C6: Trampa

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CAPÍTULO 6: Trampa

- ¿Tú?- dijimos ambos sorprendidos.

No me lo podía creer...

- ¿Qué haces aquí?- le pregunté intentando controlar mi expresión.

- Eso mismo iba a preguntarte a ti. Yo estoy aquí para dar una hora extra por culpa de la maldita amnesia, ¿y tú?

Suspiré.

Esto era de risa. Ahora encajaba todo. Cuando el señor Graham me lo había pedido no me había molestado en buscar en su mente quien sería mi alumno, en este caso alumna. Pero ahora me maldecía por no haberlo hecho.

- Creo que soy tu profesor.

- Pero cómo...

- ¿Te acuerdas del trabajo que el señor Graham ha pedido a segunda hora?

- Sí.

- Pues como no se lo he entregado me ha dicho que me suspendía a no ser que diera clase a un alumno. No he tenido más remedio que aceptar, lo que no hubiera imaginado es que fueras tú la alumna.

Aún recordaba a la perfección nuestra conversación...

-FLASH BACK-

- ¿Tienes algo que hacer después de clase?

- No, ¿por qué?

Antes de que me respondiera busqué la respuesta en su mente.

Por lo visto andaba falto de tiempo para corregir exámenes ya que el final de curso se aproximaba. Y ahora había un alumno al que tenía que darle clases una hora diaria después de clase, pero no tenía tiempo. Y, claro, que mejor ocasión que ésta para cargarle el muerto a otro.

- Vamos a hacer una cosa, si tú le das una clase diaria a un alumno yo te apruebo, ¿Qué dices?

- ¿Por qué yo?

- ¿Bromeas? Tú y tus hermanos podríais pasar por profesores, incluso estáis más capacitados que muchos docentes del instituto.

"Incluso más que yo", añadió mentalmente. No pude evitar sonreír.

- Está bien, ¿Cuándo empiezo?

-FIN FLASH BACK-

Alice sabía que ocurriría esto desde un principio, lo había planeado. Ahora entendía su nota. Esto ya se estaba pasando de la raya.

No pude evitar poner mala cara, esta vez estaba realmente molesto con Alice.

- Por lo visto la idea no te entusiasma.- cuando oí la voz de Bella salí de mis pensamientos y me di cuenta de que Bella había malinterpretado mis expresiones.

- No es eso, es que...- deseaba poder contarle todo, explicarle cualquier cosa que me preguntara la dueña de esos hermosos ojos chocolate, pero no podía, no lo entendería. No lo entendería porque desde un principio no le había contado la verdad, pero era lo mejor.- ¿empezamos con la clase?

En sus ojos relucían las miles de preguntas que deseaba hacer, pero en mi rostro también se leía que no iba a responderlas.

Así que empezamos con la clase, pero Bella no tardó en perder la concentración, aunque no entendía el motivo. Me miraba sin pestañear, como si prestara atención pero no era así. ¿Me estaba mirando a mí?

- ¿Pasa algo?

- ¿Eh? Ah!, no, ¿por qué lo dices?- mi pregunta la despertó de su ensoñación, lo cual hizo que sonriera torcidamente. Se veía tan tierna, tan Bella...

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