CAPÍTULO 17: El amor es lo único que importa

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CAPÍTULO 17: El amor es lo único que importa

Me agazapé y me escondí entre unos arbustos mientras observaba a mi presa. Ésta no se percató de mi presencia por lo que aproveché la ventaja y me abalancé sobre él. El ciervo intentó luchar pero ya era demasiado tarde, mis dientes ya estaban en su yugular. Una vez el animal se quedó seco lo solté, aún no me encontraba satisfecho por lo que volví a centrarme en la caza.

Entonces llegó a mí el olor de un delicioso oso, me agazapé y corrí lo más deprisa que mis pies me permitieron.

Cuando llegué al lugar de donde procedía ese olor me percaté de que no era el único que había olido ese efluvio. Mi hermano Emmett se estaba preparando para abalanzarse. En un principio pensé en retirarme pero luego recordé sus deseos de que mi Volvo sufriera un accidente así que para fastidiarle me le adelanté y me lancé encima del oso. Éste intentó despedazarme pero para su desgracia era demasiado lento y no consiguió herirme ni una sola vez. Mientras jugaba con el oso pude oír un sonoro bufido procedente de detrás de mí. Obviamente era Emmett, el cual estaba bastante molesto.

- ¡Ey! Ese oso era mío, maldito seas Edward me has robado mi cena.

En respuesta solo sonreí y dejé de jugar. Ya era hora de saciar mi sed. Me moví tan rápido alrededor del oso que no se percató cuando ya estaba encima suyo con mis dientes en su cuello.

Había valido la pena alejarse del bosque de Forks e ir a cazar a un lugar donde no solo hubiesen ciervos. Aunque en un principio no me había gustado la idea de alejarme tanto de Bella tenía que reconocer que lo estaba disfrutando. Si nos hubiésemos quedado en el bosque de Forks solo hubiésemos podido cazar ciervos, al menos aquí teníamos para elegir.

Ahora les agradecía a mis hermanos que hubiesen insistido tanto en venir a cazar aquí, a veces Emmett era tan infantil con sus pucheros... y Alice no se le quedaba atrás. Jasper era el único normal.

Noté como el animal poco a poco dejaba de moverse y de su cuello ya apenas salía sangre, me bebí hasta la última gota y separé mis dientes de su cuello.

Al levantar la vista me encontré con mi hermano que me miraba con el ceño fruncido y los brazos en jarra.

- ¿Qué?- pregunté haciéndome el inocente.

- ¿Cómo que qué?- gruñó en protesta.- ¡Me has quitado MI cena!

- No es mi culpa que hayas tardado tanto en "ir a comer", algunos sí teníamos hambre y realmente ese oso olía delicioso.

Me gruñó y antes de que pudiéramos decir nada más Emmett se me abalanzó pero yo no me quedé atrás cuando vi sus intenciones. El choque de nuestros cuerpos en el aire sonó como el golpe de dos enormes rocas al impactar.

Ambos caímos al suelo y empezamos a luchar, obviamente sin herirnos. Nuestro pequeño "enfrentamiento" poco a poco pasó a ser una pelea en broma pues jamás heriríamos a nadie de nuestra familia.

Ambos seguíamos rodando por el suelo cuando oímos la voz cantarina de nuestra hermana.

- Vaya, vaya, pero si aquí están mis queridos hermanitos.

Emmett y yo dejamos de luchar y miramos a Alice, la cual se encontraba sentada en una roca cercana y a su lado estaba Jasper con una gran sonrisa igual a la de Alice.

- Mmm... ¿Divirtiéndoos sin nosotros?- preguntó Jasper intentando sonar afligido.

- ¡Este estúpido me robó mi cena!- gritó Emmett enfurruñado mientras se levantaba del suelo y se limpiaba el polvo de su ropa.

Ante el tono enfurruñado que utilizó Emmett no pudimos evitar reírnos ya que cuando Emmett se enfadaba por algo era peor que un niño de cuatro añitos al que le acababan de castigar sin postre.

Amnésica 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora