El lunes Patrick fue a su oficina sin saber en qué situación se encontraba después de la discusión con su padre.
Lili aprovechó y después de conseguir la dirección de los padres de Patrick, juntó coraje y fue hacia allá.
-Buenos días. ¿En qué puedo ayudarla señorita?
-Buenos días. Vengo a ver al señor Ian Clark, de parte de la señorita Lili Marx. Es un asunto personal.
-Bien le preguntaré al señor si puede recibirla.
Lili se quedó parada fuera de la casa, echa un manojo de nervios.
No estaba segura que era lo que le iba a decir, pero estaba segura de que si quería lograr algo, tendría que mantener su carácter enjaulado.
-Señorita Marx, el señor Clark la va a atender. Pase por favor que la guio hasta su oficina.
-Muchas gracias.
La casa de los padres de Patrick era una mansión, y estaba exquisitamente decorada.
Llegó hasta la oficina donde golpeó la puerta antes de entrar.
-Pase señorita Marx.
-Permiso. Buenos días señor Clark.
-Siéntese. ¿A qué debo su visita? Cualquier asunto relacionado con la empresa, tiene que hablarlo con los abogados.
Lili sintió que le comenzaba a bullir la sangre, así que respiro hondo y contestó.
-Lo que me trae hasta su casa, no es la empresa, es Patrick.
-¿Qué quiere?
-Quiero que reconsidere lo que le dijo a su hijo.
-No tengo porque discutir este asunto con usted.
-Puede que no, pero Patrick se sintió completamente abandonado, por usted y por mí. Él se merece todo señor Clark. Y si yo tengo que mantenerme al margen de la empresa, lo haré. Comprendo sus razones. Sé que estuvo preparando a Patrick para que él tomara el control de la empresa y no voy a ser yo la que impida que eso suceda. Pero él ésta herido por lo que usted le dijo y no va a hablar con usted. A mí me gustaría poder estudiar en la universidad, que era lo que quería hacer antes de que mi mundo y el de mis hermanos, se viniera abajo. No tiene idea señor Clark, de todo lo que Patrick, desinteresadamente, hizo por mis hermanos y por mí, sin siquiera saber quiénes éramos. Si no fuera por Patrick, estaríamos perdidos. Él se merece mi sacrificio y mi amor, y es lo que le voy a dar. Me gustaría que reflexionara sobre lo que sucedió y hablara con él. Pero, si usted no lo quiere reconsiderar, quiero que sepa que Patrick, es el que se va a hacer cargo de manejar mi parte de la empresa. Eso es todo lo que tengo que decirle. Buenos días señor Clark.
Y sin esperar respuesta Lili se levanto y salió de la oficina y de la casa de Patrick.
Patrick había ido a trabajar a su puesto.
Estaba esperando a que su padre definitivamente, le diera el tiro de gracia.
Mientras eso sucedía, él debía dejar todo en orden.
-Andy, comuníqueme con la oficina de personal por favor.
-Sí señor.
-Oficina de personal, habla John.
-Buenos días John, soy Patrick. ¿La señorita Marx llegó?
Y lo dijo haciendo gala de la mejor educación que tenía, porque Patrick no olvidaba que John se había puesto entre Lili y él.
Se la tenía jurada y en algún momento se la iba a cobrar.
-Buenos días señor Clark. La señorita Marx, no se ha presentado en su puesto y al finalizar la semana pasada, vino a las oficinas exigiendo datos personales suyos, señor. Por supuesto que no le permití sacar ninguna información y tuvo el descaro de amenazarme.
-¿Lo amenazó?
-Así es señor, lo hizo.
-¿Y qué fue exactamente lo que le dijo?
-Qué si no le daba lo que me exigía, me considerase despedido.
-Y… ¿usted le dio lo que la señorita Marx le requirió?
-¡Por supuesto que no lo hice!
Y Patrick realmente estaba disfrutando con el orgullo del deber cumplido que mostraba John.
Por esta vez en su vida, Patrick vería satisfecho sus más bajos instintos.
-Entonces John… considérese despedido.
El rostro de John mostraba sorpresa ante lo que su jefe le acababa de decir.
Pensó, pensó y finalmente comprendió que entre Lili y Patrick, sucedía algo.
Estaba casi seguro que ella le había contado lo que John le había negado y que entre los dos habían planeado dejarlo en ridículo y como si eso fuera poco, sin trabajo.
John se llenó de ira ante sus certezas. Pero no se quedó callado.
-Seguramente ustedes dos planearon esto y se están divirtiendo humillándome.
-No sé que está pensando John, pero usted no cumplió con una orden que le dio la dueña de la empresa y eso es causal de despido.
A John el gesto de ira se le transformó en sorpresa. No daba crédito a las palabras de Patrick.
-Yo no tenía idea que Lili era dueña de esta empresa, e intuyo que usted se está burlando de mí.
-Aún no ha sido anunciado a los empleados, pero es así. Además, aunque usted desconociera tal situación no debió poner resistencia ante un pedido de una de las empleadas y más siendo de su área en donde debe manejar esa información. Me parece que aquí el que actuó por despecho, fue usted.
-¿Cómo se atreve a hacer una acusación semejante?
-¿A qué acusación se refiere John?
Patrick sabía que en este momento debía actuar con cautela.
John estaba iracundo y podría suceder cualquier cosa. Y él, estaba listo para lo que fuera por defender a Lili.
-¡Usted me está acusando de tener una relación con Lili!
-Yo no dije nada semejante.
-¡Me dijo despechado!
-Y eso es todo lo que dije. No insinué absolutamente nada. Pero evidentemente, usted piensa diferente. Y su reacción, lo hace culpable de su propia acusación.
John estaba a punto de perder la cordura, así que decidió tomar aire, calmarse y entregarse a lo que tenía que suceder, pero antes maldijo a Patrick y a Lili y en silencio juró, que esto no iba a quedar así. Y sin más colgó el auricular del teléfono descargando su frustración en ese acto.
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Enséñame a Amar
Kurgu OlmayanLili es una adolescente de 18 años que vive en un refugio a cargo del estado con sus hermanos mellizos Tom y Tim. Necesita conseguir un trabajo fijo para que el estado le otorgue una vivienda para ella y sus hermanos. Consigue entrar en una heladerí...