capitulo 14

82.3K 10.3K 894
                                    

Por favor, si eres un lector "fantasma", te pido que dejes tu voto (no cuesta nada), significa mucho para mí y ayuda a que esta historia siga creciendo, gracias♡】

♡♡♡♡♡♡

KEIRA

—Tienes que ponerte feliz, Keira. En dos días estarás en la universidad, tu papá estaría muy orgulloso de ti —sonrío ampliamente a Lidia, que cada vez que aparezco, aprovecha para recordarme esa hazaña. 

Ella está incluso más emocionada que yo. Es que ambas sabemos que mi educación era una prioridad para mi padre, quién se esforzó toda su vida para darme la oportunidad de elegir lo que quiero hacer. Estoy a punto de responderle cuando reconozco a Damon próximo a nosotras.

Luego de varios días, está mejorando. Su rostro está más lúcido porque los efectos van disminuyendo y aunque es un proceso lento, poco a poco está recuperando el control de su cuerpo. Del mismo modo, nuestra confianza ha ido evolucionando, es como si cada día se hiciera más grande, a pesar de que aún tengo la sensación de que Damon sigue ocultándose tras un escudo, que se fue diluyendo conmigo, pero que no desapareció. Y no lo presiono. Hay recuerdos que silencias porque no quieres revivirlos, porque, aunque sean pasado, el dolor puede extenderse al presente.

Me sonríe calmo cuando me ve y espera que Lidia se aleje para hablarme.

—Así que te vas a la universidad —comenta y me doy cuenta que nunca se lo he mencionado directamente.

—Sí, pero no te vas a librar de mí —respondo divertida—. Tengo todo fríamente calculado —agrego en el mismo tono.

—Qué lástima. Por un momento creí que mi sueño se haría realidad —pronuncia. Sonrío por el chiste y juego con mi cabello, echándolo hacia atrás.

—Es más, planeaba proponerte que el próximo año intentes estudiar —largo, convencida de que todos deberíamos poder elegir lo que queremos hacer.

—¿Yo en la universidad? —me mira como si me hubiera vuelto loca y, sin embargo, asiento. Damon se aproxima; buscando más privacidad—. Keira, ni siquiera terminé el colegio.

—Podemos trabajar en eso —aseguro, depositando confianza en él, le hago una seña para que caminemos hasta una de las mesas, con dos sillas a su alrededor, donde nos acomodamos—. Entonces, dijiste que no terminaste de estudiar —intento retomar la conversación con normalidad. La expresión que toma su rostro me da la impresión de que está avergonzado, pero no tiene nada de qué avergonzarse—. Damon, me lo puedes contar —lo aliento entornando una pequeña sonrisa y mirándolo comprensiva.

Después de un pequeño silencio, se decide a hablar.

—Tuve que dejar en el último año —menciona—. No es que quisiera, en realidad, en ese momento no tenía opción —se encoge de hombros—. Mi mamá metió a Killian a la casa, él se quedaba con todo el dinero, ni si quiera había comida en el refrigerador... —aprieta los puños, conteniendo la bronca que le causa rememorar esa época—. Mi plan era retomar las clases en cuanto juntara un poco de dinero, pero Killian en uno de sus ataques destrozó todos mis libros y más tarde mi madre me echó de la casa, así qué... No hubo caso —larga una risa apagada, como cuando algo suena tan triste que te ríes para no llorar. 

No sé qué decir. Solo que lamento tanto que haya tenido que pasar por todo eso. Es un hecho que no puedo hacer nada para cambiar su pasado, ni para quitarle las cicatrices que se le han acumulado en toda su vida, pero al menos puedo hacer algo para cambiar su presente. Las cicatrices nunca se irán, pero quizá puedo hacer que dejen de doler.

Dulce castigo [En físico con Editorial Vanadis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora