𝔹𝕝𝕠𝕠𝕕 𝕊𝕨𝕖𝕒𝕥 & 𝕋𝕖𝕒𝕣𝕤

118 4 3
                                    





Mayo. 2018

El café sobre la mesa se había convertido en una helada víctima de su agitada jornada laboral. Incluyendo entre ellas las diez llamadas perdidas en su teléfono que no había podido contestar. Soyun, inmersa en el trabajo, apenas tenía tiempo para parpadear, y mucho menos para dar un sorbo a la taza a su lado.

La luz de la pantalla iluminaba la concentración en su rostro, con los ojos fijos en el ordenador mientras sus dedos tecleaban con destreza. Otro análisis de resultados mas y se marcharía. Así había transcurrido prácticamente toda la tarde, repitiéndoselo a si misma.

Echó un vistazo rápido a la hora en su reloj, ya estaba muy avanzado el día; eran las seis de la tarde y ni siquiera había tenido tiempo para comer. El álbum que Namjoon le había adelantado, era la única melodía que acompañaba su trabajo. Aunque le hubiera encantado disponer de tiempo para asistir a alguna de sus promociones las próximas semanas, las circunstancias no se lo permitían. No obstante, hallaba consuelo en el privilegio de disfrutar de la música antes que muchos, bueno, al menos con una semana de diferencia. Claro, obtener ese privilegio no fue precisamente un paseo por el parque. Se vio obligada a desplegar su capacidad disuasoria y chantajearlo un par de veces.

Se dejó caer hacia atrás en su silla mientras las notas de Magic shop aplacaban su estrés, Jungkook sin duda era un genio. Suficiente por hoy. Su empresa ya tenía opciones de sobra para elegir entre sus propuestas y estudiarlas la próxima semana.

Agarró su móvil para ver quien había insistido antes en interrumpirla. Se sorprendió al percatarse de que no era solo una persona. Entre las llamadas perdidas se encontraban las de sus amigas, era viernes no le extrañaba que quisieran salir a por unas copas, un número que aún no identificaba y Namjoon. Optó por devolverle la llamada a este último; sus conversaciones solían ser breves y concisas, dado al poco tiempo que tenía la mejor opción era él. Se autoconvenció de que era la elección más lógica, aunque en el fondo quería conocer sobre cómo les iba a todos. Tres tonos resonaron antes de que al fin decidiera contestar.

-¿Qué pasa?-Respondió Namjoon al otro lado.

-Como que ''que pasa'', me has llamado tú. -Hizo una mueca, aunque lamentó que él no pudiera verla.

-Ah, cierto, se me olvidó. Ya tengo tus álbums firmados. Si quieres, pásate por casa, pero no sé cuándo tendremos tiempo, llegamos muy tarde últimamente. O mejor, te los puedo dejar en la empresa y la próxima semana los recoges. -De fondo se escuchaba el bullicio, y entre todas las voces, distinguió la de Seokjin riéndose. Sonrió. -Aunque, sinceramente, no sé para qué los quieres.

-¿Sigues en el trabajo? Yo acabo de terminar. Intenta no desmoronarte estos días. Come bien.

Soyun comenzó a recoger sus cosas y a guardarlas en su bolso, sin apartar el teléfono de su oído.

-No has respondido. ¿Para qué quieres mi firma en los álbums? -Insistió el chico con un tono relajado.

-Para el acta de matrimonio. -Bromeó ella. La risa de ambos resonó a través del teléfono. Mientras apretaba los botones del ascensor, utilizó el espejo para acomodar su cabello. Le gustaba más con el nuevo corte por encima de sus hombros, aunque mantenía su color durazno vibrante.

-Ni siquiera quieres casarte.

-Cierto, olvidé ese pequeño detalle. -Reconoció Soyun con un toque de diversión. -Es por si lo de publicista no me sale bien. Imagina todo el dinero que le saco.

Namjoon rió antes de contestar. -¿Quieres que el resto también lo haga? Es la primera vez que me pides algo así. Me sorprendió un poco, pero puedo hacerlo. -Sugirió.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 27, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Are You Calling Me A Sinner ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora