Una Segunda Oportunidad

Un Nuevo Final

Bruce sonrió al ver las gemas en las manos de sus amigos, lo habían logrado, todos ellos.

O tal vez no...

— Clint, ¿y Nat? —preguntó mientras sentía la felicidad escapar lentamente de su sistema. — ¿Dónde está ella?

— Ella... se sacrificó para que lo lográramos —el murmullo del arquero solo fue audible por el silencio sepulcral que había caído sobre la sala luego de que escucharan la pregunta.

Bruce sintió como la habitación comenzaba a hacerse cada vez más pequeña, con las paredes cerrándose a su alrededor, llevándose todo el oxígeno de la habitación mientras el mundo comenzaba a pesar sobre sus hombros, sus pulmones luchando por una bocanada de aire con un ataque de pánico cada vez más presente en su cuerpo.

Es que esto no podía estar pasando, de entre todas las personas que estaban allí, ella era la única que jamás creyó posible que no volviera, y es que nadie lo hubiese pensado, era Natasha Romanoff de quien estaban hablando, la maldita Viuda Negra.

La mano del gigante verde se estrelló contra la plataforma sobre la que estaban, el temblor que generó sacudió todo sobre ella, pero el grito de enojo y dolor que escapó de sus labios logró que más de un corazón se encogiera de angustia.

— Vamos grandulón, vamos a buscar un poco de aire fresco —Tony puso una mano en su hombro y tiro suavemente de él. Sabía por lo que estaba sufriendo, una vez él había creído que Pepper estaba muerta y fue como si estuviera sintiendo su mundo colapsar frente a sus ojos. Sabía que Bruce quería a Natasha, asique entendía cuanto le estaba doliendo esto.

Los científicos emprendieron la marcha fuera del hangar hasta el pequeño muelle, Steve, Thor y Clint los seguían cerca por detrás. El gigante verde tenía su mirada perdida en la lejanía, no había pronunciado ninguna palabra desde que recibió la noticia. Nadie se lo recriminaba, todos estaban sintiendo lo mismo, habían arrancado un pedazo de sus mundos.

— ¿Tenía familia? —preguntó el hombre de hierro luego de unos minutos.

— Nosotros éramos su familia —respondió el Capitán sin dudarlo.

— Todos están actuando como si ya no fuese a volver, por todos los dioses, ¡tenemos las gemas! Nosotros podemos hacerla volver tan solo sonando nuestros dedos —Thor sonrió tranquilo, creyendo fielmente en sus palabras.

— No Thor, no va a volver, no funciona de esa manera —contradijo Clint en un tono lúgubre. — Eso es lo que dijo el de la cabeza roja, un alma por otra alma. Ella ya no va a regresar.

Bruce aún no lo había podido procesar, el tiempo desde que regresaron del viaje cuántico no había sido suficiente para lograrlo. Pero entre eso y tener que volver a escuchar que ella no regresaría ya era demasiado, no lo podía soportar.

Con frustración arranco el banco del piso que estaba a sus pies y lo arrojó lo más lejos que pudo en un fallido intento de descargar sus sentimientos, pero la realidad cayó encima de él dándole una bofetada. Esto era muy simple.

La viuda negra había muerto.

Natasha Romannof había muerto.

Su Nat ya no estaba, esa que había sido su amiga, confidente, compañera, la mujer que él había comenzado a amar...

Ella se había ido, Bruce la había perdido para siempre.

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Actualizado al 03/04/2024.