Los ojos de Min Ho se iluminaron cuando observó a cierto joven del que llevaba tiempo enamorado, acostado sobre el césped, y no dudó ningún momento en acercarse a él, teniendo una amplia sonrisa en sus labios, aunque cuando se detuvo a su lado pensó un poco si debería de sentar, porque podía verlo con los ojos cerrados, ¿estaría dormido?
Un par de ojos café claro se posaron sobre él, y Min Ho sintió su corazón acelerarse, sonriendo otra vez.
—Ho-Hola, Taemin —susurró.
—Estaba disfrutando del sol y tú lo estás bloqueando.
Las cejas de Min Ho se alzaron y dio un paso hacia un lado para que el sol pudiera llegar a Taemin, que se sentó en el césped pero su mirada no se apartó del joven.
—¿No piensas sentarte?
Min Ho sólo asintió con la cabeza, sentándose al lado de él pero dejando una distancia prudente entre sus cuerpos, no quería que Taemin se sintiera incómodo con él, sino todo lo contrario, prefería cuando lo veía sonreír.
—Tú —pausó —deberías clases.
Frunció el ceño cuando terminó de decir la frase, porque sabía que había faltado una palabra, sin embargo Taemin no se burló como muchas veces sus compañeros lo hacían, ni le exigió que hablara correctamente, sino que sólo suspiró, enredando sus dedos en el césped y arrancando algunas hojitas e hizo un mohín.
—El profesor me sacó de clases.
—¿Por qué?
—Estaba hablando — se encogió de hombros —en realidad fue culpa de Ki Bum, si él no hubiera estado haciéndome conversa, no habría sido sacado de clases —suspiró —a veces creo que el profesor me odia.
—No, estás... equivocado.
—Sí me odia, siempre ve todo lo malo en mí, en cambio a Ki Bum... olvídalo.
»¿Tú no deberías de estar en clases?
Min Ho negó con la cabeza.
—Libre.
Taemin asintió ante aquella palabra, y volvió arrancar unos hojitas del césped sin estar seguro de qué decir, sabía que Min Ho se esforzaba mucho por hablar con él, pero por lo general era un joven callado, quizás por las burlas que solía recibir, porque simplemente las personas no aceptaban lo diferente, y les costaba entender.
Sabía que él tampoco era el mejor y que no debería de juzgar a las personas por no aceptar a Min Ho tal como era, porque incluso Taemin solía huirle, pero siempre estaba justificándose con respecto a que él no estaba buscando una relación, que sólo le huía al chico para no lastimarlo, aunque era por protegerse a sí mismo.
Min Ho no le desagradaba, aunque debía de aceptar que en ocasiones prefería que no los vieran juntos, sin embargo, en ese momento no había muchas personas a su alrededor, y podía permitirse "hablar" con él.
La mirada de Min Ho se posó en la rosa blanca que él mismo le había dado a Taemin poco antes, la cual descansaba a un lado del chico, y sus dedos se movieron hasta rozar los pétalos, tomándolo con cuidado de no maltratarla más de lo que ya estaba por haber su exposición al sol.
Taemin no esperó que Min Ho lo mirara sonriendo como si una gran idea hubiera pasado por su cabeza, y estaba un poco sorprendido en el momento que los dedos del chico peinaron su cabello detrás de su oreja, y después colocó ahí la rosa como lo hizo cuando se la entregó, y que él había tenido que quitarla al entrar al salón.
Su mirada se encontró con los ojos café obscuro de Min Ho, y mordió su labio inferior mientras sus mejillas tomaban un color rosáceo, inclinando su cuerpo ligeramente más hacia adelante y disfrutando cuando los dedos de su pretendiente rozaron su mejilla. No pudo evitar ver aquellos labios que seguían sonriendo, sintiéndose atraído por ellos, ¿cómo sería besarlo?
Sentía como si hubiera un magnetismo llamándolo para que se acercara a los labios de Min Ho, y se inclinó todavía un poco más cerca, y sus ojos se encontraron, empezando a sentirse nervioso por lo que sabía que iba a suceder, y parecía no ser el único, porque el joven frente a él pasó saliva pero no retrocedió, sino que también buscó acercarse más su rostro.
—¡Taemin!
Su nombre ser gritado le sorprendió, haciendo que diera un saltito y retrocediera, posando su mirada el joven de cabello rubio, que se había detenido a pocos pasos de ellos, y ahora parecía incómodo mientras era mirado por un ceño fruncido que decía que Taemin estaba molesto, y por Min Ho que tenía sus mejillas rojas y parecía tímido.
—Lo siento. Taemin estaba buscándote para ir a nuestra siguiente clase.
—Ya me encontraste, Ki Bum —su tono era molesto.
—Debo irme.
Taemin habló mirando a Min Ho, y dudó un poco antes de inclinarse hacia el joven, besando su mejilla, sintiendo como las propias se calentaban y estaba seguro que se volvieron rojas pero no por el sol, sino por lo que acababa de hacer. Tomó la mano de Ki Bum y lo arrastró lejos de ahí, porque no lo iba a dejar cerca de su pretendiente luego de que éste prácticamente dijera que le gustaba.
Si Taemin se hubiera girado, habría visto la sonrisa grande que había en el rostro de Min Ho, o cómo éste había suspirado demasiado feliz, porque en ese momento su amor no había huido de él, ya que no era tonto, notaba que cuando lo hacía, pero no iba a rendirse fácilmente, él lo enamoraría, haría que lo correspondiera, que su esfuerzo valiera la pena.
Min Ho iba a darle las trecientas sesenta y cinco rosas a Taemin para que éste aceptara ser su novio, o quizás trecientas sesenta y seis, porque ese años había sido bisiesto. Su sonrisa sólo se amplió cuando recordó lo bonito que "su amor" se veía con aquella rosa sobre su oreja, y hubiera querido que Ki Bum no llegara, que le permitiera besarlo.
Taemin, mi bello Taemin, voy a enamorarte, voy a demostrarle lo mucho que te amo y espero que también puedas amarme.
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Rosas
FanfictionTrecientas sesenta y cinco rosas era lo que Taemin pedía para que alguien fuera digno de ser su novio, una en cada día del año, y estaba acostumbrado a que las personas se cansaran de hacerlo y abandonaran "el cortejo"; esa era su manera de mantener...