-¡APÚRATE IDIOTA!- gritaba Kei a un fastidiado pelinegro que apenas y trotaba detrás de él.
Ambos iban por las concurridas calles hacia la Universidad Nacional de Japón, ahí donde en esos momentos se estaba realizando el examen de admisión para la facultad de arte; para mayor comodidad, tanto de maestros como alumnos era un examen de selección múltiple donde un sistema informático corregía y daba todos los resultados en ése mismo día. Muy eficiente a decir verdad, pero no por eso el examen era menos difícil.
Shoyo se estuvo preparando por semanas para el bendito test, las últimas apenas y pudieron verse, ya que el pelirrojo iba de la casa al trabajo y del trabajo a la casa —siempre saliendo con algún libro de un tema específico que saldría en el test—, pero no importaba, Kei estaba dispuesto a sacrificar unas pocas semanas de verse para que pudiera entrar a estudiar y cumpliera por fin su sueño. Sonrió apenas.
Hace algunas noches había intercambiado textos con Kageyama; el día de su examen irían al término de éste, le llevarían unos bollos de curry; unos como aquellos que su hermana nunca pudo entregarle ése fatídico día. Esperaban que eso diera algún tipo de cierra a esa culpa que aún sentía de vez en cuando. Tobio estuvo encantado con la idea y no dudó en organizar su agenda —ahora apretada debido a su asenso como modelo— para tener libre ése día.
Pero había llegado tarde, y el rubio le había gritado por al menos diez minutos antes de darse cuenta de que solo perdían el tiempo.
Por suerte pudieron atenderlos rápido en la tienda donde compraron una cantidad mórbida de bollos de curry. El apetito de Shoyo y Kageyama era el de un monstruo y ambos habían juntado algo de dinero para comprarlo, así que ahí estaban, intentado llegar lo más pronto posible a la universidad con dos bolsas llenas de bollos.
-Joder, no te desesperes. Llegaremos pronto- decía un fastidiado Tobio mientras iba trotando tras él. Kei intentaba acelerar el paso para poder llegar, ver esa hermosa sonrisa al saber que había pasado las pruebas; por que era obvio que lo haría, el lo vio todos los días, trabajando duro, estudiando hasta que los ojos se le secaron. Por supuesto que iba a pasar esas estúpidas pruebas. Estaba tan ansioso. No pudo evitar su sonrisa, este podría ser uno de los momentos mas felices de su vida como pareja, por supuesto que no iba a llegar malditamente tarde por culpa del denso de Tobio.
Así que lo agarró del ante brazo para comenzar a correr, tuvo suerte de que la bolsa no se rompiera, pero a lo lejos ya podía ver la gran edificio infestado de estudiantes. Los postulantes ya comenzaban a salir, solo en media hora estarían los resultados.
Comenzó a correr nuevamente hasta que fue arrastrado abruptamente hacia atrás; mientras veía una camioneta pasar justo por donde había estado segundos antes. Tobio lo miraba serio.
-Debes tranquilizarte, lo que menos necesita Shoyo en este día es otra desgracia más- Kei bajó la mirada al suelo, maldiciendose por su tonto descuido que casi lo mata. No. No debía repetirse la historia. Dio un último y tembloroso suspiro antes de apretar con fuerza la bolsa en sus manos.
-Creo... creo que podemos ir caminando desde aquí- fue todo lo que dijo, Tobio asintió, visiblemente más relajado comenzaron a acercarse al gran edificio.
Diez minutos después estaban frente a él. Observando el tumulto de gente, jovenes desesperados al borde de un colapso o de un coma diabético por beber tanto líquido azucarado para no dormir debido a la falta de sueño por un estudio de última hora. Lo normal en una universidad. Sin embargo Shoyo estaba frente a la gran reja del lugar, tan fresco como lechuga, bastante confiado y solo bastó que sus miradas se cruzaran para que cada uno comience a caminar deprisa hacia él otro.
- Pensé que no vendrías- murmuró luego de un rápido beso, sólo allí vio que venía acompañado.
-¿Tobio?- preguntó confundido, el pelinegro rodó los ojos acercándose.
-¿Éso es todo lo que tienes para decir, inútil?- decía con una media sonrisa mientras que el más bajo de los tres hacía un puchero.
-Shoyo- lo llamó Kei, entonces fue que lo notó, ambos abrieron las bolsas y dentro de ellas se asomaba a la superficie unos bollos.
Antes de decir nada, pequeñas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, conmovido hasta la médula por el detalle que tuvieron su mejor amigo amigo y su novio con él.
-Chicos- fue el quebrado susurro emocionado del más bajo, antes de saltar a abrazarlos a ambos. Sonriendo feliz. Ésa era la expresión que Kei deseaba mantener siempre en su pareja. Lo único que deseaba era poder hacerlo feliz.
-¿Qué se siente haber cumplido tu sueño?- fue la pregunta de Kei luego de que ambos hubieran dejado a Tobio en la estación de trenes, ya era de noche y habían salido a festejar cuando supieron que el pelirrojo estaba en el top 10 de calificaciones más altas en el examen de admisión.
-No sé, es una mezcla de muchas cosas, pero principalmente emoción y ansiedad- Kei tomó su mano entrelazando sus dedosn
-Te amo- le dijo, así como quien hablar del clima, Shoyo sonrió al ver sus orejas rojas, sólo se apoyó más a su brazo.
-También te amo Kei- murmuró, con la sensación de felicidad arraigada dentro de su ser.
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The guy with the tattoos
FanfictionInstagram Regístrate para ver fotos y videos de tus amigos. Iniciar sesión TheLittleGiant **************** ↪ Portada super preciosa gracias a @Spring_Dreams ↪Novela Gráfica / temática redes sociales (no solo instagram) ↪ Fanfic AU ↪ Angst con fina...