La despedida: Parte 1

0 0 0
                                    

Por Samantha.
  El reloj sonó a las 7 de la mañana, Charles y yo habíamos dormido una hora y media, estaba odiandolo en ese momento.
Al despertar el ya no estaba, trate de ignorarlo y comencé a vestirme, opté por una playera tres cuartos negra con una piña en el centro, unos jeans hasta la cintura y tenis.
Minutos después apareció Charles con una remera negra, jeans negros y tenis negros, no podía faltar esa gorra que le daba un toque de bad boy.
Llegamos a la estación del metro todos, pues Jess tenía su última consulta en el centro médico, era el último día en la ciudad y debía disfrutar mucho la cercanía con Charles, nisiquiera sabía cuándo volvería a verlo o en qué circunstancias.
Cuando el metro freno frente a nuestros ojos, me vi obligada a entrar a la sección de mujeres y el a la mixta, pero inmediatamente al bajar, cuando creí haberme perdido, una mano cálida tomó mi cintura y me guío lejos del bullicio.
No necesitaba mirar quién era, reconocía el tacto de Charles perfectamente bien desde años atrás.
Cuando por fin llegamos al centro médico, Charles no se despegó ningún momento de mí, estuvimos sentados, durmiendonos, me enseñaba cosas en su celular, mensajes le llegaban y no podía evitar sentir celos, le llegó uno más de su exnovia, ahora eran seis, me pregunto si no los abrirá.
Charles me mostraba una canción animado mientras me tendía un audífono, y cada vez que fingía estar molesto me lo quitaba y después me pedía que me lo volviera a poner y que lo perdonara.
Luego de un rato así me invitó a la planta baja, ahí había una pequeña cafetería, luego de negarme y decirle que yo pagaba el mío y el negarse, compró dos cappuccinos y unas galletas de piña, de las cuales tuve que comer dos porque Charles dijo que necesitaba comer algo y que si no se enojaría conmigo.
Cuando terminamos subimos hasta un balcón que estaba en medio de dos escaleras, miramos por ahí mientras yo veía cada cosa que hacían las personas abajo y lo pequeñas que se veían
-Esos dos de ahí fingen que son felices y estan enamorados.- dijo Charles y yo solté una risita mientras veíamos a una enfermera con su novio.
-Ese de ahí finge que quiere a su hijo cuando en realidad desearía estar briago ahora mismo.- Ahora Charles río, que risa más bonita, pensé.
-Porque eres tan amargada enana.- dijo Charles y me sorprendí. -Quiero decir- continuó- hablo mucho para que no te aburras y solo finges que te causo gracia, supongo que vives enojada porque el danonino no hizo efecto en ti- terminó.
"Oh Charles cruzaste la línea"
-Talvez solo no me causas gracia, yo me voy- dije y me di media vuelta dispuesta a irme cuando en eso escucho su voz: -Oh poodle, porfavooor, no puedes dejarme así nadamás- y me giro para ver una expresión de súplica en su cara ahora de cachorrito. Yo sonrío tontamente y vuelvo a donde él, el sonríe victorioso y dice: -ya respondes a tu apodo.-
Lo siguiente que hace me sorprende mucho, se acerca peligrosamente, su cara y sus labios muy cerca de los míos y no hace nada más que envolverme en un abrazo, tanto que mi cabeza bajita encaja perfectamente bien con su tonificado pecho y mi mente viaja a la noche anterior, la de nuestro desvelo, el y yo viendo Netflix en esa fría noche sin hacer nada, y de repente ya no es la película, ya no son los ruidos de afuera, de repente soy yo mirando sus labios fijamente, preguntándome que se sentirá besarlos, nuestras respiraciones mezcladas y nuestras frentes juntas después de ese tan íntimo pensamiento, una mirada me sorprende y de inmediato apartó la mirada, el no se dió cuenta, supongo que es muy tonto para notarlo. Salgo de mi trance y de ese flashback de la noche anterior y mis deseos y el suelta dudoso su abrazo y entonces le propongo seguir caminando a donde todos están, el acepta y en el transcurso me da algunos abrazos y se siente jodidamente bien.
Al llegar entre al baño y me fijé en uno de los espejos, no había nada malo en mi ¿Ese chico si estará sintiendo algo o solo es nuestra amistad?
Pero ese abrazo yo no lo sentí de amigos.
Salí de ahí y el me estaba esperando, me pidió que lo acompañara a comprar algo en un Oxxo que se encuentra afuera del centro médico. Accedí. Como casi a todo lo que hemos hecho hasta ahora.
Al llegar ahí tomó tres Coca Colas de las cuales no sabía si eran del tamaño adecuado a lo que yo le dije: "a ti nada te gusta" y de la misma forma, un acercamiento peligroso, en donde podía sentir su piel contra la mía y susurró "algunas cosas si me gustan" me miró fijamente y luego pasó a pagar.
Cuando volvimos adentro Jess ya había tenido su cita y salimos a comer algo.
Optamos por tacos, lo que nunca debe de faltar.
Todos estábamos en diferentes lugares comiendo Alfred, Bella y mi madre en un lugar y yo entre unos arbustos; Charles me siguió hasta ahí y se sentó a mi lado y preguntó algo como "¿En qué tanto piensas?" Pero era demasiado si me contestaba en la belleza de los aviones y también en la tuya, así que  solo me limité a decirle: -¿te has dado cuenta de lo bonitos que son los aviones? Ya han pasado 8 desde que te fuiste por tu comida- se hizo un silencio cómodo mientras ambos comíamos y después charlabamos entre risas de cosas sin sentido y después de todo eso, era momento de volver a casa de Charles.

Volviendo atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora