— Creo que vamos a tener que sacar un comunicado oficial diciendo que el nuevo "trasero de América" pertenece a otro vengador, un cierto doctor —el comentario de Natasha logró que el científico tomara un color rojo intenso en su rostro, al igual que sucedía cada vez que ella aparecía en la misma habitación que él.
— Bienvenido a casa, Banner —Rhodes sonrió al doctor mientras le estrecha la mano, ajeno al comentario anterior de la pelirroja, salvándolo sin saberlo de su vergonzosa situación.
— Gracias Rhodey, es bueno salir de esa cama al fin —comentó Bruce con alegría.
Los últimos dos meses habían sido duros y demasiado largos para el gusto del científico, su proceso de recuperación había incluido una cantidad exagerada de pastillas y tratamientos que él ya ni si quiera podía recordar. Aun para la Doctora Cho había sido un desafío ayudarlo debido a su extraña condición biológica, todo gracias a cierto grandulón verde que aún no se había decidido a hacer acto de presencia.
Bruce todavía estaba decidiendo como debía sentirse respecto a eso último, estaba entre estar feliz por no tener que lidiar con los códigos verdes o estar asustado de nunca más volver a ver a su contraparte.
— Espero que no te acostumbres, Banner, volverás a la cama muy pronto, solo que esta vez estarás acompañado —gracias a ese tipo de comentarios el color del rostro del doctor era comparable con el traje del hombre araña.
Sabía que nadie más que él había escuchado lo que la agente Romanoff había susurrado en su oído, pero aun así dio un rápido vistazo solo para comprobar que todos seguían en sus cosas. La respiración de ella chocando contra su piel había sido suficiente para erizarle cada vello de su cuerpo, además de que la sonrisa triunfadora que la pelirroja le estaba dedicando no ayudaba.
Obviamente ella era consciente de cada efecto que producía en el tímido hombre.
— V-voy a ir a... trabajar al laboratorio. Adiós —antes de que pudiera terminar la frase el doctor ya había desaparecido del radar, dejando a todos, menos la agente, confundidos.
— ¿Natasha que le hiciste a Bruce? —Clint preguntó acusadoramente desde el sofá, levantando la mirada de la revista que estaba leyendo a ella.
— Absoluta y totalmente nada, me ofende que pienses que puedo hacerle algo a nuestro pobre y querido doctor —la pelirroja se llevó una mano al pecho simulando estar ofendida, pero la verdadera respuesta llego al arquero en cuento notó la sonrisa burlona de su amiga, que aún no desaparecía de su rostro.
— Solo procura no matarlo de un ataque al corazón por favor, a Cho no le agradaría para nada eso, no después de todo el trabajo que tuvo que hacer para dejarlo funcional —respondió resignado Barton antes de volver a lo que estaba haciendo antes.
— No puedo prometer nada —comentó con gracia la rusa antes de abandonar la habitación en dirección a la sala de entrenamiento.
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Bruce había pasado las últimas horas trabajando en el laboratorio con los proyectos que Tony había dejado a medio camino antes de que ocurriera la batalla final contra Thanos, había algunos que llamaron su atención porque podrían traer grandes beneficios a la sociedad y él, como el científico de alma que era, no quería desperdiciarlos.
Pero ya era hora de un descanso, su cerebro estaba a punto de explotar por todo el tiempo que había dedicado a esto, eso sin contar que una de las reglas que los médicos le habían dado, y que él prometió seguir como condición para darle el alta, había sido que regresara a trabajar de a poco, solo una o dos horas al principio. Obviamente que ya habían pasado más de siete horas desde que se había sentado delante de la computadora.
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Una Segunda Oportunidad
FanfictionLa lucha final contra Thanos dejo a demasiadas personas sufriendo por sus perdidas, Bruce es una de ellas. Lo ha perdido todo, a su mejor amigo y a la mujer que amaba, hundiéndose en un profundo abismo de dolor y tristeza. El único deseo que tiene e...