No era acosador, jamás se consideraría como tal pero realmente le causaba mucha curiosidad el porqué Min Yoongi usaba sudaderas en días donde el calor era insoportable, así que planeó interceptarlo en la salida para saciar su curiosidad.
Había faltado a clases y había seguido a Yoongi hasta su colegio, se había sentado en el parque frente a la institución a esperar a que el chico saliera de clases mientras comía una barra de snickers. Pensó que si algún día volvía a hacer eso, traería a Mickey para no aburrirse o descargaría algún juego en su celular mientras esperaba a que el pálido saliera de clase.
Tres de la tarde, nunca esperó tanto ni siquiera por su ex-novia de primaria en el recreo. Era la primera vez que lo hacía y estaba a punto de rendirse pero su curiosidad era demasiada, así que siguió esperando.
Escuchó que en su celular llegó una notificación.
Hermana fastidiosa <3
Cuando regreses de clase, hazme el favor y compra un paquete de toallas sanitarias, normales y nocturnas. Si, gracias. Que Dios te lo pague, chau.
Hoseok rodó los ojos y guardó su celular. Solo para eso le escribía la interesada.
Guardó su celular y vio como los alumnos comenzaban a salir por el portón principal y se levantó, buscando a Yoongi con la mirada o por lo menos, la gruesa sudadera que solía usar.
Por fin lo vio pero vio algo curioso, su sudadera tenía manchas de pintura rosa, al igual que un pequeño mechón que sobresalía de la capucha estaba de color rosa. Atrás de Min, venían otros tres chicos con un semblante enojado.
Pensó lo peor.
Los siguió, a una distancia prudente donde ninguno se diera cuenta de que él les seguía. ¿Tenía un plan? ¡Por supuesto que no!
Pero improvisaría, siempre lo hacía.
Yoongi entró al callejón que separaba el mini-market de una veterinaria, fue seguido por los otros tres chicos, no había mucha gente en la calle. Eran apenas las tres de la tarde y la hora punta era a las cinco.
Uno, dos, tres golpes. Tos. Quejidos.
—¡Esto es por hacer que me suspendieran una semana! —gritó uno de ellos y luego, una patada.
Sangre. Yoongi escupió sangre.
—D-D-D-Detente —habló el azabache como pudo.
—¿D-D-D-Disculpa? N-N-No puedo entenderte —un puñetazo en el estómago—. ¡Veamos si con esto hablas bien, maldición!
Más golpes. Si no los detenía, iban a matar a Yoongi. Si no los detenía y veía morir a Yoongi, iba a cargar con esa culpa el resto de su vida y no le podría ver de nuevo la cara a Jaehyun, se sentiría cómplice por no haberlo ayudado, cargaría con ese remordimiento por el resto de su vida.
«Piensa Hoseok, ¡piensa!»
—¡Policía, por aquí! —gritó desesperado—. ¡Aquí! ¡Aquí están los vándalos, en este callejón!
Vio como los tres chicos salían del callejón y corrieron por el lado contrario al suyo, dejando a un Yoongi mal herido adentro. Hoseok no lo pensó dos veces y se adentró, auxiliando al pálido.
Gracias por leer bebus, por sus votos y comentarios; si no les respondo, es porque no sé que decirles pero de verdad los aprecio mucho. Me motivan a seguir con esta obra ❤️
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Tartamudo | Sope
FanfictionEn donde a Hoseok le gusta el tartamudo, mucho. 📌 PROHIBIDAS las copias y/o adaptaciones. 📍 Capítulos cortos.