𝕷𝖆 𝖇𝖊𝖑𝖑𝖆 𝖞 𝖑𝖆 𝖇𝖊𝖘𝖙𝖎𝖆 [ᴄᴀɴᴍᴇx ᴠs ʀᴜsᴍᴇx] {𝕋𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒}

🎆 𝓥𝓾𝓮𝓵𝓸 𝓪 𝓜𝓸𝓼𝓬𝓾 🎆

Pov México

—¡Vamos, Ruso! —grité mientras corría por una colina llena de pasto—. Te lo vas a perder.

—Ya voy, es solo que corres muy rápido —en parte era cierto, pero creo que sólo finge para que le gane.

Subimos hasta la parte de arriba de aquella colina. Había un árbol y ahí se encontraba la cesta de picnic que había dejado hace un rato. Me alegra que el Kevin y el Brayan se hayan tomado el día. Rusia vio feliz este momento. Fuimos a sentarnos y comimos algunos sandwiches y ensalada de frutas.

Nos acostamos sobre el césped a observar las nubes que se formaban en el cielo. Pero Rusia sólo me miraba a mi.

—¿Te han hablado de lo hermoso que eres? —me preguntó.

—Ruso... —se puso encima de mi y besó mi cuello causandome cosquillas—. ¡Tripalosky! ¡Aquí no!

—¿Por qué no?

—Estamos al aire libre.

Rusia se volvió a acostar a mi lado. Su intento por hacer, lo que sea que estaba haciendo, falló. Me senté y acerqué la cesta viendo dentro de ella dos boletos de avión. Ha pasado un mes desde lo de Canadá y creo que Rusia ha pasado bastante tiempo lejos de casa. Además, me he sentido algo extraño desde que tuve eso con Rusia y después me violara Canadá. Fue casi el mismo día.

—Cariño, ¿estás bien? —me preguntó Rusia.

—Si, es sólo que quiero mostrarte algo —saqué los boletos y se los enseñe.

Rusia los tomó con su mano y luego me vio a mi. Se abalanzó encima mío plantandome un beso en los labios. Nos separamos.

—¿A quién encargaste para cuidar tus tierras?

—El mismo pueblo puede encargase de si mismo —le dije—. Pero si no, entonces Bolivia o Brasil vendrán a hacerse cargo.

—México, no era necesario...

—¡Si lo era! Además, has estado bastante tiempo lejos de tu casa —sonreí—. Y me gustaría conocer a tu familia.

Vi cómo el pensaba. Me preocupé un poco, pero no creo que sea nada importante.

—De acuerdo, pero México... Tengo que decirte algo sobre uno de mis hermanos. Prometeme no odiarme.