capítulo 6: Lo prometido es deuda.

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El fin de semana no pudimos salir de la casa debido al aguacero que se largó el viernes por la noche y no paró hasta el lunes al mediodía. Cuando me asomaba por la ventana o salía al porche, podía ver cómo la lluvia arreciaba con fuerza dando el aspecto de que no había nada más delante de la casa, pues no podíamos ver la calle y gran parte del jardín de la delantero.

La lluvia repiqueteaba contra la ventana del living mientras yo me mantenía inmersa en mi computadora portátil. La noche había caído hacia unas cuantas horas, así que ya era de madrugada cuando me levanté, debido a que no lograba conciliar el sueño. Y aproveché para leer mis mails. Ese es viernes por la mañana me había llegado el nuevo programa de la universidad, y no era de sorprender que algunas materias fuesen completamente diferente a las que tenía en la universidad de Boston.

El archivo en pdf decía:

Primer año de licenciatura de historia:

Historia política británica.

Historia económica británica.

Períodos de la historia europea desde los griegos hasta la actualidad.

Períodos de historia mundial más importantes.

Historia estadounidense.

Introducción al pensamiento político.

Antropología.

Y ese iba a ser mi primer año. Tenía algunas buenas opciones como especializarme en documentos antiguos y medievales, así que planeaba hacerlo mientras pudiera.

Siempre había considerado a la historia europea como la mejor, porque había tanto que desmenuzar que era increíblemente interesante.

-¿Tendrás antropología?

-¡Ah!.--grité y la computadora casi se me cae de las piernas, puesto que estaba recostada en un sofá y me asusté cuando Billie apareció detrás de ella como una fantasma. Y considerando que eran las dos de la madrugada del sábado y casi todas las habitaciones estaban con las luces apagadas, ella casi me había matado del susto.--¿Por qué te escabulles así? ¡Me asustaste!

Mi corazón se aceleró.

-Lo siento.--dijo, totalmente pasiva.--¿Té?

La fulminé con la mirada.

-Estuviste a punto de matarme del susto, Billie. Y solo dices, ¿té?

Se quedó en silencio unos segundos mientras yo me esforzaba por verla debido a que la única luz que nos iluminaba era la de la pantalla de de mi computadora.

-¿Entonces café?.--añadió.

Dejé caer la cabeza hacia atrás. Maldita sea. Sin dudas me lo estaba haciendo a propósito. ¿Por qué otra razón Billie Eilish se aparecería como una maldita zombi frente a mí a altas horas de la noche?

-No quiero nada.--dije.

-¿Segura? Puedo hacerte lo que quieras.--susurró en un tono muy provocador.

«Razona, ______», me dije.

Frené el impulso de decirle algo grosero porque no estaba segura de que ella estuviese diciendo eso en doble sentido, ¿o sí? Sí, así era. No podía sacar conjeturas de todo lo que Billie decía. Tal vez era su manera de hablar. Pero por si acaso, decidí quedarme en silencio hasta que ella dije es otra cosa.

Billie encendió la luz de la lámpara de pie que estaba a unos metros de mí y regresó otra vez hasta el sofá arrastrando sus pantuflas.

-Puedo hacerte un café o un chocolate.

DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora