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Se encontraba sentado en su cama, apoyado contra la cabecera de la misma, estaba abrazando una almohada mirando un punto inexistente con la vista perdida.

Había despertado hace rato gracias aún extraño sueño que tuvo, uno donde él se encontraba con varias personas las cuales tenían un aspecto mágico que no sabría definir muy bien.

Recordaba que dos de esas personas eran extremadamente hermosos, era una pareja y eran altos, no sabía muy bien que estatura tendrían, pero lo cierto es que eran demasiado altos, tenían el cabello tan rubio que parecía blanco. La mujer tenía los ojos plateados y el hombre los tenía de un azul muy claro, más claros que el color del cielo.

A las otras personas las recordaba levemente, pero veía en las imágenes de su sueño que una mujer le entregaba un extraño libro, donde la cubierta era marrón y de tapa dura, lo sabía porque aún podía sentir la textura cuando lo tomó entre sus manos y al haberlo hecho un extraño escalofrió lo había invadido por completo.

Su ceño se frunció al pensar en el libro, ese libro tenía unas extrañas inscripciones en su tapa en un idioma que no sabía cuál era, aparte el hecho de que sintiera de que ya conocía ese libro cuando lo abrió en sus sueños sin llegar a poder leer su contenido lo había dejado confundido y perturbado.

Sin embargo, lo que le había dejado más confundido había sido lo que el hombre alto de ojos color azul y rubio le había dicho; "La magia debe perdurar, aunque la pureza se corrompa y se le intente cambiar su naturaleza" ... No tenía ni la más mínima idea de que podría significar aquello.

Un repentino dolor de cabeza le invadió de tal forma que tuvo que cerrar los ojos y apoyar la cabeza en la cabecera con la intención de que se le calmara, pero sucedió todo lo contrario, aumentó con fuerza, obligándolo a acostarse de nuevo en su cama, pero nada le calmaba aquella punzada.

Sentía como si le estuvieran pegando en la cabeza con un martillo, el dolor era tan intenso que las lágrimas empezaron a brotar sin control alguno, no podía ni gritar para pedirle a su madre que le ayudara porque le costaba hasta respirar. Su cuerpo empezó a temblar y sus manos se aferraron con fuerza a las frazadas de su cama; estaba sudando frió y sentía unas horribles ganas de vomitar ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué le había dado eso de repente?

Era horrible, sentía como si le estuviesen arrancando poco a poco la piel de los huesos o como si se le estuviese yendo la vida, incluso pensó que aquel horrible mal lo mataría de un instante, pero la sola idea de eso lo aterró todavía más, no quería morir, aún le quedaban muchas cosas que hacer, mucho que experimentar... mucho que le faltaba todavía.

Un sollozo estrangulado salió de su garganta cuando una extraña corriente eléctrica le recorrió el cuerpo de los pies a la cabeza, como si un rayo le hubiese electrocutado, causando que se retorciera en su cama. Intentó respirar más, pues se estaba mareando, y para su alivio tras aquello su cuerpo se empezó a relajar poco a poco, hasta que el dolor de cabeza cesó y los temblores se detuvieron de igual forma.

Aún se aferraba con fuerza a las sábanas de su cama, las lágrimas seguían abandonando sus ojos con cautela mientras permanecía con los ojos cerrados tratando de descubrir qué diablos le había dado para ponerse así de repente.

Sentía la garganta seca, tenía una sed del demonio como si acabara de despertar de la peor de las resacas y con ella las ganas de beber hasta el agua de las plantas. Abrió los ojos cuando tanto su pulso como su respiración volvieron a tener un ritmo normal, pestañeando varias veces antes de que su vista se enfocara.

Secretos Del Bosque [KookV/Lobos] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora