𝕷𝖆 𝖇𝖊𝖑𝖑𝖆 𝖞 𝖑𝖆 𝖇𝖊𝖘𝖙𝖎𝖆 [ᴄᴀɴᴍᴇx ᴠs ʀᴜsᴍᴇx] {𝕋𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒}

🎆 𝓔𝓵 𝓰𝓻𝓪𝓷 𝓭𝓲𝓪 🎆

Pov México

—¡Papá! ¡Basta! ¡Me estás asfixiando!

—Pues como queréis vos entrar a este... —le tapé la boca.

—¡Basta! No lo digas. No quiero que mis hermanos se enteren —no quería ni imaginarme esa escena.

—Pero igual te verán, chaval —España hizo un moño para dejar ajustado el traje que yo tengo puesto.

—¿Por qué tuve que hacer esa estúpida apuesta con Rusia? —me lamenté—. Simplemente no pude mantener mi boca cerrada.

—Nueva España, ya basta, no es momento de lamentarse, hoy es un gran día —mi jefe llamó a alguien, pero no pude ver quien era—. Ahora deja que te maquillen y arreglen las uñas.

—こんにちは、メキシコくん (Hola, México-kun) —aquella nación se sentó a mi lado.

—¿Japón?

Bueno, ya me imaginaba que el iba a ser quien me arreglara. ¿No les he explicado aún la razón de todo este alboroto? Bueno, hoy es el gran día, el día de mi boda. Unos días antes aposté con Rusia para ir a hacer mi ultrasonido. No queremos saber su género, preferimos que sea una sorpresa, pero queremos ver si está saludable. Aposté que si el bebé nacía en Mayo haríamos la boda al estilo Mexicano, pero si no, entonces yo usaría vestido de novia y me maquillaria y todo. ¿Adivinen quien perdió?

—¡México-kun! ¡Abarcas mucho espacio! —Japón estaba empujando mi falda a un lado para entrar al auto.

—Creo que tendrás que pedir un taxi, tío —le dijo España, pero justo en ese momento, Japón entro al auto y España arrancó.

Llegamos a la Iglesia bastante rápido. El vestido me aprieta mucho el vientre, sólo espero que no dañe a mi pequeño o pequeña. Bueno, mi barriga tampoco es tan notoria sin el vestido así que no creo que pase nada. Entramos y escuche la melodía que ponen cuando ya llegó la novia. Me sonroje al ver cómo todos se ponían de pie ante mi presencia. Mi jefe me escoltó hasta el altar, se le salían las lágrimas.

—Sin llorar, ¿eh? —lo reprendi rudamente, la cosa es que me estaba queriendo hacer llorar también.

—Lo siento, es que te ves muy guapo, mi niño. Ahora ve, tenéis que casaros con un Ruso.

Subí aquellos escalones. Caminar con tacones es muy difícil. Me paré al lado del Ruso y el padre comenzó a hablar. Al finalizar todo ese largo discurso, finalmente nos preguntó.