태형Negarlo ya no tendría sentido. Taehyung había partido su alma en dos y le había regalado la otra parte a Jungkook desde el primer instante que se metió en aquel baño. Enamorarse aun mas pensó que no sería posible hasta que lo vio sentado en el sofá que ambos tenían, indicando con un gesto que se acerara. Sin dudarlo, se acomodó a horcajadas sobre él, a la vez que se hundía en su cuello repartiendo besos y lamidas por la poca piel expuesta. Necesitaba más.
Se disgregó un poco y la lujuria que vio en sus ojos comenzó a consumirlo lentamente. Sabía que Jeon quería disfrutar de ese momento igual que él. De forma pausada, dándose tiempo para deleitarse uno en el otro. Comenzó a desabotonar la camisa sin quitar su mirada. Cuando consiguió abrirla le admiró tal como si nunca antes lo hubiera hecho. Su cuerpo era perfecto, cada músculo que se marcaba era perfecto, su cara era perfecta, sus labios eran perfectos.
Él hizo lo mismo con la suya mientras Taehyung permanecía sentado sobre sus piernas. Cuando por fin terminó, Jungkook envolvió los brazos alrededor de su cuerpo, pegándose con un gesto intenso pero con la fuerza justa para hacer que Taehyung se estremeciera. Jungkook inició una cadena de besos sobre su pecho subiendo por su cuello hasta que le encajó una de sus manos en su pelo arrastrándolo a un beso lascivo. Gimió ronco sobre sus labios. Aquella posición estaba limitando sus movimientos. Pareció descifrar sus pensamientos porque lo levantó por debajo de sus muslos, llevándolos a ambos a la habitación.
Sus pies volvieron a tocar el suelo cuando llegaron a la esquina de la cama. Se ayudaron a despojarse de sus camisas que seguían reposando sobre sus torsos. Jungkook la hizo descender con tanta delicadeza y parsimonia que pensó que no terminaría nunca. Aquel juego solo estaba creando más tensión entre ambos.
—Te deseo tanto, no sabes cuanto estuve esperando para tenerte así. —Susurró Jungkook justo antes de empujarlo haciendo que cayera sobre las sabanas de forma descuidada.
Se volvió loco escuchándole, pero se volvió aún más desesperado cuando le comenzó a morder sutilmente. Jungkook se apoyaba sobre una de sus manos a la vez que la otra bajaba lentamente por el cuerpo de Taehyung. Le desabrochó con cuidado sus pantalones, él elevó sus caderas para que pudiera bajarlos, quedando solo en ropa interior. Jeon lo acarició primero sobre ella, haciéndole gemir de forma controlada, rozando su ya muy dura erección con la yema de los dedos. Cuando se coló debajo de la tela y la rodeo con la mano, dejo de pensar. Llevaba tanto tiempo tensionado a base de besos, mordidas y caricias que pensó que podría correrse en ese mismo instante. Jungkook la agitó con firmeza pero de forma delicada y suave a la par que lo observaba desde arriba mordiendo sus propios labios. Por un momento Taehyung se sintió indefenso. Se escuchó a sí mismo decir algo como ''sigue, sigue así'' apenas podía pensar ni en los sonidos que revelaba su boca. Solo podía detallar aquella mano envolviéndole y por defecto desquiciándolo.
Lo detuvo por el simple miedo de que todo terminara en eso. Jungkook volvió a fundir sus labios con los de él, con lentitud mientras su miembro goteaba, utilizó el dedo para recorrer la cabeza, lubricándola con su pre semen haciendo que jadeara sobre sus labios. Sin aviso, se levantó dejándolo tumbado en la cama para poder quitarse los pantalones. No dejó de observarlo desde su posición más elevada en el transcurso, a Tae le pareció tan atractivo que su excitación se multiplicó. Taehyung apresó sus propios labios permaneciendo inmóvil, toda la sangre de su cuerpo le había abandonado para centrarse en el mismo punto. Cada parte de él le hacía estremecerse de puro placer, sin tocarle inclusive. Jungkook se acercó a su mesita de noche sacando el lubricante dentro de ella y lo dejó sobre la cama junto a ellos.
—¿Sigues prefiriendo que yo guíe esta noche?— Susurró.
—Solo hazlo.— Le respondió Taehyung mientras sumergía los dedos en su cabeza para atraerlo hacia sí. Su otra mano se deslizó hacia abajo en medio de ellos, tirando de su ropa interior para terminar de desnudarle. El otro chico le imitó, ayudándole con los suyos. Cuando sus miembros se rozaron por fin sin barreras, no pudieron ninguno de los dos suprimir un gemido placentero. Taehyung derramó el lubricante en su mano y tomó tanto su pene como el de él, comenzando el vaivén que los acometería al borde.
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Are You Calling Me A Sinner ?
عاطفيةSolo ellos dos se enfrentan a la realidad de la imposibilidad de sus sentimientos en un mundo que aún no está preparado para ello.