capítulo 16: Amor real.

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Estaba segura de nunca haber dormido tan relajada, incluso estando en el pasillo frío de un hospital. Con la cabeza recostada sobre el regazo de Billie y su mano apoyada en mi cadera, suspiré en silencio. No recordaba en qué momento me había dormido; o si lo hice antes que ella o no. Sin embargo, lo único que podía recordar era la sensación de sus labios sobre los míos, cálidos, estremecedores y míos... solo míos.

Abrí un poco los ojos en cuanto oí murmullos y pasos que provenían desde el pasillo que conducía a los elevadores. Tenía los pies algo fríos, pero no le di importancia. Llamé a Billie pero ella seguía dormida, así que me quedé recostada donde estaba y entrecerré los ojos. Lentamente dos figuras poco nítidas comenzaron a aparecer: Ashley y Kath con el coche de bebé de Michelle, quien debía de estar dormida. Estaba a punto de abrir los ojos cuando oí que hablaban de nosotras. Aunque una parte de mí no los abrió porque sabía la cara que pondría mi hermana en cuanto nos viese tan cercanas. Incluso aunque no hayamos hecho nada malo.

-Míralas.--susurró Kath.--Se ven tan pacíficas juntas. Se ven como...

-Kath, no. Tú sabes más que nadie que esto no funcionará.--le espetó mi hermana, algo que no me sorprendió en lo absoluto.

-Cuando dices que no funcionará, ¿a qué te refieres exactamente? Si es por Billie, bueno, tal vez pueda entenderlo. Pero si te refieres a que ellas no son indicadas la una para la otra.--hizo silencio. Seguro nos estaba observando detenidamente.--Creo que podrían haberse conocido en otra vida. Tienen esa conexión que se ve en muy pocas personas.

-Como digas.--resopló mi hermana e imaginé que rodaba sus ojos.--Sin embargo, tu misticismo no les servirá de nada, Katherine.

-Ajá. De todas maneras me parece que hay otra cosa que no has notado.--respondió ella.

-¿Qué?

-Ella está enamorada de Billie.

Ahogué una tos, por nuestro propio bien.

-¿Qué ideas tienes?.--se exasperó Ashley.--Por favor, ni lo digas.

-Es tan obvio.--repuso ella.--Y Billie la quiere, Ashley. Tal vez hayas creído cuando te dijo eso de que no se enamoraría de ella. Pero conozco a mi prima y no tengo dudas de que la quiere.

Mi corazón latía con fuerza y temía que mis mejillas se convirtieran en dos bolas de fuego, delatándome. Apreté los ojos un poco. Ya no sentía frío en los pies, ya no sentía frío en ninguna parte de mi cuerpo.

-No puede suceder.--masculló mi hermana.

-¿Y qué si sucede?.--replicó Kath.--Ashley, se más emocional y menos racional por una vez. Y míralas, pero míralas en serio.

-Las estoy viendo, Kath...

-¿Y no te das cuenta?.--se quejó ella.

Diablos, necesitaba abrir los ojos y acabar con esa estúpida discusión. Pues si yo quería a Billie era mi asunto. Aunque Kath tenía un buen punto.

-Acabo de decírtelo. Es imposible.

Kath prosiguió.

-La manera en que ella se acuesta sobre su regazo. La mano de Billie en su cadera... ¿no te recuerda a alguien?

-¿A quién?

-A ti y a mí. ¿Recuerdas que no podíamos separarnos ni un momento?

Ambas hicieron silencio y Billie presionó sus dedos sobre mi cadera, lanzando descargas de energía a todo mi cuerpo. Respiré profundo y me obligué a no sonreír como idiota ante su toque. Al parecer había despertado o llevaba consciente la misma cantidad de tiempo que yo. No obstante, al igual que yo, no había abierto los ojos, puesto que aún podía oír a mi hermana hablar sobre nosotras.

DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora