capítulo 5: Hyde Park.

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Durante los siguientes quince días Billie y yo hicimos algunos paseos bastantes agradables debido a todo ese asunto de que ninguna de las dos parecía tener amigos; yo por ser nueva en la ciudad y no conocer a nadie y ella pues... bueno por esos problemas de los que no quería hablar.

Me sorprendió darme cuenta de lo bien que la pasábamos juntas. Yo disfrutaba mucho de los viajes al centro de Londres, pero también me agradaba estar en la casa con ella. Sobre todo cuando Michelle no iba a la guardería. Ver a Billie Eilish de niñera era algo que toda persona debería haber visto aunque sea una sola vez. Era tan dedicada con ella y también con Gael, que podría jurar incluso que a veces parecían sus hijos.

A veces se quedaba tardes enteras en el living jugando con Mich, le leía libros y le ayudaba a dar los primeros pasos.

«Esto es malditamente tierno» pensé una vez mientras la miraba hacerle caras raras a Michelle antes de darle de comer. Lancé una pequeña carcajada y ella alzó la cabeza. Quería que la tierra me tragara allí mismo.

-¿Te parece gracioso?.--dijo ella y sonrió.

Un manto caliente envolvió mi cuerpo y sentí que las mejillas me ardían. Asentí con la cabeza y ella, con el ceño fruncido, sonrió aún más y asintió. Luego se volvió a Mich.

-Es...--intenté decir.--Es lindo que cuides tanto de ella. Cualquier otra chica de tu edad se preocuparía por otras cosas.

-¿Qué tipo de cosas?.--preguntó alzando una ceja.

-Ya sabes, fiestas, alcohol, sexo, drogas.

Billie rodó los ojos.

-Sí, es verdad. Bueno, yo ya no necesito nada de eso. He tenido suficiente de algunas de ellas.

Abrí un poco los ojos. La miré por unos segundos, pasmada, acababa de dejar más que claro que ella ya había probado cada una de esas cosas.

Fiestas.

Alcohol.

Sexo.

Drogas.

Ninguna de esas palabras podría pasar por tu mente si mirabas esa escena de Billie y Michelle.

Era algo más como.

Ternura.

Dedicación.

Amor.

Sonreír para mis adentros. No cabía duda que la había juzgado mal desde el principio.

Dos semanas después de visitar los palacios, ella planeó una salida al museo Británico. Sé que no le agradó mucho ir y que obviamente se aburrió. Pero aprecié el gesto de llevarme a un lugar que para mí era importante debido a mi amor por la historia. Y honestamente, ese museo en particular era excepcional, porque no solo te encontrabas allí con la historia cultural de Inglaterra, sino también te podrías encontrar piezas históricas y fascinantes que contienen como América, África, Asia y el resto de Europa.

Luego de un extenso recorrido por el museo en donde pude apreciar cosas como objetos de ciudades romanas de Pompeya y Herculano; algo que me llamó mucho la atención del sector de Pompeya fue un brazalete de oro con forma de serpiente enroscada y un enorme bloque de piedra que tenía tallado palabras en osco, que era una lengua extinta del sur de Italia. Sin embargo era hablado principalmente por tribus.

-Sí, que maravilloso.--dijo Billie apurando el paso mientras yo le explicaba lo que acababa de leer.

-Crees que es muy aburrido, ¿verdad?

Ella me largó una mirada de soslayo.

-Eres una chica muy lista, ______. Se supone que hay que apoyar a los listos. Y si esto te gusta, yo no tengo problema con ello. Aunque esté pensando a cada segundo a qué hora nos vamos.

DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora