¿SABES QUÉ SIGNIFICA EL ARCOIRIS?

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Celos. Eso era lo que podía sentir en esos momentos, aunque no lo quisiera. No era por ser negativo o por joder la tarde junto a Yoongi, pero la simple presencia de Jimin hacía que se le colocaran los pelos de la nuca de punta, Yoongi conversaba más con ella de lo que hacía con él, ¡incluso hacía todo lo posible para no trabarse! ¡Le parecía tan injusto!

—Iré al baño chicos, ya vuelvo —avisó la chica levántandose del futón que estaba en el suelo.

Jimin salió de la habitación dejando a los dos chicos solos en la habitación. Yoongi miró a Hoseok con una sonrisa, sonrisa que se borró instántaneamente cuando vio el puchero en forma de triángulo invertido que tenía el castaño. Nunca había visto esa expresión en él y le era extraño, muy extraño.

—¿Te su-sucede algo, H-H-Hobi? —preguntó Yoongi acercándose al castaño quien no contestó y solo volteo el rostro, enojado.

Esa actitud le extrañaba mucho al azabache, él jamás se había comportado así con él. Le dolía ver esa expresión en Hoseok, le dolía que el menor estuviera enojado con él y que no supiera la razón de su enojo. Le preguntó pero Hoseok se negaba a contestarle de manera correcta y Yoongi dejó de insistir cuando de los finos labios del castaño salió un cortante "nada".

—Chicos, ¿quieren ir a comer algo? —Jimin entró a la habitación con una sonrisa—. Yo invito.

Convencer a Hoseok de que fuera con ellos no fue una tarea fácil pero al final terminó cediendo por los ojos de perrito —¿o más bien gato de Shrek?—, que le había colocado Yoongi

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Convencer a Hoseok de que fuera con ellos no fue una tarea fácil pero al final terminó cediendo por los ojos de perrito —¿o más bien gato de Shrek?—, que le había colocado Yoongi. El ambiente era algo íntimo y elegante aunque no lo suficiente como para llegar a incomodarlos pues también era reconfortante.

Estaban sentados en una mesa bastante alejada de lo que sería el centro del café. No había mucha clientela, pero aún así los tres jóvenes preferían no ser el centro de atención, además dónde estaban daba una vista perfecta a la calle.

—Jiminnie, Yoongs tiempo sin verlos —un hombre joven se acercó con tres menús y los colocó en la mesa.

—Seob, lo mismo digo —Yoongi asintió con la cabeza—. Te presento a Hoseok, un amigo de Yoongi.

El mencionado se levantó de su sitio e hizo una leve reverencia—. ¡Un placer, soy Jung Hoseok!

—Deja las formalidades de lado, Seok. Soy Go Taeseob y soy el dueño del café —sonrió, mostrando unos conejos algo pronunciados—. Cualquier amigo de Jimin y Yoongi, es amigo mío. Sientanse libres de ordenar lo que sea, tenemos de todo un poco —guiñó un ojo, coqueto.

Después de ojear el menú y hacer su pedido Taeseob se alejó de la mesa para atender a otros clientes que habían llegado. Dos hombres tomados de las manos, un detalle que Hoseok no pudo dejar pasar por alto. No tenía nada en contra de esas personas, de hecho ni él mismo estaba seguro de que era pues sospechaba que el gusto por Yoongi no sería algo pasajero, pero jamás se esperó que hubiesen parejas capaces de demostrar su amor libremente sin miedo a que los ataquen sobretodo en una sociedad tan conservadora y homofóbica como la de Corea del Sur.

Tartamudo | SopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora