capitulo 42

43.9K 3.5K 633
                                    

Aclaración importante: Las partes del texto en italic, significan que se están narrando flashbacks, es decir, recuerdos del pasado. 

DAMON

Liam eleva a Madeleine hasta ponerla sobre su cabeza, luego le da un giro y, por último, termina sentándola sobre sus hombros, mientras la niña emite carcajadas, una tras otra, gritando emocionada.

—Liam, acaba de comer —le reprocha su novia que está colgándose el bolso en un hombro para marcharse a trabajar—. Deja de hacerle eso —se aproxima, para besar a su hija y besarlo a él, luego mueve la mano en mi dirección, despidiéndose—. Los veo luego y nada de chocolate —advierte. 

Jessica intenta que todos bajo su techo lleven una vida sana, pero nunca logrará que Madeleine abandone el chocolate, ni mucho menos que Liam abandone las cervezas. Pero al margen de eso, se llevan realmente bien. Todavía estaba fuera de la ciudad cuando Liam llamó paranoico para contarme que su chica había quedado embarazada; hasta ese momento, no tenían nada serio, ni siquiera se consideraban una pareja oficial, pero la llegada de Maddie los consolidó y ahora realmente tienen una buena vida.

—Estás muy callado —dice y le envío una mirada pidiendo que se detenga –porque se justo hacia dónde va el tema-, pero él sigue—. Lo sé, no te puedes quitar a Keira de la cabeza.

Me echo hacia atrás en el sofá y largo un bufido.

—Era sencillo cuando sabía que estaba lejos, simplemente... Era distinto —pronuncio exasperado—. Ahora sé incluso donde encontrarla —además, la imagen del colgante que le regalé todavía en su cuello no ayuda a olvidar, al contrario, hace que me pregunte por qué lo conservó, por qué lo sigue usando.

—Amigo, pasaron cinco malditos años —Liam se pone serio—. Lo de ustedes fue intenso, pero tienes que dejarla ir, tienes que hacer algo. No sé, cierra la historia con Keira de una vez por todas, o nunca podrás avanzar. Y ya sabes a lo que me refiero.

Liam conoce mi historial. Tanto él como Jace han intentado emparejarme con chicas, pero nunca funcionó... Digamos que yo no pongo demasiada voluntad.

—¿Quién es Keira, papá? Suena como un nombre de princesa —Maddie interrumpe haciendo que ambos riamos.

—Keira habría sido tu tía, o quizá lo sea pronto. Todavía no lo sabemos —bromea y yo hago una seña de que voy a asesinarlo. En realidad, continúo preguntándome que habría pasado si nunca se revelaba que estuve involucrado en el accidente de Richard Holt.

¿Lo hubiéramos conseguido? ¿Estaríamos juntos?

Imagino como sería nuestra vida, pero entonces me obligo a detenerme porque, maldición, ya no sucederá.

Después de la visita a Liam, debo ir a una tienda que Jace indicó para probarme el smoking que usaré en su casamiento. Jamás compré un traje, así que no tengo demasiada idea, pero Jace repitió que es un evento formal y estoy obligado a usarlo. Tras cumplir con esa estúpida obligación, voy a cumplir el turno de trabajo en la pizzería. No es el mejor puesto, pero es una gran ayuda económica.

Sí. Tengo dos trabajos.

Muchas cosas cambiaron desde ese día en que todo acabó.

KEIRA

—¿Te vas a casar? ¿Tú? ¿De verdad? —el rubio asiente reiteradas veces, expresando seguridad en la decisión tomada—. ¿Quién eres y qué hiciste con Jace? —cuestiono.

Desde adolescente Jace tuvo una actitud volátil en cuanto a relaciones amorosas. Nunca mantenía vínculos demasiados formales, las chicas a la larga lo aburrían, el encanto se rompía en un parpadeo. Además, su estilo de vida no le permitía sentar cabeza con nadie, en un año podía vivir en tres ciudades distintas.

Dulce castigo [En físico con Editorial Vanadis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora