amaba a todos, a mis padres y a mis amigos. Un amor libre, que aún no me llenaba de una felicidad plena como de la que habría disfrutado alguna vez, lograba sanar las heridas de mi corazón y borraba poco a poco las cicatrices que en él habían quedado.
Aunque al darme cuenta de esto, me puse a pensar en el amor platónico, que en algún momento había optado por sentir para irlo borrando poco a poco, como si hubiera forma humanamente posible para que mi corazón olvidara lo que sentía.
El amor platónico era uno de los amores mas puros que habían, pues solo deseabas la felicidad de aquella persona, independientemente de si esta la encuentra en ti o no. Y cuando comprendí eso traté de adoptarlo con todas mis fuerzas, pero solo quería destruir lo que sentía.
Aun así, ahora, mi amor fraterno hacia Edward no era más que la sombra del inmenso amor que sentí por él hace un año, me sorprendí nuevamente al notar que lo había logrado, y que aquello me traía una sensación de tranquilidad tan extraña...
Pues sabía que ahora sería capaz de permanecer a su lado y darle todo mi apoyo, que solo desearía su felicidad junto a la mujer que el había escogido.
Por primera vez en un mes, abrí el compartimiento donde mi piano se escondía, y toqué las notes suavemente sintiendo como la melodía surgía naturalmente de mis dedos sin esfuerzo alguno, como si nunca hubiera dejado de tocar.
Una melodía melancólica, una canción que habíamos compuesto juntos, la toqué magistralmente igual que él me había enseñado mientras que las lagrimas recorrían mis mejillas sin mi consentimiento.
Aquella canción que en algún momento nos había pertenecido y que ahora solo me pertenecía a mi, una hermosa canción de cuna que ahora me permitía llorar todas las lágrimas que había retenido dentro de mi durante todo aquel año.
Y por ultima vez susurré un pequeño te amo, uno del que solo la luna sabría, el cual sería nuestro pequeño secreto.
Y con una última lágrima, sellé mis sentimientos en un baúl, poniéndole mil candados alrededor.
Olvidé, me obligué a olvidar.
Mi amor no debía ser más que un eco, no debía ser más que la sombra de lo que alguna vez sentí por él, y eso estaba bien.
Así estaba bien.
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Luz crepuscular ||Edward Cullen y tú|| ||Libro 1|| ||Saga Crepúsculo||
FanfictionMiranda Fiori es una joven que considera su vida perfecta, una familia que adora y una persona que ama con todo su corazón, todo cambia cuando una mañana una chica nueva llega al Instutito en el que ella estudia. La vida nunca es perfecta, menos par...