🎆 𝓓𝓪𝓻𝓼𝓮 𝓪 𝓯𝓾𝓰𝓪 🎆

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Pov Canadá

Genial, otro día más aquí. Llevo días planeando cómo escapar y reencontrarme con mi México. Por lo menos para hacerle un par de cosas, tal vez así quiera volver conmigo y dejar al comunista ese.

Tome una cuchara y quite un póster de la pared. Terminé de cavar aquel hoyo que me sacaría de aquí. Finalmente me reuniría con mi pequeño.

Hora de salir a pasear.

Salí de aquel horrible lugar por un carrito de lavandería que se encontraba afuera. Si no me equivoco, a las doce de la tarde sacarían la ropa de la prisión a donde se encuentra la lavandería, eso sería genial para ayudarme a salir.

Y tal como dije, a las doce el carrito comenzó a moverse. Lo dejaron afuera para ir por los demás, así que salí de ahí y corrí al aeropuerto más cercano. Tomé un vuelo a México. Ya estoy más cerca de el, y me sorprende que no me hayan capturado aún.

Camine hasta la casa de México, espero no se haya mudado y que Rusia no esté con el. Me asome por su ventana ahí estaba el, acomodando lo que parecía ser algún papel en su billetera. Aproveché que estaba distraído y entre por la ventana. Lo abracé por la espalda causando que se asustara.

Hola, pequeño México.

—¿C-Canadá?

—¿Tan pronto te has olvidado de mi? —comencé a besar y lamer su cuello.

Iba dejando algunas marcas notorias para que el Ruso se dé cuenta de quien es México. Lo acorrale en una esquina y segui con mi trabajo mientras lo iba desvistiendo. El se resistía y me trataba de apartar con sus manos, pero lo golpeaba.

Y así seguí hasta que lo dejé completamente exhausto y tirado en su sofá sin su ropa. El lloraba mientras yo acariciaba su mejilla.

E-Eres un monstruo.

—Me halagas, yo también te extrañe, mi México —besé su mejilla, quería tener otra ronda, pero justo en ese momento escuche la puerta abrirse.

¡Cariño! ¡Ya llegue!

Escuche sus pasos llegar hasta donde nos encontrábamos. Le di la cara justo donde me encontraba, miré cómo su rostro se llenaba de ira al verme al lado de su querido Mexicano. Sé hizo un silencio incómodo en el que sólo se escuchaban los sollozos de México.

¿Qué haces aquí? —me dijo molesto—. Creí haberte dicho que lo dejaras en paz.

—Oh, y claro que lo dejaré en paz después de esto. Fue encantador.

Rusia se acercó molesto. Me tomó del cuello de mi camisa levantándome hasta que quedé a la altura de sus ojos.

¿Crees que tu estatura me intimida? —realmente no le tengo miedo—. Estas desarmado y ya he logrado mi único objetivo, volver a México para causarle un trauma al pobre. ¿Qué harás al respecto?

Regresarte al sucio lugar de donde viniste y asegurarme de que no vuelvas —Rusia se veía furioso.

Justo en ese momento, llegó la policía que me venia buscando desde la prisión. Diablos, olvidé que mi traje tenía rastreador. Me tomaron de los brazos y me colocaron un par de esposas. Me subieron a una patrulla y vi la casa de mi México perdiéndose en la distancia.

Regresaría después de todo a mi "hogar", pero ya veríamos quien perdería al pequeño México. Posiblemente lo sabré dentro de un mes, quien sabe.

___

Pov Rusia

Observe con enojo y seguridad cómo se llevaban a ese idiota. Me senté al lado de México y tapé su desnudo cuerpo con una manta. Tomé su mano y acaricié su espalda para darle seguridad. Acomodó su cabeza en mi hombro llenándolo de lágrimas.

P-Perdoname, Rusia... Yo no quería...

—Ya, tranquilo, estoy aquí. No me voy a ir a ningún lado —le planté un beso en su mejilla.

Me prometí protegerlo, y le estaba fallando. Me siento inútil. De ahora en adelante trataría de pasar más tiempo con el. Esperé a que se calmara y le di un beso en sus labios y me levanté a cocinarle algo. El mismo me dijo que cuando algo lo asusta demasiado, lo mejor para el es comer.

Le preparé un delicioso pozole verde. Regresé a su lado y el sé sentó dejando me algo de espacio para que yo me sentara a su lado. Comimos juntos ese suculento platillo. Le di unos minutos para que se fuera a bañar. Yo mientras tanto veía un partido de fútbol americano, realmente no entiendo el juego, pero me servirá para distraerme por el momento. Vi a México sentarse a mi lado con la mirada apagada y escondía uno de sus brazos.

Pase mi brazo detrás de sus hombros en forma de abrazo. Sé que superar a Canadá será difícil después de esto, pero México es fuerte, sé que lo hará. Su aspecto estaba tal y cómo cuando lo rescate de ese tonto. Bese su mejilla y tomé su brazo con delicadeza dejando a mi vista todas las marcas de sus cortadas y la sangre que salía de ellas.

Rusia, no me vuelvas a dejar sólo —escuché su voz quebrarse. Apliqué presión en mi abrazo dándole una señal de que no lo volvería a dejar.

Lo juro.

Fui por unas vendas al botiquín de primeros auxilios y vende su brazo. El seguía llorando, pero yo limpiaba sus lágrimas con mi pulgar. Lo volví a abrazar, se quedó dormido. Lo cargué hasta su cama y lo dejé ahí para que descanzara, debe ser algo muy difícil lo que le pasa. Pero yo estaré aquí para el siempre.

𝕷𝖆 𝖇𝖊𝖑𝖑𝖆 𝖞 𝖑𝖆 𝖇𝖊𝖘𝖙𝖎𝖆 [ᴄᴀɴᴍᴇx ᴠs ʀᴜsᴍᴇx] {𝕋𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora